Condenado a 15 años por corrupción el ex alcalde de Nankín, «Bulldozer» Ji Jianye

Entre 1990 y 2012, cuando dirigió otras ciudades de Jiangsu como Kunshan y Yangzhou, cuna del expresidente Jiang Zeming , Ji Jianye amasó 11,3 millones de yuanes (1,6 millones de euros) en sobornos y regalos. Tras su caída en desgracia, las autoridades le han confiscado millonarias propiedades y, entre otras preciadas pertenencias, un Dodge y un cuadro valorado en varios miles de euros. Por su confesión y arrepentimiento, el tribunal ha decidido rebajarle el castigo.

El antiguo alcalde, que fue expulsado del Partido Comunista el año pasado, es otra víctima más de la campaña anticorrupción emprendida por el presidente Xi Jinping , que se ha propuesto cazar por igual a «tigres», altos cargos del régimen, y a «moscas», los pequeños funcionarios.

Hasta ahora, su pieza más preciada es el anterior responsable de la Seguridad del Estado, Zhou Yongkang , que el viernes fue acusado formalmente de aceptar sobornos, abuso de poder y filtración de secretos oficiales. Su próximo juicio, que se celebrará en la ciudad de Tianjin, sentará en el banquillo al más alto cuadro del Partido Comunista desde el proceso hace ya más de cuatro décadas a la viuda de Mao Zedong y la «Banda de los Cuatro» por los desmanes de la «Revolución Cultural» (1966-76). Zhou Yongkang era el padrino político del carismático Bo Xilai, quien fue ministro de Comercio y dirigió importantes ciudades como Dalian y Chongqing y fue condenado a cadena perpetua por corrupción en 2013. Su esposa, Gu Kailai, había sido sentenciada a muerte un año antes por asesinar a su socio británico, quien les ayudaba a evadir de China el dinero negro que habían amasado con sus «negocios».

En febrero, el vicegobernador de la provincia de Anhui, Ni Fake, fue condenado a 17 años entre rejas por aceptar 13 millones de yuanes (1,9 millones de euros) en sobornos, obras de arte y piedras preciosas.

Otra destacada figura del régimen caída en desgracia por corrupción fue el ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun, quien fue condenado a muerte en julio de 2013, pero con la sentencia suspendida durante dos años, lo que suele equivaler a una cadena perpetua.