Estados Unidos y los aliados equipan a Ucrania para la posible contraofensiva

El secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha pedido que continúe el debate sobre posibles entregas de aviones de combate, a las que de momento han accedido Polonia y Eslovaquia pero de las que no quieren hablar todavía EE.UU. y Alemania, porque supondrían un paso más en la escalada del conflicto en dirección a la OTAN. Sí confirmó que Ucrania ya ha recibido los sistemas de misiles Patriot tierra-aire de EE.UU. y de Alemania, sin especificar la cantidad, y que se ha avanzado en importantes cuestiones de logística.

«La logística puede parecer más aburrida, pero en estos momentos es muy importante», señaló Stoltenberg, no tan preocupado por nuevos anuncios de envío de armamento como por la consolidación de las rutas y los transportes de los equipos ya comprometidos, así como por su mantenimiento. En este sentido, uno de los principales anuncios lo hizo ayer Alemania, que cerró un acuerdo con Polonia y con Ucrania para repara los tanques Leopard 2 en posesión del ejército ucraniano en territorio polaco.

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«La idea es que estén lo más cerca posible de Ucrania para que puedan entrar en servicio a la mayor celeridad», explicó el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius. El papel de estos carros de combate en el frente es fundamental y Pistorius confirmó el compromiso alemán de sumar a los Leopard 2 hasta un centenar del modelo anterior, el Leopard 1, en su contribución a la defensa de Ucrania. Dinamarca y Holanda también han adelantado su propósito de adquirir Leopard para enviarlos a Kiev y Berlín que dará su necesario visto bueno para el traslado.

EE.UU., por su parte, anunció que empezará a entrenar a 250 soldados ucranianos en el uso y mantenimiento de tanques Abrams —31 tanques llegarán a la zona de entrenamiento en Grafenwoehr, en Alemania, a finales de mayo—. El entrenamiento comenzará un par de semanas después, para prolongarse durante diez semanas. Esos no serán, sin embargo, los tanques que vayan a Ucrania, sino 31 tanques M1A1 que serán enviados desde EE.UU. en cuanto estén en condiciones. Confirmó también el nuevo paquete de ayuda militar por valor de 325 millones de dólares, que incluye misiles antitanque TOW, proyectiles de artillería de 155 y 105 milímetros, cuatro vehículos de apoyo logístico, minas antitanque o más de nueve millones de cartuchos para armas pequeñas, entre otros.

«Esta nueva asistencia permitirá que Ucrania continúe defendiéndose valientemente de la guerra brutal», aclaró el secretario de Estado, Antony Blinken. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguró que el apoyo internacional a Ucrania sigue siendo «firme y verdadero» y señaló como temas clave en este momento la defensa aérea, las municiones y la logística, en referencia a los apoyos necesarios para el funcionamiento de las unidades militares.

Zelenski ha solicitado la asistencia de la OTAN para «superar las reticencias» de algunos Estados miembros a proporcionar misiles de largo alcance, aviones de combate y modernos vehículos blindados. Algunos miembros de la OTAN han enviado cazas de la era soviética a Ucrania, pero hasta ahora ningún avión moderno, como el F-16 de diseño estadounidense, a pesar de las solicitudes de Kiev al respecto. Aun así, Stoltenberg reconoció la necesidad de hablar de nuevas «plataformas» de apoyo en el conflicto. «Creo que a veces subestimamos toda la logística necesaria para poner en funcionamiento los tanques de batalla principales», dijo, y se ocupó se reorientar la estrategia del Grupo de Contacto hacia el largo plazo. «Nadie sabe cuándo terminará esta guerra, pero tenemos que asegurarnos de que, cuando termine, nada así pueda volver a suceder», dijo, «todos los miembros de la Alianza han acordado que Ucrania formará parte de la OTAN, pero por ahora debemos ocuparnos de que Ucrania prevalezca, porque si pierde su soberanía el debate sobre la membresía ya no tendrá sentido». «Confío en que los ucranianos están en condiciones de liberar más territorios y uno de los principales asuntos abordados hoy aquí ha sido dar un repaso a las diferentes capacidades, los sistemas y los aprovisionamientos que precisan para recuperar más terreno».

Estas declaraciones provocaron la ira de Moscú y el portavoz del Kremlin reaccionó asegurando que esta reunión de los Aliados en Ramstein «confirma su participación directa en el conflicto». Dmitri Peskov acusó a la OTAN de intentar «absorber» y «arrastrar» a Ucrania a la OTAN, demostrando que Rusia tenía «razón» en esta «operación justificada» para garantizar su propia seguridad.