Los 'amigos europeos' de Putin: así se vive país por país la amenaza rusa a Ucrania
Desde hace años hay bastante consenso sobre las intenciones de Rusia: dividir Europa para que sea demasiado débil como para amenazar su seguridad o desafiar sus intereses, en particular en lo que el Kremlin considera su «esfera de influencia»
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Iniciar sesiónEn octubre de 2021, la guerra silenciosa que desde 2014 había empantanado el este de ucrania ( Donbass ) parecía tomar otro color con las noticias que llegaban sobre la movilización de tropas rusas y misiles antiaéreos buk (como los que derribaron el vuelo ... MH17 en julio de 2014) hacia la frontera. Según la inteligencia de EE.UU. el número de tropas podía llegar a los 175.000 soldados a principios de 2022. A la mayor presencia militar, además, se le sumaba la creciente retórica hostil procedente del Kremlin cuando el pasado diciembre Vladímir Putin alertaba sobre un potencial genocidio en el Donbass. Se estaba cocinando a fuego lento, según un informe del Servicio de Estudios del Parlamento Europeo (PE), un 'casus belli' que justificara una posible invasión rusa. Este estudio se publicó de la mano de la votación de una resolución en la Eurocámara instando a la desescalada de las tensiones actuales en la frontera entre Rusia y Ucrania ante la acumulación de tropas rusas. Pese a que el PE ha condenado las «acciones amenazantes y desestabilizadoras» de Rusia, las votaciones de la Eurocámara ofrecen una fotografía de la falta de consenso europeo sobre cómo deben la UE y sus Estados miembros relacionarse con Moscú.
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En la votación del pasado diciembre sobre la ' Situación en la frontera con Ucrania y en los territorios de Ucrania ocupados por Rusia ', según datos recabados por la plataforma VoteWatch y a los que ha tenido acceso este diario, entre los que votaron en contra a condenar las acciones rusas destacan formaciones de los grupos más a la derecha, encarnados especialmente por Identidad y Democracia, que como grupo había abogado por la abstención, y por la Izquierda Unitaria. En estos últimos están integrados los eurodiputados de Podemos y Bildu, que votaron en contra de la resolución en línea con la posición de su grupo europarlamentario. En la declaración política, el Parlamento Europeo «respalda la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente; reitera su firme apoyo a la política de la Unión de no reconocimiento de la anexión ilegal de la República Autónoma de Crimea y de la ciudad de Sebastopol; y condena la participación directa e indirecta de Rusia en el conflicto armado en el este de Ucrania».
De los partidos que votaron en contra de forma masiva destaca la representación del antiguo Frente Nacional (hoy Agrupación Nacional), entre las más numerosas del Parlamento Europeo. La formación francesa, ganadora de las dos últimas elecciones europeas, está liderada por Marine Le Pen , de visita este fin de semana en Madrid en la Cumbre de Madrid Defender Europa convocada por Vox.
Bálticos y polacos, en contra del Kremlin
Aliado contra Bruselas pero en frente con respecto a Moscú, el primer ministro polaco por Ley y Justicia, Mateusz Morawiecki , también acudió a la cita madrileña. Varsovia lidera la oposición frontal a la Rusia de Putin y por supuesto, los eurodiputados de este partido, votaron a favor de la resolución a favor de Ucrania, como también lo hicieron los de Vox. En realidad, toda la representación polaca en la Eurocámara apoyó la moción.
«El neoimperialismo ruso está regresando ante nuestros ojos amenazando con la desestabilización de la UE. La acumulación militar de Rusia y sus demandas poco realistas con respecto al futuro de la OTAN imponen una reacción clara y resuelta: un apoyo inquebrantable a Ucrania. Haré una visita a Kiev», anunció ayer Morawiecki.
Precisamente, Marine Le Pen se ha desmarcado de la declaración conjunta en francés del encuentro en la cuestión rusa, al no firmar la parte donde los países criticaban las maniobras militares rusas que «están llevando a Europa al borde de la guerra» (que sí aparece en las versiones en inglés y español), como ha destacado el periodista Matthew Bennett.
