Las urnas en Italia premian la coherencia y castigan la ambigüedad política de Salvini y el 5 Estrellas

Es un hecho que las elecciones municipales se caracterizan porque los votantes suelen dar su apoyo a los buenos administradores, pero, además, en los comicios locales celebrados el domingo en Italia se ha dado una señal política importante, anticipando una tendencia que se reflejará en las elecciones generales previstas en la primavera próxima.

El centro derecha ha sido el ganador del primer turno de las municipales, con el 43,8 % de los votos, frente al 41,9 % del centro izquierda. Dentro de dos semanas será el segundo turno, solo en los municipios de más de 15.000 habitantes en los que ningún candidato alcanzó la mayoría absoluta. El dato político esencial en la coalición de centro derecha es que Fratelli d’Italia, que lidera Giorgia Meloni , superó claramente a la Liga de Matteo Salvini incluso en el norte de Italia, hasta ahora feudo tradicional liguista. Frattelli d’Italia, con casi el 22 % de los votos, es el único partido importante que no forma parte del Gobierno de unidad nacional que preside Mario Draghi, beneficiándose en las urnas por su labor de oposición. Meloni ha provocado a sus aliados, Liga y Forza Italia de Silvio Berlusconi, invitándolos a dejar el Gobierno Draghi, pero la respuesta ha sido negativa. La Liga ha sufrido una espectacular pérdida de consenso por la ambigüedad y los muchos errores de Salvini: Ha dejado de ser un partido nacional y ha pasado de alcanzar el 34 % en las elecciones europeas del 2019 a perder más de las mitad de sus votos en estas elecciones.

En el centro izquierda, sus votantes premian la coherencia mostrada por el líder del Partido Democrático (PD), Enrico Letta , que es el apoyo más fiel y de mayor sintonía con el primer ministro Draghi . El PD es el primer partido en las grandes ciudades, confirmando el consenso del 22 % que le dan las encuestas, seguido de Fratelli d’Italia y Liga. La coalición de centro izquierda se ve frenada por el Movimiento 5 Estrellas que lidera el exprimer ministro Giuseppe Conte, un partido que ha obtenido su mínimo histórico, un 2 % a nivel nacional, un reflejo de que no ha echado raíces en la política municipal. A pesar de la debacle del M5E, que ha demostrado tener una presencia marginal en estas elecciones, el partido fundado en el 2009 por el cómico Grillo condiciona la política del Gobierno, pues ganó las elecciones del 2018 con más del 32 % de los votos y es la fuerza mayoritaria en el Parlamento y en el Gobierno.

En el centro político ha surgido una sorpresa: el fenómeno Calenda. El diputado del Parlamento Europeo y exministro del Desarrollo Económico, Carlo Calenda (49 años) alcanza un resultado muy llamativo con Azione (Acción), un partido liberal que fundó en el 2019. Calenda, que fue ministro entre el 2016 y 2018 y abandonó el Partido Democrático, ha logrado buenos resultados en toda Italia, con un consenso de sus candidatos que oscila entre el 12 y el 23 %, cifras muy por encima de las expectativas. Sale así reforzado el centro político y una coalición de fuerzas centristas podría jugar un papel clave para inclinar la balanza en las alianzas que podrían formarse para formar gobierno tras las próximas elecciones legislativas.

En definitiva, las elecciones municipales han cambiado los equilibrios de la derecha (Fratelli d’Italia tiene ahora la primacía) y de la izquierda, donde el M5E es casi irrelevante, mientras se refuerza el centro político. A la vista de estos resultados, el Gobierno Draghi parece más firme a corto plazo. El próximo día 21 habrá un importante debate parlamentario sobre el apoyo al envío de armas a Ucrania, a lo que se oponen la Liga y el M5E. Sus líderes, Salvini y Conte, siguen en este tema la tendencia de la opinión pública italiana, mayoritariamente opuesta al envío de armas a Ucrania. Pero ni Conte ni Salvini podrán poner en peligro el Gobierno por esta cuestión.

Será en otoño cuando el Gobierno Draghi será puesto más a prueba por algunos partidos, con el debate sobre los presupuestos. Para entonces, las fuerzas políticas que forman el Gobierno de unidad nacional entrarán prácticamente en campaña electoral y pensarán sobre todo en satisfacer las reivindicaciones de su propio electorado, ante la proximidad de las elecciones generales.