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¿Por qué las venezolanas se hacen tanto la cirugía estética?

Los concursos de belleza que han llevado a Venezuela ganar 13 coronas de Miss Universo y Miss Mundo empujan a las venezolanas a preocuparse más por su apariencia

¿Por qué las venezolanas se hacen tanto la cirugía estética? reuters

ludmila vinogradoff

A todas las mujeres les gusta verse bonitas pero a las venezolanas , en particular, el embellecimiento las ha llevado a niveles obsesivos extremos: han triplicado las cifras de operaciones estéticas en los últimos dos años pese a la crisis económica y la escasez de cosméticos que afecta al país.

Los concursos de belleza que han llevado a Venezuela ganar 13 coronas de Miss Universo y Miss Mundo ejercen una presión que empujan a las venezolanas a preocuparse más por su apariencia física y recurrir más a la cirugía estética para sentirse bien y ser aceptada socialmente como un mecanismo de evasión de la crisis que las agobia.

La encuestadora Datos señala que «86% de los venezolanos cree que verse bien es estar bien»; es decir, que para casi nueve de cada 10 personas en Venezuela la buena apariencia es fundamental, independientemente del estrato social y los problemas de escasez de alimentos o medicinas.

Efraín Castillo, especialista en cirugía estética, afirma que Venezuela ocupa el sexto lugar en el ranking mundial después de Brasil, Estados Unidos, México, Alemania y Colombia. Ni la devaluación de la moneda ni la inflación han frenado las operaciones: «Pese a la crisis económica, en los últimos dos años casi se triplicó el número de intervenciones de este tipo». Venezuela se moldea con bisturí, añade.

En el país, cada hora 26 personas entran al quirófano para someterse a una intervención que mejore su aspecto físico. Según una encuesta global presentada recientemente por la Asociación Internacional de Cirugía Plástica (ISAPS por sus siglas en inglés), durante el año 2013 se realizaron en el país 231.742 operaciones con fines cosméticos; es decir, unas 634 por día.

En sólo dos años la cantidad de cirugías cosméticas en suelo patrio creció 285%, pues en 2011 se realizaron 81.158 procedimientos (unos nueve cada hora) versus los más de 231 mil de 2013.

«Nuestros datos indican que en Venezuela se hacen más cirugías estéticas per cápita», agrega la vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, la doctora Linda Rincón. «Es verdad que en Brasil se efectúan muchas más intervenciones cosméticas que aquí, pero su población total es de casi 200 millones de habitantes. Acá la población es de 29 millones. Partiendo de esta correlación, nuestro país tiene el primer lugar».

Un informe del diario británico «The Guardian» apoya este dato y señala que Venezuela es la nación con la tasa más alta de cirugías estéticas en el planeta, pues aquí se efectúan, anualmente, 7,6 procedimientos de este tipo por cada 1.000 habitantes frente los 7,4 de Brasil y los seis de Estados Unidos. Traducido en cifras más sencillas, aproximadamente, uno de cada 150 venezolanos se somete al bisturí para verse mejor o tratar de alcanzar un ideal de belleza.

Las que más recurren al bisturí son las modelos, actrices , presentadoras de televisión, secretarias o ejecutivas, pero también las estudiantes y las muchachas más humildes hacen lo que sea para verse mejor.

Tener senos más grandes es la principal petición de las venezolanas y en segundo lugar la liposucción. El año pasado unas 38.500 mujeres recibieron implantes mamarios de mayor tamaño, una cifra que equivale a la cantidad de personas necesarias para llenar casi cuatro veces el Poliedro (estadio) de Caracas, señala la doctora Rincón.

En tercer lugar las operaciones más solicitadas son la lipoescultura, la rinoplastia, la reducción de busto, el aumento de glúteos y el refrescamiento facial.

«La cirugía estética se ha masificado porque los venezolanos de todas las clases sociales se someten a intervenciones de este tipo si tienen la oportunidad», señala la doctora Linda Rincón. El asunto de la belleza es parte de la idiosincrasia nacional.

El culto a la belleza también es por la competitividad, señala el secretario de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Maxilofacial, Gabriel Obayi, «cada persona quiere tener más que la otra o verse mejor que la otra. Muchas recurren a tratamientos no invasivos porque no requieren quirófano y vuelven por más porque sienten que no es suficiente. Aquí hay un culto a la belleza», destacó.

Para Obayi, la obsesión por la belleza es más marcada en esos casos y se ve favorecida por la falta de controles, la práctica ilegal de la medicina en el país y por el tráfico ilegal de productos prohibidos por el Ministerio de Salud, lo que ha producido muchos decesos.

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