Perfil
Draghi, el hombre que salvó el Euro, llamado para salvar a Italia del Covid-19
Los italianos esperan que el expresidente del BCE logre acabar con la decadencia del país tras dos décadas de parálisis
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónMario Draghi (Roma, 1947), expresidente del Banco Central Europeo (BCE), ha sido visto siempre por los italianos como una gran reserva con la que un día podían contar para un cargo institucional de primer orden, incluyendo el de presidente de la República. ... Muchos medios se refieren a él como «SúperMario» . Al igual que un día, en julio del 2012, en otra dramática crisis, fue quien salvó al Euro con una acción sin precedentes, haciendo célebre su frase «whatever it takes» (lo que sea necesario), ahora los italianos tienen la esperanza de que realice lo que sería casi un milagro: salvar a Italia de la emergencia sanitaria y relanzar la economía, evitando la imparable decadencia del país tras dos décadas de parálisis.
Aquel «cueste lo que cueste», Draghi lo acompañó de otra frase para dar confianza y mostrar su coraje: «Creedme. Será suficiente». Si el Parlamento italiano le otorga su confianza, se verá muy pronto si afronta con esas o parecidas palabras la emergencia sanitaria y la galopante crisis económica. Desde luego, el expresidente del BCE es el único en Italia que ha mostrado ideas muy claras sobre cómo gastar ese dinero del Fondo de Reconstrucción (209.000 millones de euros) del que depende el futuro de Italia y la salida de la crisis de la pandemia. En un reciente discurso, reiteró una idea fundamental que repite en sus intervenciones: «Para relanzar la economía no son suficientes los subsidios, es necesario evitar las desigualdades invirtiendo en el futuro de los jóvenes».
No le faltará coraje. Muestras de ello ha dado a lo largo de su carrera. A los 15 años, perdió a sus padres. Con frecuencia, Draghi utiliza la palabra valor. En una ocasión, lo hizo de forma muy emotiva, al recordar su infancia y a su padre: «A caballo de las guerras, en Alemania, mi padre vio una inscripción en un monumento . Estaba escrito: si has perdido tu dinero, no has perdido nada, porque con un buen acuerdo lo puedes recuperar; si has perdido tu honor, has perdido mucho, pero con un acto heroico puedes recuperarlo; pero si has perdido el valor, lo has perdido todo».
Solo un cargo: consejero del Papa
Draghi, economista, doctorado en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) de Boston, profesor universitario, ejecutivo en Goldman Sachs, expresidente de la Banca de Italia antes de acceder a la presidencia del BCE, ha observado con suma prudencia y discreción la confusa y caótica política italiana. No se le ha oído ni una sola palabra. Cuando alguien lo ha provocado con una pregunta sobre un posible futuro con responsabilidad en la política italiana, se ha escapado con una sonrisa y una respuesta evasiva.
Así, en su último encuentro con periodistas en Fráncfort, sede del BCE, Draghi confió su futuro a su mujer: «Preguntadle a ella». El economista divide su tiempo entre Roma y su residencia en Città della Pieve, municipio de 7.700 habitantes en la provincia de Perugia, región de Umbría, a 155 kilómetros de Roma. Un par de días a la semana está en la capital italiana, en su despacho de expresidente de la Banca de Italia, manteniendo contactos políticos e institucionales. Conserva excelentes relaciones con líderes mundiales, y llama y aconseja a su sucesora, Christine Lagarde . Habla, entre otros líderes europeos, con Emmanuel Macron y Angela Merkel , que lo propuso para presidente de la Comisión Europea, cargo que rechazó.
Desde que abandonó el BCE, Draghi ha participado en seminarios online con economistas y banqueros. Educado con los jesuitas, solo tiene un cargo: es consejero de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales , elegido por el papa Francisco en julio 2020. Precisamente, la revista de los jesuitas, «Civiltà Cattolica», ha relanzado ahora un artículo en el que invoca su compromiso en política: «Cabe desear que su forma de proceder sin retórica, con un análisis y una visión en profundidad , sea adoptado en esferas más amplias de la política tanto europea como italiana», escribió «Civiltà Cattolica».
Una lección sobre la deuda
Su sensibilidad hacia los problemas reales del país la mostró en una intervención, que se leyó casi como un programa de gobierno, el 18 de agosto 2020, en el tradicional encuentro de Comunión y Liberación de Rímini, en el que participan destacadas figuras del mundo sociopolítico y empresarial: «La deuda creada por la pandemia no tiene precedentes y deberá ser pagada principalmente por los jóvenes de hoy. Es nuestro deber asegurarnos de que tengan todas las herramientas para hacerlo mientras vivan en sociedades mejores que las nuestras», dijo Draghi. En su opinión, la única forma de ayudar a las nuevas generaciones es hacer inversión concreta en su formación: «Los subsidios acabarán y se mantendrá la falta de una cualificación profesional , que puede sacrificar su libertad de elección y sus ingresos futuros», advirtió. Fue su primera intervención pública en Italia desde que en el 2019 terminara los ocho años en la presidencia del Banco Central Europeo.
Ese encuentro de Rímini se mira hoy con lupa, porque contiene muchas ideas importantes, válidas para lo que será un capítulo fundamental de su programa, es decir, la ejecución del Plan de Reconstrucción en el que deberá emplear los 209.000 millones de euros que Europa destinó a Italia. Draghi hizo una distinción entre «deuda buena» y «deuda mala», términos que desde entonces se emplean como referencia al hablar de deuda pública: «La reconstrucción inevitablemente irá acompañada de ''stocks'' de deuda destinados a permanecer elevados durante mucho tiempo. Y esta deuda será sostenible, es decir, seguirá siendo suscrita en el futuro, si se utiliza con fines productivos. Por ejemplo, inversiones en capital humano, en infraestructuras cruciales para la producción, en la investigación y en otros usos. Es decir, en todo lo que considerará "buena deuda". Pero su sostenibilidad fracasará si, por el contrario, se utiliza con fines improductivos, lo que hay que considerar como "mala deuda"».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete