Rusia bombardea una cárcel en Zaporiyia y deja al menos 17 presos muertos

«El enemigo bombardeó ocho veces el distrito de Zaporiyia, presuntamente con bombas aéreas FAB. También fue alcanzada una colonia penitenciaria», ha informado el gobernador regional, Ivan Fedorov. Las autoridades penitenciarias han explicado que varios edificios de la cárcel han resultado dañados y el impacto también ha afectado a casas particulares cercanas. El perímetro de la prisión no ha sufrido daños y no hay riego de fuga de los prisioneros. Zaporiyia, al ser una de las provincias por las que se extiende el frente de guerra, sufre constantes ataques aéreos y de artillería dada su cercanía a las posiciones de las tropas invasoras.

El Defensor del Pueblo, Dmytro Lubinets, ha condenado el bombardeo destacando que «las personas presas en lugares de detención no pierden su derecho a la vida y a la protección». Lubinets enfatiza que este tipo de bombardeos son contrarios al derecho internacional humanitario y constituyen «una prueba más de los crímenes de guerra de Rusia». El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también ha lanzado un mensaje de denuncia: «Fue un ataque deliberado, intencional, no accidental».

Dos horas después del bombardeo contra la prisión, otro bombardeo ruso en la ciudad de Kamyanske, región de Dnipropetrovsk, ha afectado al hospital materno. Tres personas han muerto, incluida una joven de 23 años que estaba embarazada, según ha anunciado el jefe de Estado de Ucrania. Los gobernadores de Járkov, Jersón, Donetsk y Sumy también han informado sobre víctimas mortales en sus regiones. «73 ciudades y pueblos ucranianos fueron atacados por Rusia», destaca el presidente ucraniano. En total, durante la pasada jornada 25 personas perdieron la vida y más 80 resultaron heridas.

El alto el fuego es uno de los principales objetivos de Ucrania para encaminarse hacia el fin de la guerra a gran escala desatada por Rusia. Las autoridades del país invadido han insistido durante meses en la necesidad de imponer las más severas sanciones a Rusia para poner en jaque a su maquinaria de guerra y obligar a los líderes del Kremlin a sentarse a la mesa de negociaciones.

La presión de Estados Unidos es fundamental para obligar a Moscú a poner fin a la guerra, destacan en Kiev. Este lunes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha afirmado que el plazo de 50 días dado a Moscú para alcanzar un alto el fuego se reducía a una ventana de 10 a 12 días. «No hay razón para esperar; quiero ser generoso, pero simplemente no vemos ningún progreso», destacó el presidente norteamericano.

Las palabras del republicano han tenido buena acogida en Ucrania. «Hoy, el presidente Trump hizo una declaración sumamente significativa. Y es cierto: es Rusia quien está haciendo todo lo posible para socavar los esfuerzos de paz y prolongar la guerra», ha manifestado Zelenski en su mensaje diario a la nación.

Rusia ha dejado claro que la guerra terminará cuando «alcancen sus objetivos» por medio de la lucha militar. El Kremlin había propuesto la retirada de las fuerzas ucranianas de las cuatro regiones parcialmente controladas por las fuerzas rusas y su reconocimiento como parte del país euroasiático como paso necesario para un alto el fuego temporal. Kiev ha asegurado que estas demandas son imposibles de cumplir.