Trump ofrece 1.000 dólares y billete de avión a inmigrantes que acepten autodeportarse

La medida, anunciada por el departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), forma parte de la nueva fase de deportaciones masivas impulsada desde la Casa Blanca y busca acelerar las salidas sin recurrir al sistema judicial. Calcula la Casa Blanca que hay al menos 10 millones de personas indocumentados en el país, que tiene 340 millones de habitantes.

Los que se quieran acoger a este incentivo deberán utilizar una aplicación oficial, CBP Home, para registrar su «intención de salida». A cambio, recibirán ayuda logística, una «ruta prioritaria» de regreso a sus países y el pago tras confirmarse su salida. La Casa Blanca asegura que la autodeportación ahorra hasta un 70% de los costes asociados a una deportación forzada, estimados en más de 17.000 dólares por persona.

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El presidente ha dicho además que los repatriados podrían volver a entrar en Estados Unidos si siguen los cauces legales. «Vamos a pagar a cada uno una cierta cantidad de dinero y les vamos a conseguir un vuelo precioso de vuelta a su país», dijo Trump desde el Despacho Oval. «Trabajaremos con ellos para que, si son buenas personas, si aman nuestro país, quizá puedan regresar algún día. Y si no lo son, no volverán», añadió el presidente, sin ofrecer detalles sobre el supuesto mecanismo de reingreso.

Según Seguridad Nacional, quienes se acojan al programa serán «despriorizados» para detención y expulsión, siempre que demuestren avances en el proceso de salida. Es decir, no se les buscará activamente para detenerles. La secretaria del departamento, Kristi Noem, calificó la medida como una «oportunidad histórica» y «la forma más segura y digna de abandonar Estados Unidos sin ser detenido».

La política ya se está aplicando, segun la agencia Ap. Un inmigrante se fuede de Chicago a Honduras la semana pasada, y se han reservado más billetes en los próximos días. Aunque las autoridades no han revelado cifras, afirman que ya hay «múltiples casos en curso».

El plan llega en medio de redadas masivas por todo el país, como la reciente operación conjunta de seis días en Florida, que causó la detención de 1.120 personas, en su mayoría originarias de Guatemala, México, Honduras, Venezuela y El Salvador.

La iniciativa ha sido recibida con críticas desde la oposición. El congresista demócrata Adriano Espaillat, exinmigrante indocumentado, denunció en redes: «Esto es América. Un país como el nuestro, fortalecido por quienes buscan esperanza, no debe rebajarse a pagar para que la gente se vaya. No sobornamos. Construimos un país donde todos pertenecen».

Trump, que ha prometido deportar a más de un millón de personas en su primer año de segundo mandato, defiende esta vía como «eficaz y humanitaria».