Sheinbaum cierra filas con López Obrador y asumirá su legado de reformas

Una propuesta que cristaliza además la pelea del Gobierno mexicano contra la Corte Suprema, donde han naufragado diversas iniciativas impulsadas por el oficialismo. El presidente tilda a los ministros de la Corte de ser «conservadores», «aristócratas» y de «estar en contra del pueblo».

La aritmética en el Congreso hace cuesta arriba que López Obrador pueda aprobar estas reformas - que requieren mayorías calificadas -, por lo que el presidente las presenta como su herencia política. Un mensaje ineludible para la candidata a sucederlo, Claudia Sheinbaum.

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Milton Merlo

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Este martes la candidata del oficialismo se apuró a suscribir el paquete de leyes y dijo que serán las bases de su eventual proyecto de nación, aunque, tanto en su entorno como en el de AMLO existen dudas sobre esa afirmación.

El entorno más ultra del presidente, como el caso del portavoz Jesús Ramírez, señala, e incluso ataca públicamente, a simpatizantes de Sheinbaum con un estilo más centrista. A su vez, ese entorno de la candidata habla en reuniones privadas con políticos y empresarios de llevar una campaña amena en conjunto con López Obrador, después de la cual Sheinbaum asumiría una ruta propia de corte más moderado.

Desde la campaña de Sheinbaum mencionan a ABC que la candidata debió respaldar al presidente con sus reformas para compensar que no lo hizo la semana pasada cuando la DEA lo acusó de recibir dinero del narco en la campaña del 2006.

Mientras López Obrador muestra su fibra más radical, la semana pasada uno de los coordinadores de la campaña de Sheinbaum, el exrector de la UNAM Juan Ramón De la Fuente, descartó cambios constitucionales si Sheinbaum gana la presidencia. Un escenario altamente probable si se observan los trabajos de las principales encuestadoras.

Aparecen otras señales de distancia calculada. En la última semana la candidata de Morena les ha dado más espacios a políticos de izquierda moderada como el excanciller Marcelo Ebrard, el excoordinador de los senadores oficialistas Ricardo Monreal o el propio De la Fuente, que viene de ser el representante de México ante las Naciones Unidas.

Se trata de políticos de corte pragmático que interpretan una música que no coincide con la partitura de despedida de López Obrador. Además de la reforma judicial, el presidente propone la proscripción de los transgénicos, que ha generado tensiones comerciales con Estados Unidos, prohibir la extracción de hidrocarburos mediante el fracking y no permitir que se entreguen concesiones para actividad minera a cielo abierto.

El Gobierno intenta además llevar a la Constitución el pago de pensiones, becas y apoyos para grupos vulnerables como medida permanente.

Allí aparece otro frente de tensión interna con los mensajes de la candidata Sheinbaum. La exjefa de gobierno de la Ciudad de México se reúne permanentemente con los principales empresarios del país y les promete reglas claras, políticas para incentivar el desarrollo y un manejo cuidado de las cuentas públicas, al punto de hablar de una reforma fiscal que extienda la base tributaria, reforma que López Obrador también rechaza.

Según pudo conocer ABC, Sheinbaum tiene entre sus principales consejeros en el empresariado a Armando Garza Sada, un industrial del norte del país (y con negocios en España) con quien la candidata habla constantemente de economía y a quien le pide consejo. El grueso de esos intercambios tiene poco o nada que ver con la retórica del presidente actual.

Hasta qué punto podrá Sheinbaum, en caso de ganar las elecciones, desprenderse de su principal promotor es una duda que recorre todo el círculo político y económico de esta capital. Casi todos los senadores que ganarían un escaño si Morena triunfa han sido seleccionados por López Obrador. El hijo del presidente, Andrés López Beltrán, tiene un papel central en el armado de la campaña de Sheinbaum. Y por si fuera poco, AMLO introdujo en su sexenio una reforma que establece que a mitad del próximo gobierno, quien sea presidente debe someterse a un referéndum revocatorio. Cuando llegue ese momento la palabra de López Obrador podría seguir teniendo un peso específico para las bases de Morena.

Este lunes el presidente reconoció que no sólo pretende dejar un legado de su proyecto en la Constitución, sino evitar cualquier retroceso, en caso de que «los corruptos» regresen al poder.