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Trabas para Tesla y fondos para rivales políticos: cómo uno y otro se pueden atacar

Como amenazó en medio de la trifulca de este jueves, podría cancelar los contratos multimillonarios que el Gobierno de EE.UU. tiene con compañías del magnate

Musk acusa a Trump de estar implicado en el caso de prostitución de menores de Epstein

Elon Musk con la motosierra de Milei reuters
Javier Ansorena

Javier Ansorena

Corresponsal en Nueva York

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Lo único que está claro en el divorcio entre Donald Trump y Elon Musk es quién se queda con la casa y quién con el coche. La casa -la Casa Blanca- seguirá en manos de Trump, con todo el poder inmenso que eso ... representa. El coche, claro, se lo queda Musk. No el Tesla modelo S que Trump le compró para mostrar su apoyo y que ahora, despechado, dice querer vender. Sino la compañía entera, que seguirá en manos del magnate, como el resto de su imperio tecnológico: SpaceX, la red social X, Starlink y mucho más. Es decir, uno seguirá siendo el hombre más poderoso del mundo y el otro, el hombre más rico del mundo. Ambos con mucho potencial para hacerse daño, si quieren llevar su guerra más allá de la pirotecnia de esta semana.

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