Decepción para DeSantis y Haley en la primera batalla por la presidencia

Tanto Desantis, gobernador de Florida, como Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, confiaban en un buen resultado que permitiera soñar con lo que parece casi imposible

Trump aplasta a sus rivales en Iowa y refuerza su favoritismo en las primarias republicanas

Ron DeSantis y Nikki Hayley reuters

Javier Ansorena

Enviado especial a Des Moines (Iowa)

La campaña de Donald Trump aprovecha cada oportunidad para despreciar las candidaturas de Ron DeSantis y Nikki Haley como una carrera para ser 'el mejor de los perdedores'. El desempeño de ambos en Iowa este lunes les da la razón.

Tanto Desantis, gobernador de Florida, ... como Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, confiaban en un buen resultado aquí que permitiera soñar con lo que parece casi imposible: doblegar a Trump en las primarias presidenciales, cuando las encuestas muestran que el expresidente domina con puño de hierro el partido republicano.

Pero ni DeSantis -segundo con un 21% de los votos- ni Haley -tercera con el 19%-, a una distancia sideral del 51% de Trump, saldrán de las llanuras congeladas de Iowa cargados de razones para soñar.

El primero ha puesto más esfuerzo, tiempo, dedicación y dinero que nadie en Iowa. Es una táctica tan vieja como las primarias: apostar todo en el primer estado que vota para obtener un gran resultado inicial, sacudir la carrera, atraer atención y dinero de donantes, mostrar que es un perfil ganador. «La campaña sigue en pie, esto es solo el comienzo», dijo DeSantis en la fiesta de celebración de resultados de su campaña, a la que asistió este periódico. Allí, en un hotel de West Des Moines, Nathan Crozier, uno de sus seguidores, que tiene su voto por su gestión de la pandemia del Covid19 en Florida, con la prioridad puesta en mantener la actividad económica abierta, defendía que «el segundo puesto es bueno y si él ve todavía un camino hacia la nominación, debe seguir».

Y eso es lo que va a hacer, pese a que el resultado está lejos de entusiasmar a nadie. La campaña de DeSantis tenía un objetivo doble: conseguir el segundo puesto en Iowa. -la superioridad de Trump era inabordable- y evitar que el expresidente sobrepasara el umbral del 50% de los votos. Así podría defender que él es la alternativa preferida a Trump y que hay una mayoría potencial para derribar al multimillonario neoyorquino. Consiguió el primer objetivo por la mínima y no pudo con el segundo. Y ahora tiene el incoveniente de que en la siguiente parada de las primarias, New Hampshire el próximo martes, va muy por debajo de Haley en las encuestas.

Haley, como buena candidata en noche electoral, buscó celebrar lo que fuera. En su caso, que Iowa ya es el pasado y la mirada está puesta en New Hampshire, donde es la mayor amenaza a Trump. «Ahora vamos a New Hampshire y tengo una cosa que decir: ¡vamos a ganar!», proclamó ante sus seguidores.

El problema para Haley está en las expectativas. Hace unos meses, un tercer puesto en Iowa hubiera sido satisfactorio. Pero la exembajadora venía con cierto impulso por su crecimiento en los sondeos. El que importa más de todos, el del 'Des Moines Register' del sábado por la noche, apuntaba a Haley en segunda posición. Eso sí, la directora de la encuesta, Ann Selzer, advertía de que las opciones de Haley estaban en «terreno inestable» por el nivel de entusiasmo mínimo de sus votantes.

Esos presagios negativos se han cumplido y el tercer puesto de Haley es un jarro de agua fría para mantener la esperanza en un 'sorpasso' a Trump.

En su discurso, Haley fue al ataque y asemejó a Trump con el rival demócrata en la elección general, el actual presidente, Joe Biden. «Trump y Biden tienen más en común de lo que podéis pensar. El 70% de los estadounidenses no quieren una reedición del Trump vs. Biden. Los dos tienen cerca de ochenta años, los dos aumentaron la deuda de nuestro país en billones de dólares, los dos están consumidos por el pasado, por investigaciones, por 'vendettas', por agravios. EE.UU. se merece algo mejor», aseguró, y lanzó una pregunta a todo el que quiso escucharla: «Esta noche la cuestión es: ¿queréis más de lo mismo o queréis un nuevo tipo de política conservadora?». La respuesta, al menos en Iowa, ha sido clara: quieren más Trump.

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