La Policía belga mata a dos yihadistas que planeaban un atentado «salvaje»

Según las explicaciones dadas por el portavoz de la fiscalía general, Eric van der Sypt, los dos yihadistas fueron abatidos después de que, nada más aparecer las fuerzas del orden, dispararan contra estas en un tiroteo que se prolongó durante «muchos minutos». Los habitantes del barrio de Verviers que fueron testigos de la operación afirmaron que algunas explosiones precedieron al sonido de los disparos, aunque no está claro si se trataba de bombas o de los explosivos utilizados por los agentes para abrir la puerta. El portavoz de la fiscalía resumió los hechos diciendo que los terroristas habían sido «neutralizados» y que «ningún policía resultó herido».

Los vecinos de la zona no fueron avisados de la operación y todo parece indicar que los expertos de la seguridad belga no se esperaban que los militantes islamistas llegarían a enfrentarse a la Policía. En todas las demás operaciones que se llevaron a cabo en el país no se tuvieron noticia de incidentes violentos.

La noticia ha causado hoy conmoción en Bélgica , al corroborar el temor de la sociedad de este país a que los yihadistas estén preparando una ofensiva en toda regla en los países donde hay una población importante de residentes musulmanes. Sypt subrayó que «se ha evitado un atentado de envergadura» y aunque se insiste en que lo sucedido aquí no está conectado con el ataque al semanario «Charlie Hebdo», la población lo ha recibido como si así fuera.

Los diarios belgas acababan de descubrir un vídeo difundido el miércoles por los yihadistas del Estado Islámico en el que se decía a sus seguidores que no hace falta que vayan a la guerra en Siria o Irak, cuando pueden luchar en sus propias países en Europa. Después de los asesinatos de Paris, este llamamiento a traer el terror al Viejo Continente parece cada vez más creíble. Poco antes de conocerse el asalto policial en Verviers, un hombre armado había sembrado el pánico en la estación del metro Ribeaucourt, en Molenbeek-Saint-Jean, un municipio de la región Bruselas-Capital, gritando «Alá es el más grande» antes de ser detenido por la Policía. El sujeto en cuestión era una persona de origen africano y no se ha explicado si era un simple desequilibrado o si está conectado con las células yihadistas desarticuladas.

En este ambiente se conocieron a media tarde las primeras noticias , todavía muy confusas, sobre la operación llevada a cabo en Verviers, una localidad tranquila, de lengua francesa, cercana tanto de Alemania como de Holanda.

El primer ministro, Charles Michel, solo ha dicho que están siguiendo al milímetro la situación, y la junta de seguridad antiterrorista ha decidido elevar el nivel de alerta del segundo al tercer grado en una escala de cuatro.

La Policía registró ayer una decena de domicilios en Bruselas y Verviers. Según fuentes citadas por el diario Le Soir, han sido las escuchas llevadas a cabo precisamente en el seguimiento de un grupo de militantes integristas que habían regresado de Siria lo que les ha llevado al convencimiento de que preparaban un «inminente atentado de envergadura». De acuerdo con varios medios belgas, los objetivos de los atentados que se preparaban eran varias instalaciones de la Policía. El diario «La Libre Belgique» informaba de que, en uno de los eficios registrados en el barrio de Anderlecht de Bruselas, se habían encontrado explosivos, lo que confirmaría la preparación de un ataque en Bélgica.

El hecho de que los yihadistas belgas no estén orgánicamente conectados con los franceses no significa que no quisieran actuar para aprovechar la conmoción provocada por los ataques de París. Pero la investigación habría comenzado hace dos semanas, es decir, mucho antes de los atentados en Francia, aunque medios policiales citados por la televisión flamenca VRT dan por hecho que «la intención de los terroristas que pretendían actuar en Bélgica tenía en cuenta los efectos de lo sucedido en París» .

Los medios belgas hablaban también de que las armas utilizadas en Francia habían sido adquiridas en Bruselas, en un barrio cercano a la estación de Midi donde vive una gran comunidad de origen musulmán. Sin embargo, ninguna de las diez operaciones policiales estaba concentrada en ese barrio específico.

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El hecho de que los yihadistas belgas no estén orgánicamente conectados con los franceses no significa que no quisieran actuar para aprovechar la conmoción provocada por los ataques de París. Pero la investigación habría comenzado hace dos semanas, es decir, mucho antes de los atentados en Francia, aunque medios policiales citados por la televisión flamenca VRT dan por hecho que «la intención de los terroristas que pretendían actuar en Bélgica tenía en cuenta los efectos de lo sucedido en París».

Los medios belgas hablaban también de que las armas utilizadas en Francia habían sido adquiridas en Bruselas, en un barrio cercano a la estación de Midi donde vive una gran comunidad de origen musulmán. Sin embargo, ninguna de las diez operaciones policiales estaba concentrada en ese barrio específico.