Orban, más prorruso que la sociedad húngara
Europa del Este no es tan homogéneo en este sentido. «En Polonia todo el mundo está en contra de Rusia, ya sea a izquierda o derecha, solo algunos grupúsculos neonazis sin representación apoyan a Rusia», describe a ABC el analista del think tank ECFR, Gustave Gressel , que ve una posición similar en los países Bálticos. La minoría rusa representa casi una cuarta parte de la población estonia. El pasado verano, cuando Putin escribió un ensayo en el que afirmaba que Ucrania no era una nación histórica legítima, hizo sonar las alarmas en Estonia, Letonia y Lituania. Ya en los años 2000 esgrimió argumentos parecidos. Así y todo, para Gressel, tanto Polonia como los Bálticos presentan una mayoría aplastante que es al menos escéptica con las intenciones de Rusia, más allá de las minorías de lengua rusa y que siguen la televisión en este idioma.
No hay un frente común por tanto entre los conservadores que se enfrentan a Bruselas. Como destaca Gressel, la visión de Morawiecki dista mucho de la de otros líderes como Viktor Orban. Para el analista, se da una paradoja en Hungría por la que el ‘establishment’ político liderado por Fidesz y su primer ministro tienen que hacer constantes equilibrismos con su simpatías en privado con el Kremlin e incluso con su narrativa del «declive de la democracia liberal de occidente», y que «Rusia es el futuro», pero la sociedad húngara no piensa lo mismo. «Por historia, los húngaros son escépticos con respecto a Rusia al contrario que su élite política. No es de extrañar que Orban trate de esconderlo electoralmente . Sabe que es impopular», describe.
La minoría húngara en Transcarpacia, al oeste de Ucrania, es motivo de preocupación de Orban
Viktor Orban , que abandonó el Partido Popular Europeo en 2021 , tiene previsto visitar este martes en Moscú a su homólogo ruso Vladimir Putin, de quien ha tratado de imitar su modelo de gobierno, el control sobre los medios de comunicación y el poder judicial, además de el papel de guardián de la Europa cristiana. En esta línea, el líder húngaro, que esta primavera se enfrenta a sus elecciones más inciertas en el último lustro, ha denunciado en los últimos años el «abandono» y las «duras condiciones de vida» de la minoría húngara de Transcarpacia, en el oeste de Ucrania.
En Bulgaria los más prorrusos de la UE
Si en Hungría el 'establishment' político ve con mejores ojos al régimen ruso que los votantes, en Bulgaria sucede todo lo contrario, señala Gressel. «En Bulgaria se puede ver a la población más prorrusa de la UE y cuanto más extremista, mayor es el sentimiento prorruso. Sin embargo, su gobierno actual está compuesto por partidos más centristas que tienen que ser cuidadosos y no mostrarse demasiado EE.UU y OTAN», considera Gressel. No obstante, añade, socialistas y comunistas sí son más cercanos a las visiones del Kremlin.
Presidente, prorruso, pese al creciente europeísmo
En República Checa está un poco más repartido: «Los comunistas son, por supuesto, los más prorrusos, como también los oligarcas tienden a serlo. Los liberales, en cambio, no lo son tanto», sostiene el analista de ECFR. Milos Zeman , el presidente de la República Checa, desde hace meses en un precario estado de salud, también se siente cómodo con Putin, retrasando en diciembre el nombramiento del Gobierno encabezado por el europeísta Petr Fiala por su elección de un ministro de Relaciones Exteriores, Jan Lipavský, del Partido Pirata, conocido por sus posiciones pro-UE y su lucha constante contra la corrupción. Como recoge el semanario británico 'The Economist', la opinión mayoritaria en el país ha virado hacia posiciones más europeístas en los últimos años.
