El Ejército sirio se ha hecho con el control de toda la Ciudad Vieja de Alepo

Entre 100.000 y 200.000 civiles podrían quedar aun en la parte opositora , las cifras varías según las fuentes, y Naciones Unidas volvió a alertar de la «extrema gravedad» de su situación, sin salida segura y atrapados en medio de los combates. En declaraciones efectuadas a la prensa en Damasco, el ministro sirio de Reconciliación Nacional, Alí Haidar, insistió en el gran valor «estratégico» de la toma de la Ciudad Vieja de Alepo y subrayó que aquellos que creyeron desde el primer día en la victoria de Siria ven ahora cómo la moral de los rebeldes está en su punto más bajo y las zonas que controlaban colapsan una tras otra como fichas de dominó».

El empuje de las fuerzas leales a Al Assad obligó a los rebeldes a pedir una tregua humanitaria de cinco días a Rusia , el gran aliado del régimen en el campo diplomático y militar. Los opositores difundieron un comunicado para plantear un alto el fuego temporal que permita la evacuación de heridos y enfermos. Habría unas 500 personas en situación crítica, pero en ningún momento se refirieron a su posible retirada de la ciudad, la exigencia número uno de los rusos para poner fin a la ofensiva. «Las facciones revolucionarias armadas de Alepo no escatimamos esfuerzos para detener la caída de víctimas civiles y su sufrimiento», señaló el Consejo de la Comandancia de Alepo.

Abandonados por Turquía, que desde el verano ha cambiado su estrategia y coordina sus operaciones en Siria con Rusia , Estados Unidos y los países del Golfo, los opositores armados no pueden hacer frente al Ejército sirio, que combate de la mano del Ejército ruso, la milicia libanesa de Hizbolá y las milicias chiíes reclutadas en la región por la Guardia Revolucionaria de Irán. A la espera de lo que pueda ofrecer la negociación entre el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry , en Hamburgo, tanto el Kremlin como el Gobierno de Damasco son inflexibles en su postura respecto a Alepo y no aceptarán ninguna tregua si esta no implica la salida total de los grupos armados. Rusia considera «terroristas» a todos los grupos que han decidido quedarse y combatir, según aclaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que exigió una vez más que los «rebeldes moderados» apoyados por EE.UU. se separen claramente del Frente Fatah Al Sham, considerado el brazo de Al Qaida en Siria.

Rusia apoya desde el aire al Ejército sirio, pero también cuenta con hombres sobre el terreno y esta semana ha sufrido tres bajas. Dos médicos perdieron la vida al ser atacado el hospital de campaña en el que trabajaban y el ministerio de Defensa informó también de la muerte del coronel Ruslan Galitsky, asesor de las tropas sirias caído en los combates en la parte oriental.

Naciones Unidas lo ha intentado por todos los medios, pero sus llamamientos no han obtenido respuesta. Para el organismo internacional la situación es «desastrosa» en la parte oriental de Alepo y recordó que, además del riesgo de los combates y la falta de servicios médicos, la llegada del invierno ha hecho bajar las temperaturas por debajo de cero grados y que los civiles carecen de electricidad y agua . El enviado especial de la ONU a Siria, Staffan de Mistura, adelantó hace unos días que, si se mantiene este ritmo en el avance, todo Alepo podría volver bajo control del Gobierno antes de final de año.

Los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania e Italia se sumaron a los esfuerzos de la ONU y publicaron un comunicado conjunto para alertar del «desastre humanitario» y reclamar de forma «urgente» la aprobación de un alto el fuego. El problema es que estos países hace mucho tiempo que dejaron de tener una influencia real en la situación sobre el terreno , donde es Rusia la potencia que ejerce el liderazgo.