Boric, en su última cuenta al país, arremete contra Venezuela, Nicaragua, Bukele y Netanyahu

Por lo mismo, rechazó la teoría instalada de que el cambio de rumbo respecto de su programa gubernamental fue una claudicación tras dos procesos constituyentes fracasados y, por el contrario, afirmó que una de las virtudes de su Administración ha sido ser capaz de «ajustar sus prioridades sin abandonar sus principios».

Boric expuso ante el Congreso Pleno, en su sede de Valparaíso, durante casi 2 horas y 30 minutos, ocasión en la que hizo nuevos guiños a su base de apoyo, cerca hoy al 23%, pero también reafirmó políticas que en los últimos meses le han valido la crítica opositora. «Los invito a pensar si es que los logros que hemos obtenido habrían sido posibles en un gobierno de otro tipo», dijo.

En el plano interno sorprendió con su decisión de modificar el carácter del Penal Punto Peuco, dedicado hoy exclusivamente a exmilitares condenados, y permitir que Gendarmería disponga del él según las necesidades de la población carcelaria, medida resistida por la derecha radical y que ha sido demandada desde el primer gobierno de Michelle Bachelet por los familiares de las víctimas de violaciones a los derechos humanos.

En el plano internacional, defendió su decisión de retirar de Israel al embajador y los agregados militares y anunció que en los próximos días se sumaran dos nuevas medidas: patrocinar el proyecto de ley que busca prohibir la importación de bienes producidos en territorios ilegalmente ocupados y solicitar al Ministerio de Defensa que le presente a la brevedad un plan que le permita a Chile diversificar su cartera de proveedores de armamento para no depender de Israel. Con esto se despejó el fantasma que sobrevoló toda la semana en la Cancillería y que apuntaba a la posible ruptura de relaciones diplomáticas con ese país.

Es, quizás, su cuenta pública más difícil pues en solo nueve meses dejará el Palacio de La Moneda y se inicia el desafío de dar forma a su legado. Boric centró sus palabras en destacar algunos de los logros de su gestión entre las que mencionó la jornada laboral de 40 horas, el alza del salario mínimo a más de 500.000 pesos (cerca de 535 dólares), la estrategia nacional del litio, cerca de 60 leyes sobre seguridad ciudadana y la esperada reforma previsional.

Acompañado de todo su gabinete, donde es notoria aún la ausencia de su portavoz y compañera de ruta Camila Vallejo por estar con postnatal, el mandatario fue escuchado con atención por la expresidenta Michelle Bachelet, los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y de Orden, el fiscal nacional Ángel Valencia y la hoy popular contralora de la República, Dorothy Pérez, cuya institución destapó el mal uso de licencias médicas por parte de 25.000 funcionarios públicos.

Su actual pareja, la deportista Paula Carrasco, lo acompañó en el hemiciclo, ubicándose en la tribuna, pese a encontrarse en los últimos días de embarazo, hecho que llevó a especular la posibilidad de que la lectura de la cuenta no se efectuara si ella se ponía de parto justo este día. No obstante, Boric dejó entrever su orgullo de convertirse en padre mencionando el nombre de su futura hija, Violeta, en dos ocasiones.

«Le quiero hablar a los niños y a las niñas de Chile, que nos han dado tanto cariño y apoyo. Aunque no puedan votar, los hemos estado escuchando. Le hablo también a la Violeta del futuro próximo. Quiero decirles, a estos niños y a estas niñas, que sueñen, que jueguen y que se expresen, porque Chile también es de ustedes. No están en el Parlamento, pero están representados acá. Estamos trabajando para ustedes», sostuvo en un pasaje.

Y al despedirse manifestó: «Estoy orgulloso de lo que hemos hecho como gobierno, pero, sobre todo, estoy orgulloso de Chile. De la fuerza que tenemos como país que desde el sur del mundo levanta su voz y dignidad cada día. Estoy esperanzado del futuro. Por ustedes, por las violetas que florezcan al andar, muchas gracias».

En un año de elecciones presidencial y parlamentaria a mediados de noviembre y en medio de la campaña oficialista por las primarias presidenciales que se desarrollarán en un mes, el gobernante no perdió la ocasión de poner nuevamente en aprietos a la oposición. Es por eso, que urgió al Congreso a iniciar el debate del proyecto que despenaliza el aborto hasta las 14 semanas, aprobar el texto que pone fin al Crédito Universitario con Aval del Estado (CAE), avanzar en una ley sobre negociación ramal, poner fin al secreto bancario dentro del marco de la lucha contra el crimen organizado y reformar el sistema político.

