El exilio avisa a Biden: «Volver a las políticas de Obama en Cuba sería un gran error»

Esa lucha por la libertad casi le cuesta la vida en 1996. El 24 de febrero de ese año tres avionetas de la organización benéfica Hermanos al Rescate fueron atacadas por las fuerzas castristas, según el régimen por entrar en su espacio aéreo, aunque informes la de la Organización de Aviación Civil Internacional los situaron sobre aguas internacionales. El Ejército castrista derribó dos de ellas, causando la muerte a cuatro personas. «Yo estaba en la tercera, la única que pudo regersar», recuerda Sylvia Iriondo. Por eso cuando habla de la tiranía cubana afirma haberla sufrido «en carne propia».

Iriondo, hoy presidenta de la organización Madres y Mujeres Antirrepresión de Cuba, forma parte de la numerosa e influyente comunidad cubanoamericana de Miami, que en su gran mayoría ha visto con buenos ojos la línea dura de Donald Trump frente a las dictaduras latinoamericanas. De hecho, gracias a este apoyo el candidato republicano obtuvo en Florida una victoria con más margen que en 2016, ya que los exiliados desconfían de las políticas más tibias de los demócratas.

Cuando Joe Biden está a punto de llegar a la Casa Blanca , Iriondo advierte de que volver a la política aperturista de Barack Obama , que considera «un rotundo fracaso», sería «un error grande y un paso inmerecido a favor del régimen castrista, que continúa violando las libertades y derechos fundamentales del pueblo cubano». «La naturaleza de este régimen no cambia, a lo mejor disfraza las medidas o cómo llevan a cabo las acciones, pero su naturaleza es represora y criminal», asegura a ABC a través del teléfono. Por ese motivo, apunta, los exiliados están «sumamente complacidos» porque la Administración Trump haya devuelto recientemente a Cuba a la lista de países promotores del terrorismo.

Tomás Regalado , exalcalde de Miami (2009-2017) y ahora presidente del Instituto Interamericano para la Democracia, comparte esa percepción y señala que el regreso de Cuba a esa lista será un impedimento en caso de que Biden quiera hacer cambios en la política de mano dura. «Al menos en seis meses no podría hacer nada», indica Regalado, una de las figuras más respetadas del exilio.

Además, señala que los siete congresistas y tres senadores cubanoamericanos van a ejercer una presión muy fuerte para que Biden no desmonte el legado de Trump en la materia. De hecho, varios diputados de Florida han introducido ya en los últimos días en la Cámara de Representantes una propuesta legislativa para que Cuba no salga de la lista negra.

Orlando Gutiérrez , secretario nacional del Directorio Democrático Cubano, dice tener información de que Biden «ha tomado nota» de su derrota electoral en Florida y opina que «debe salir de quienes le piden un acercamiento al régimen».

En este sentido, le pide que tenga en cuenta a los cubanoamericanos en su política. «Uno de los grandes errores de Obama fue excluirnos, somos una población muy unida y tenemos mucha experiencia», destaca.

Junto a los cubanoamericanos, en el sur de Florida también existe ahora una nutrida comunidad de venezolanos que en general respalda a Trump por su firmeza frente al régimen de Nicolás Maduro. El presidente de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), José Antonio Colina , opina que la invitación a la investidura de Biden al embajador de Juan Guaidó es «positiva», pero reclama además al nuevo presidente que siga con las sanciones y que «tome una acción de fuerza» para desalojar a Maduro, algo que a su juicio serviría para «unificar» a EE.UU.

Además, anuncia que los venezolanos harán «presión» para que cumpla su promesa y en los cien primeros días apruebe la protección temporal (TPS) que acabe con el «limbo migratorio» en que están entre 250.000 y 300.000 de ellos.