El Estado Islámico organizó proyecciones públicas de la ejecución del piloto jordano

En él puede verse cómo en un espacio público de esta ciudad se va formando un grupo de gente cada vez más numeroso, hasta que se inicia la proyección. El video, de cinco minutos de duración, muestra las reacciones del público a la brutal muerte del piloto, quemado vivo en el interior de una jaula: rostros de fascinación y entusiasmo (la mayoría barbudos), entre gritos de «¡Alá es grande!». Especialmente impactantes son las imágenes de un niño de unos ocho años de edad, que contempla la pantalla sonriendo, y que posteriormente dice a la cámara: «Yo le habría hecho arder con mis propias manos».

En Raqqa y otras ciudades en manos de los yihadistas, es notorio el malestar de la población ante los ataques aéreos de la coalición internacional. Esta ha sido, de hecho, la razón alegada por los responsables del Estado Islámico para justificar el haber quemado vivo al piloto , como represalia por los bombardeos.

Según los activistas de «Raqqa is being slaughtered silently [«Raqqa está siendo masacrada en silencio»], un grupo contrario al Estado Islámico, el video de la ejecución de Kasaesbeh fue reproducido en las pantallas «una y otra vez» durante horas. En el pasado, los islamistas radicales han utilizado las plazas de Raqqa para crucifixiones y ejecuciones públicas. A menudo los cadáveres son expuestos durante días de forma ejemplarizante.