Kamala se desinfla y pierde terreno ante Trump en la recta final de la campaña

Toda la campaña de estas presidenciales ha sido muy ajustada. Los dos acumulados de encuestas más referidos, los de FiveThirtyEight y RealClearPolitics, nunca han dado a ningún candidato una ventaja por encima de los 3,5 puntos, muy cerca del margen de error para la mayoría de los sondeos. Lo que sin duda se ha percibido son tendencias favorables a uno u otro. En primavera, parecía que la campaña se ponía cuesta arriba para el debilitado Joe Biden, presidente y entonces candidato demócrata, lo que confirmó su pésimo desempeño en el debate con Trump de junio.

El multimillonario neoyorquino logró en ese momento la mayor ventaja que ha tenido en la campaña. Pero la renuncia de Biden, el relevo por Harris y el entusiasmo -o alivio- que supuso en los demócratas dieron la vuelta a la tendencia: la candidata demócrata deshizo esa ventaja de Trump. Desde la convención de su partido de mediados de agosto, Harris ha mantenido una pequeña distancia en los acumulados de encuestas de alrededor de dos puntos respecto a su rival.

Noticia Relacionada

El 'blues' de Kamala Harris: Trump seduce a la clase proletaria

Javier Ansorena | Enviado especial a Wayne (Míchigan)

Los demócratas necesitan mantener el 'muro azul' en los estados industriales clave para llegar a la Casa Blanca

Ahora hay señales de que su posición se deteriora. La última encuesta de NBC News otorga un empate entre Trump y Harris, con el 48% de los apoyos para cada candidato. Supone un cambio decisivo frente al sondeo de septiembre, donde la demócrata gozaba de una ventaja de cinco puntos.

También se reduce su ventaja en la de ABC News/Ipsos, que otorga a Harris un 50% de los apoyos, frente al 48% de Trump. El mes pasado, obtenían, respectivamente, un 52% y 46%.

Otra encuesta que ratifica la tendencia: la de CBS News/YouGov, que da a la candidata demócrata tres puntos de diferencia frente a Trump (51%-48%), mientras que en septiembre eran cuatro puntos.

La campaña de Harris trata de mantener el optimismo y sostiene que en la mayoría de las encuestas Trump no supera el umbral del 48%, que es su techo. Y que su candidata, sin embargo, tiene margen para crecer de aquí a la elección.

Pero el mayor problema para Harris no son esos sondeos a nivel nacional, sino cómo van las cosas en los siete estados decisivos. La ventaja mínima que tenía en el llamado 'muro azul' -Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, si gana en estos estados del norte conseguiría una victoria por la mínima- ha desparecido y el empate es total. Y en otros estados clave del sur en los que ganó Biden en 2020, como Arizona, Trump gana posiciones. Una encuesta sobre este estado publicada este lunes le da una ventaja de seis puntos.

Muchos de los esfuerzos demócratas están puestos en recuperar apoyos en dos bastiones demócratas: el electorado negro y el electorado hispano. En especial, entre los hombres. La desbandada masculina hacia Trump entre estos votantes se refleja en las encuestas: según una encuesta reciente de 'The New York Times' y Siena College, el 15% del voto negro iría para el expresidente, seis puntos más de lo que obtuvo en 2020. Entre los hispanos, Harris solo consigue el 56% de los apoyos, frente al 62% que obtuvo Biden hace cuatro años.

Harris presentó este lunes mismo una «agenda de oportunidad para los hombres negros», con medidos para tratar de seducir a esos votantes. Entre sus propuestas, un millón de préstamos a fondo perdido de hasta 20.000 dólares y la legalización nacional de la marihuana, con facilidades para que los emprendedores negros hagan negocio.

Con el mismo objetivo, Harris ha desplegado a Barack Obama en la recta final de la campaña. La semana pasada, desde Pittsburgh (Pensilvania), el primer presidente negro de la historia de EE.UU. abroncó a los hombres de su raza por buscar «excusas» para no votar a una mujer.

Trump, por su parte, están poniendo el énfasis en su mensaje contra la inmigración ilegal, donde las encuestas recogen un creciente apoyo a la deportación masiva que él abandera. El expresidente lo acompaña de falsedades, exageraciones y retórica xenófoba. Al comienzo de la campaña acusó a los inmigrantes de «envenenar la sangre» del país y ahora ha asegurado que traen «malos genes».

El discurso migratorio de Trump puede ser efectivo porque va unido a asuntos que también son prioritarios para los votantes: la economía -les acusa de robar trabajos y quitar vivienda- y la seguridad.