La Francia de Macron culpa a Irán del estallido de la crisis y anuncia que participará en la defensa de Israel si fuese necesario

«No podemos vivir en un mundo donde Irán tenga el arma nuclear», afirmó el presidente francés, subrayando esa cuestión estratégica esencial, y agregando: «Francia ha condenado en numerosas ocasiones el programa nuclear iraní. Se trata de una cuestión capital, no solo para Oriente Medio».

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Macron insistió en el origen último de la crisis: «Irán lleva años produciendo uranio enriquecido destinado a producir armas nucleares que podrían ser utilizadas con misiles balísticos. Muchos de esos misiles podrían alcanzar Francia y Europa». Hecho ese recuerdo básico, el presidente agregó: «Teherán ha llegado al punto crítico, cuando su uranio enriquecido puede producir bombas nucleares».

Tras denunciar la escalada iraní, que viene de lejos y se aceleró los últimos años, Macron tomó posición muy firme de apoyo a Israel: «Francia no ha participado en la preparación y el lanzamiento del bombardeo de Israel. Pero estamos dispuestos a participar en su defensa. He informado al gobierno israelí en ese sentido».

Macron matiza de este modo el puesto de Francia de apoyo a Israel: «Nosotros no hemos participado ni vamos a participar en ninguna ofensiva militar de ningún tipo contra Irán. Por el contrario estaremos junto a Israel si fuese necesario, ante la evolución de la crisis. Francia ocupará su puesto en la defensa de Israel, si fuese necesario».

La posición de Francia ante los orígenes y el riesgo de evolución inquietante de la crisis también tiene una importancia crucial para la seguridad nacional y europea, que Macron describe de este modo: «Irán ha demostrado su capacidad de lanzar o apoyar operaciones terroristas, contra Francia y otros países europeos. Su parque de misiles balísticos también es una amenaza potencial».

Ante las amenazas directas o indirectas, de carácter terrorista, Macron anuncia un «refuerzo» de las operaciones de control anti terrorista en todo el territorio nacional. Los barrios judíos, en París y otras ciudades, han recibido refuerzos militares inmediatamente.

Ante la dimensión internacional de la crisis, a muy corto y medio plazo, Macron ha pedido a los ciudadanos franceses de evitar cualquier desplazamiento por el Mediterráneo y lanza esta advertencia, grave, económica, internacional: «La economía mundial corre riesgos graves. El precio del petróleo puede subir de manera amenazante, creando problemas graves para los países más dependientes. Nuestro parque de centrales nucleares nos evitará riesgos mayores. Pero nadie, nosotros tampoco, podrá evitar los riesgos de una subida del precio del petróleo».

Macron anunció, en su día, el posible reconocimiento de un Estado palestino, como colofón de una conferencia internacional que debía celebrarse en Nueva York, en el marco de Naciones Unidas, apoyada por Francia y Arabia Saudita. Tras unas primeras dudas de fondo, esa conferencia ha sido «aplazada» sine die. Y Macron desvela está condición personal previa para el lejano reconocimiento de un Estado palestino: «La integración regional y la paz reclaman una condición previa: un Estado palestino desmilitarizado…». Condición muy alejada de la realidad, incluso anterior al estallido de la guerra Israel-Irán: la presencia armada de Hamás en toda la región aleja el proyecto macroniano de reconocimiento.