Las negociaciones israelo-palestinas, al borde del colapso

El gobierno palestino ha respondido esta semana lanzando otro golpe de efecto tras firmar la petición de adhesión a quince organismos internacionales el pasado martes, la mayoría pertenecientes a la ONU. Esta maniobra de Abás choca frontalmente con lo estipulado al inicio de las negociaciones, ya que Israel insistió en que la petición de adhesión unilateral a este tipo de organizaciones podría suponer el fin del inmenso esfuerzo de Estados Unidos por sacar adelante un acuerdo.

Ahora las negociaciones cuelgan de un hilo mientras que el fuelle del secretario de Estado norteamericano John Kerry se desinfla. Kerry, que ha tenido una agenda maratoniana en los últimos meses entre Jerusalén y Ramala, tiró ayer la toalla cuando aseguró que la diplomacia estadounidense no da más de sí.

“Puedes facilitar, puedes empujar, puedes animar, pero los dos bandos tienen que tomar decisiones fundamentales por sí mismos,” aseguró Kerry este jueves en Algeria, a donde viajó para tratar temas de seguridad estratégica. “Los líderes tienen que liderar y ver el momento cuando está ahí,” prosiguió el político estadounidense, refiriéndose a la oportunidad perdida de lograr un acuerdo.

La atmósfera en Israel y Cisjordania en cuanto al estado de salud de las negociaciones es ahora muy pesimista, sobre todo después de la reunión de urgencia el miércoles por la noche del negociador de EE. UU. Martin Indyk con su homóloga israelí, Tzipi Livni, y el negociador de la ANP, Saeb Erekat. Según medios israelíes la reunión fue muy tensa, calificándola incluso de “batalla”, con ambos bandos lanzándose acusaciones mutuas . Tras siete horas de reunión, Indyk se marchó a casa con las manos vacías y muy posiblemente la sensación, compartida por la gran mayoría de israelíes y palestinos, de que continuar las reuniones es como intentar revivir a un muerto.