López Obrador busca una reforma judicial mientras libra una guerra con el Supremo

López Obrador acusa a la Corte de representar a los intereses de la oposición, gastar demasiados recursos y ser un poder de corte aristocrático. Propone, además, una reforma judicial para que los jueces sean electos por votación y busca incluso avanzar contra los ahorros de los trabajadores del Poder Judicial. El presidente dice que quiere usar esos fondos para ayudar a los damnificados del huracán Otis, que arrasó Acapulco semanas atrás.

Hasta hace dos semanas al Gobierno del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no le correspondían nuevas designaciones en la Corte pero uno de los ministros (magistrados) más allegados a AMLO renunció para sumarse a la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum (la candidata del oficialismo) y, de ese modo, se abrió una nueva vacante. En México el mandato de un juez de la Corte dura quince años.

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Para esa posición estratégica López Obrador propone al Senado una terna conformada por su consejera jurídica, María Estela Ríos; la hermana de su Secretaría de Gobernación, Bertha María Alcalde, y la hermana del jefe de Gobierno sustituto en la Ciudad de México, Lenia Batres. Todas, de su partido.

Morena no tiene los votos en el Senado para avanzar con estas designaciones, fundamentalmente por la oposición del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Pero en el sistema mexicano, tras dos rechazos de la Cámara Alta, el presidente tiene la potestad de cubrir la vacante en la Corte sin someter a su candidato a control legislativo. «El fondo del problema de López Obrador con la Corte es que él es un presidente autocrático, que no tolera los contrapesos ciudadanos ni acepta la importancia de las instituciones, su modelo es el de Luis XIV, él cree que el Estado es él mismo», comenta a ABC el diputado federal del PAN, Juan Carlos Romero Hicks.

En junio de este año la Corte invalidó una reforma de electoral impulsada por López Obrador que buscaba limitar las funciones del Instituto Nacional Electoral (INE), organismo autónomo a cargo de organizar las elecciones. La reforma apuntaba a cambiar las reglas de cara a las presidenciales del 2024.

El máximo tribunal encabezado por Piña señaló diversas irregularidades, pero la principal: que los diputados de Morena obligaron a que la reforma se discutiera solo cuatro horas. En las mismas se modificaron 500 artículos de seis leyes diferentes.

Tras ese golpe, López Obrador comenzó a manifestarse en favor de un fuerte recorte presupuestal a la Corte. El mes pasado expuso una lista de los supuestos privilegios de los magistrados, tales como salarios, primas vacacionales, vehículos blindados, seguros médicos y hasta gastos de telefonía móvil que eroga el máximo tribunal. «Miren, sueldos muy superiores al del presidente de la República, casi 300.000 pesos mensuales cada 'ministro' (15.937 euros), yo gano la mitad de eso», bramó el presidente.

«La Justicia en México no funciona o, más bien, funciona solo para aquellos que pueden pagarla. Los jueces de la Corte se comportan como dioses del Olimpo y todo lo que hacen es más por su comodidad que por un verdadero deseo de justicia», explica a ABC el diputado de Morena Waldo Fernández.

La cruzada de AMLO contra la Corte es un proceso al que el pasado fin de semana, Sheinbaum, su candidata para sucederlo en las presidenciales del año próximo, se sumó manifestándose a favor de una reforma judicial: «México debe democratizar su Justicia para acabar con la corrupción», dijo.

«En este asunto Sheinbaum ha demostrado que no es independiente de AMLO, que no tiene criterios propios y que no entiende al Estado de Derecho como una preocupación central», señala Romero Hicks.