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Dinamarca no permitirá a los refugiados pisar su territorio

La ley avala deportar a los solicitantes de asilo a centros ubicados en países fuera de la Unión Europea

Un residente, encaramado a una ventana de un centro para solicitantes de asilo rechazados en Dinamarca Reuters
Rosalía Sánchez

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El Parlamento de Dinamarca ha aprobado una nueva ley de inmigración que permitirá deportar a los solicitantes de asilo a centros ubicados en países fuera de la UE durante el tiempo que lleve la tramitación de su solicitud e incluso una vez conseguido el estatus de refugiados. El Gobierno de Dinamarca espera llegar a acuerdos con otros países que se encarguen de esos centros como una subcontrata y espera con esta política desincentivar la entrada de extranjeros en su territorio. El proyecto de ley, apoyado por la derecha y la extrema derecha, ha sido adoptado con el voto de 70 diputados a favor y 24 en contra.

A partir de ahora, y en cuanto Dinamarca establezca acuerdos con países no europeos dispuestos a acoger los centros de refugiados daneses, todo solicitante de asilo que no padezca una enfermedad grave , única excepción marcada por la ley, será deportado a esos centros. Si, una vez terminado el proceso de solicitud, recibe respuesta negativa, se le pedirá que abandone ese tercer país.

En caso de que la respuesta sea positiva, podrá permanecer en el centro, siempre fuera de Dinamarca, aunque financiada su estancia por el Gobierno danés. El ministro de Inmigración, Mattias Tesfaye , ha informado que está en conversaciones con entre cinco y diez países que no ha especificado. La prensa danesa nombra Egipto, Etiopía y Ruanda como posibles candidatos.

Objetivo «cero refugiados»

La primera ministra socialdemócrata , Mette Frederiksen, ha puesto en marcha una política de disuasión y ha declarado como objetivo la recepción de «cero refugiados». Recientemente ha retirado el permiso de residencia a los refugiados sirios , tras modificar la calificación oficial de Damasco, que ha pasado a ser considerada «zona segura».

También ha hecho aprobar una ley «antiguetos» que limita el número de habitantes «no occidentales» que pueden vivir en cada barrio. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados considera esta política «contraria a los principios en los que se basa la cooperación internacional en materia de refugiados», pero estos reproches no parecen afectar a Frederiksen , que enarbola como un triunfo propio el hecho de que solo 761 personas obtuvieran asilo en Dinamarca en 2019 y otras 600 en 2020. Dinamarca recibe de hecho diez veces menos refugiados que sus vecinos alemanes o suecos.

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