Irán condena a muerte a otros tres manifestantes por las protestas

Todo estalló el pasado 16 de septiembre. La muerte de la joven kurda Masha Amini, mientras estaba bajo custodia de la Policía de la Moral por presuntamente violar la ley del hijab del país -no llevar bien puesto el velo- llevó a miles de personas a salir a las calles. Miles de personas están encarceladas y los muertos llegan a los 300, según organizaciones de derechos humanos.

Justo cuando se cumplen los 60 días de protestas, los tribunales iraníes emitieron tres sentencias de muerte más por violencia relacionada con las manifestaciones según publicó el poder judicial, elevando a cinco el total dictado en tres días.

La primera sentencia a muerte a un manifestante por participar en las protestas se conoció este domingo. Al acusado, del que no trascendieron los datos, se le atribuyen los delitos de «incendio de un edificio gubernamental, perturbación del orden público, reunión y conspiración para cometer un delito contra la seguridad nacional», así como por ser «enemigo de Dios y corrupción en la tierra». De las tres personas que fueron condenadas este miércoles, una embistió a policías con su coche, matando a uno de ellos; la segunda hirió a un guardia de seguridad con un arma blanca, y la tercera intentó bloquear la circulación y »sembrar el terror«, según las actas de acusación.

Y es que la Policía iraní no se ha reprimido a la hora de utilizar la violencia para parar las protestas. Más de 15.000 personas, según Naciones Unidas, están detenidas y unas 20, según la organización Iran Human Rights, condenadas a muerte. De estas, hay decenas de activistas, periodistas y abogados, cuya detenciones han provocado protestas masivas en el extranjero.

«La gente está cansada de 40 años de mentiras, humillaciones», asegura un iraní exiliado, pero que prefiere mantener el anonimato por represalias a su familia. «Esta vez el pueblo destruirá los cimientos del sistema opresor». Los iraníes lo tienen claro y parece no haber marcha atrás. Solo continuando con las protestas lograrán sus objetivos, cueste lo que cueste.

Funcionarios iranís han afirmado que la edad promedia de los arrestados es de 15 años. Algo que las autoridades no han tenido en cuenta a la hora de responder con violencia estas revueltas y ha utilizado la misma táctica que despliega contra los adultos: disparar y matar a golpes a algunos; arrestar y meter a otros a prisiones para adultos. La República Islámica está desatando su ira sobre la juventud en una escala que no se ha visto durante otras protestas.

Amnistía Internacional ha contabilizado en 33 los casos de menores asesinados, aunque es probable que las cifras sean más altas. Abogados y activistas de derechos humanos estiman que entre 500 y 1000 están detenidos sin saber cuántos están en prisiones de adultos.

Durante este último año, el control del Gobierno sobre la vida de las mujeres se ha endurecido especialmente a lo que respecta a la ley del hiyab. Por las redes sociales se han vuelto virales los vídeos en los que la Policía de la Moral obliga a hacer cumplir la ley con la violencia, lo que ha generado una oleada de ira y desafío, sobre todo en los más jóvenes. Son estos los que junto a las mujeres están liderando las protestas. Y así se ha podido ver en estos últimos días donde las universidades se han convertido en el centro de las protestas y cientos de estudiantes se han manifestado. Según testigos presenciales, las fuerzas de seguridad atacaron algún centro como la Universidad Politécnica de Teherán y se llevaron detenidos a varios estudiantes.

Además, desde el inicio las mujeres están marcando el tono el tono de las manifestaciones y han encontrado formas innovadoras de expresar su enfado con el Gobierno, como las de un grupo de mujeres que han perdido a sus hijos durante las protestas que han desarrollado el movimiento en las calles como 'Madres de luto', y 'Madres de la paz', donde piden justicia para sus hijos.

A pesar de la violenta represión ejercida por las fuerzas de seguridad, no hay visos de que las protestas terminen, según oenegés de defensa de los derechos humanos.

El expresidente iraní y principal figura de los reformadores, Mohamed Jatani, dijo a varios diarios del país que «el derrocamiento (del sistema) no es posible ni deseable» en Irán. Pero si la situación actual continúa, conllevará un «colapso social», añadió el que fue líder del país entre 1997 y 2005.

El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas pidió el martes la liberación «inmediata» de las miles de personas detenidas por participar en las protestas, que incluyen activistas, periodistas y abogados, entre otros.