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La UE y el Reino Unido alcanzan un acuerdo comercial pos-Brexit

El primer ministro británico ha participado en las negociaciones para conseguir un pacto con Bruselas

El primer ministro británico, Boris Johnson Reuters
Enrique Serbeto

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El Reino Unido y la Unión Europea han llegado a un acuerdo equilibrado y aceptable para sus relaciones futuras, basado en un Tratado de Libre Comercio sin cuotas ni tarifas, que entrará en vigor de forma provisional el 1 de enero y evitará una ruptura traumática entre la Unión y su antiguo miembro. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el negociador europeo, Michel Barnier, han comparecido en una rueda de prensa para confirmar este acuerdo.

Las discusiones sobre la pesca han constituido el mayor obstáculo para llegar a esta solución durante las últimas horas y parece que han sido superadas gracias la intervención directa de Von der Leyen y del primer ministro británico, Boris Johnson , con varias conversaciones telefónicas y el acuerdo de volver a renegociar este campo dentro de cinco años y medio. La presidenta de la Comisión ha garantizado a los europeos que «la competencia en el mercado único seguirá siendo justa» puesto que «se respetarán las reglas y estándares de la UE y tenemos herramientas efectivas para reaccionar si la competencia leal se distorsiona y afecta a nuestro comercio». Al mismo tiempo se garantiza que «continuaremos operando con el Reino Unido en todas las áreas de interés mutuo, como el cambio climático, la energía, la seguridad y el transporte».

Michel Barnier ha empezado su intervención con un guiño histórico a lo primero que dijo nada más ser nombrado negociador jefe hace cuatro años y ha podido decir que «el reloj ya no apremia». «El Reino Unido ha renunciado a los derechos y ventajas de ser miembro de la UE y habrá por tanto cambios a partir del 1 de enero, que serán las consecuencias del Brexit ». Barnier ha lamentado que los británicos hayan renunciado a ciertos aspectos, entre ellos el de participar en el programa Erasmus que «es algo que han elegido ellos y lo lamento».

El caos que se ha producido en las aduanas británicas en los últimos días a causa del cierre de las comunicaciones con Europa ha servido para ilustrar qué podría suceder si antes del 1 de enero no había un tratado que regulara las reglas entre los dos antiguos socios.

Por la parte británica, los análisis se centran en los esfuerzos de Boris Johnson para convencer a los más radicales partidarios del Brexit dentro de su propio partido para que no le acusen de traidor. Johnson ha dicho que con este acuerdo «las compañías británicas podrán hacer incluso más negocio que antes» en el mercado europeo. También se ha felicitado por el hecho de que la justicia británica ya no estará sujeta a la autoridad del tribunal europeo de Luxemburgo. En las últimas horas, sus servicios estaban ultimando un informe según el cual las posiciones británicas habrían prevalecido en el 43% de los puntos, el 40% habrían sido compromisos mutuos y la UE habría obtenido ventajas en el 17% restante. Desde Europa, fuentes gubernamentales francesas citadas en la prensa de este país aseguran, al contrario, que «el Reino Unido ha hecho grandísimas concesiones» para evitar una ruptura sin acuerdo.

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