Debate sobre la OTAN en los países escandinavos
En cuanto a los nórdicos, la histórica neutralidad finlandesa y sueca con respecto a Rusia y su no entrada a la OTAN puede que esté pasando por un cambio de inflexión ante la escalada de tensiones y del discurso por parte del Kremlin. En cuanto a la población, según el think tank CEPA , la opinión pública en los dos países es mixta: «Los suecos están más a favor de la OTAN que antes, pero se dividen entre los que están a favor, los que están en contra y los indecisos». En Finlandia, por contra, el apoyo popular a formar parte de la OTAN sigue siendo relativamente bajo. Las últimas encuestas, de octubre de 2020 (es decir, antes de la acumulación de tropas cerca de Ucrania) muestran que el 26 % de los finlandeses apoyaba unirse a la alianza, mientras que el 40 % se oponía activamente.
En Alemania, división de opiniones
Sin embargo, la legión de prorrusos y admiradores del Kremlin no solo pueblan Europa del Este; ni mucho menos. «En Alemania tenemos a AfD , en la derecha, y Die Linke, en la izquierda. Junto con Podemos en España, por su vertiente anti Estados Unidos, «Die Linke es el ejemplo perfecto de partidos de izquierdas, prorrusos, que justifican todo lo que viene de Moscú, aunque sea la represión policial», apunta Gressel, que matiza que la relación con Rusia de las fuerzas a la izquierda de la socialdemocracia europea depende también mucho de su propia historia. También ve una brecha generacional: los líderes más jóvenes tienden a ver Rusia con peores ojos que los mayores, que romantizan más el legado de la URSS y la conexión del gobierno actual con la principal oposición al eje EE.UU.-OTAN.
En Alemania hay divisiones sobre la relación con Rusia y si enviar o no armas a Ucrania, no solo entre partidos sino también entre las distintas facciones de las formaciones más allá del apoyo prorruso más o menos explícito de los derechistas de AfD y los izquierdistas de Die Linke. «Entre los socialdemócratas casi nadie apoya que se tenga que enviar armamento. Antes de las elecciones eran los Verdes los más entusiastas a la hora de apoyar a Ucrania , pero una vez que lo mostraron públicamente, casi de forma inmediata pasaron del primer puesto al tercero en las encuestas. En privado admiten que es lo correcto pero visto el shock electoral ahora son más cautelosos», sostiene el analista alemán de ECFR. El apoyo a Ucrania respondería a la idea de deuda histórica con Ucrania por los horrores de la ocupación nazi.
En su acuerdo de coalición 'semáforo', el SPD, los Verdes y los liberales (FDP) acordaron una política restrictiva de exportación de armas que no permitiera ninguna entrega de armas a las regiones en crisis. No en vano, el suministro de armamento sigue siendo muy impopular entre la población alemana, especialmente si pudiera afectar a la población rusa. En cambio, esa renuencia de Berlín a enviar armas a Ucrania (la decisión de enviar 5.000 cascos militares ha sido muy criticada), o ser más contundente contra Rusia, está siendo interpretada como una equidistancia que puede terminar favoreciendo a Moscú.
El dúo Mattarella-Draghi, entre prorrusos
Italia es un caso paradigmático. Con la reelección del presidente Sergio Mattarella, muy a su pesar, el país ha conseguido mantener a dos líderes europeístas al frente tanto de la República como del Gobierno (Mario Draghi), pese a contar con el Parlamento (donde destacarían la Lega y Hermanos de Italia) «más euroescéptico, prorruso y prochino de su historia», tuiteaba el pasado sábado el corresponsal del diario italiano 'Il Foglio' en Bruselas, David Carretta.
¿Cómo ve Rusia a Europa?
Volviendo a Francia, a Marine Le Pen, tradicionalmente bien relacionada con Rusia, e incluso mediante créditos bancarios para financiar su partido, le ha salido un contrincante aún más a la derecha: la estrella televisiva y polemista Eric Zemmour , a quien Gressel también ve cercano a los postulados del Kremlin.
¿Y cómo ve Rusia a Europa? Desde hace años hay bastante consenso entre los principales think tank europeos como Carnegie : «La intención estratégica del Kremlin en Europa es ampliamente conocida. Quiere mantener al continente (y a Occidente en general) demasiado dividido y débil como para amenazar su seguridad o desafiar sus intereses, en particular su deseada hegemonía sobre los países postsoviéticos».
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