Todas estas iniciativas encuentran detractores en la derecha radical, centroderecha y centroizquierda, pero también en filas del progresismo y en actores sociales como las universidades. De hecho, al mencionar el aborto, algunos diputados se retiraron del hemiciclo, mientras otros enarbolaban indistintamente pañuelos verdes o celestes. «No les nieguen al menos el debate democrático como ciudadanas plenas capaces de decidir», dijo.

Respecto de la urgente reforma al sistema de partidos políticos donde se ha intentado establecer un umbral de representación para asegurar su existencia, cuestión que es rechazada por los grupos más pequeños de todos los sectores, Boric insistió en que esto es necesario porque la atomización traba los acuerdos.

Al término de la cuenta pública, todas las voces de la oposición concordaron en que el presidente, al insistir en estas materias, está absolutamente desconectado de la realidad y las demandas ciudadanas. El presidente de la UDI, diputado Guillermo Ramirez, afirmó que por esto «este gobierno ha fracasado», mientras que su par del Partido Republicano, Arturo Squella, no dudo en calificar el discurso de «bochornoso».

El presidente dedicó largos pasajes al problema de corrupción que golpea distintas instituciones estatales y que ha menoscabado el discurso del Frente Amplio (FA) de ser la generación que renovaría la política. Reiteró que estos casos deben ser investigados acuciosamente y sancionados sin lugar a la impunidad. Manifestó que en estos temas no hay cabida para «los empates» políticos, porque la corrupción daña la democracia.

«El poder no es algo que uno se merezca o de lo que se apropie. Es un acto de confianza que la sociedad otorga, que debe ser honrado día a día y que, aun así, solo está prestado para que se utilice en busca del bien común. Nadie es dueño del poder, y este nunca puede ser usado como un escudo para defender intereses propios…Debemos ser capaces de desafiar continuamente la inercia, desde la racionalidad, nuestros principios y la ética, porque la inercia nunca va a ser una buena explicación ante la ciudadanía, frente a los abusos o hechos de corrupción que se cometen. El oportunismo, el abuso o la pillería, incluso cuando se ejercen en el ámbito privado, tarde o temprano contaminan lo público», sostuvo.

En el ámbito de la defensa de los derechos humanos, no sólo valoró las políticas impulsadas para esclarecer las vulneraciones de derechos cometidos por el Estado en niños y adolescentes desde los ´80 hasta hoy y el Plan de Búsqueda de los Detenidos Desaparecidos puesto en marcha para la conmemoración de los 50 años del golpe militar. Fue más allá de las fronteras y reiteró su rechazo a las dictaduras de Venezuela y Nicaragua, la guerra de Rusia sobre Ucrania y el régimen de Nayib Bukele en El Salvador «que tiene a algunos políticos chilenos encandilados. Les recuerdo que por muy popular que un mandatario sea circunstancialmente, desconocer las reglas democráticas y retroceder en derechos y libertades siempre termina costando caro».

También levantó nuevamente la voz contra «el genocidio y limpieza étnica que el Estado de Israel está cometiendo sobre el pueblo palestino», identificando como responsable al 'premier' Benjamín Netanyahu. «Los invito a todos a no pelear entre pueblos, porque acá el responsable es un Gobierno genocida, no el pueblo de Israel», aclaró. Junto con respaldar la decisión de España de imponer un embargo de armas a Israel, precisó que «no aceptamos empates ni elegir entre barbaries» por lo que nuevamente condenó el terrorismo de Hamas y exigió la liberación de los rehenes.

Boric se comprometió a trabajar hasta el último día por concretar aquellos proyectos pendientes y rescató el diálogo político que permitió sacar adelante la reforma previsional tan anhelada. Al respecto, reconoció que esta ley no fue tan profunda como el FA deseaba, pero se avanzó atendiendo las condiciones en las que les tocó gobernar. «Y ese es justamente el arte de la política democrática. Ser capaces de ponerse de acuerdo entre quienes piensan distinto en torno a un bien común compartido en que las distintas partes deben ceder respecto a sus posiciones originales. Nuestras visiones programáticas son firmes, pero también nuestra convicción de que las urgencias sociales no pueden esperar una mejor correlación de fuerzas: la política también debe responder al presente», manifestó.

En sus últimas palabras se refirió al liderazgo que un país necesita basado la calidad del juicio, la duda y el discernimiento. «Es tener la mente firme sin tenerla rígida…es rechazar todos los fanatismos, sospechar de los dogmatismos oficiales, pero sin beneficio para los charlatanes…Es, en definitiva, siempre actuar sobre la realidad, y no sobre la que uno preferiría que fuera», sostuvo.