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El «Minibar» de José Andrés donde Barack invitó a Michelle

El restaurante del chef español, con sitio para doce personas, no tiene carta; lo que se sirve es una degustación de más de veinte platos, a 170 euros por cabeza

El «Minibar» de José Andrés donde Barack invitó a Michelle Ken Wyner

emili j. blasco

Sopa de aceite con mandarina y tarta de almendra con queso azul, entre otras innovaciones culinarias, forman parte del menú de más de veinte platos que el presidente Barack Obama y su esposa Michelle degustaron la noche de San Valentín durante la cena en « Minibar », el exclusivo restaurante del chef José Andrés en Washington. Precio: 225 dólares (170 euros) por cabeza.

Con solo doce asientos y reservas que se hacen al comienzo de cada temporada, «Minibar» no necesitaba publicidad, pero la visita de Barack y Michelle ha hecho aumentar la demanda, y eso a pesar del elevado precio de la degustación, en el que no se incluyen las bebidas. Incluso en la zona de cócteles, bautizada como «Barmini» y que se reserva independientemente, la espera es de casi un mes.

«Minibar es mi centro neurálgico. Es donde todo comienza», afirma José Andrés. Es su lugar de experimentación, con un puñado de hambrientos espectadores como testigos. «Los comensales son saludados con cócteles a su llegada, son conducidos a través de unas discretas puertas de entrada y sentados en asientos de primera fila para una espectacular función culinaria», comenta el equipo del chef.

La visita en San Valentín de los Obama, desvelada por la Casa Blanca (todas las «escapadas» del presidente se comunican, aunque horas después por razones de seguridad), fue una forma de celebrar la reapertura del restaurante, que se suma a lista de los frecuentados por el presidente y su esposa. Puesto en marcha en 2003, hace unos meses se trasladó a lugar algo más amplio, con nuevo diseño.

En estos diez años, José Andrés ha dado un gran salto. La revista «Time» le ha incluido entre las cien personas más influyentes del mundo. Su programa gastronómico en la televisión pública PBS, en el que ha contado con Michelle Obama como invitada, le ha hecho famoso en Estados Unidos. Lo suyo es gama alta: enseña «Ciencia y Cocina» en Harvard.

La niña de sus ojos

Aunque ha acometido diversas iniciativas, como la apertura de un par de sucursales de su exitoso «Jaleo» , todas en el área de Washington, o la venta de bocadillos en su camion PEPE , diríase que «Minibar» es la niña de sus ojos. El arquitecto y diseñador Juli Capella se encargó de concebir el espacio. Otros nombres propios del lugar son los Jorge Hernández, Juan Coronado y Lucas Paya, en los que José Andrés descansa para las tareas de cocina, cócteles y vinos, respectivamente.

Para asegurar la reserva en «Minibar» hay que dar el número de tarjeta de crédito, porque la cuenta ciertamente sube. Además de los 225 dólares por cubierto, hay que sumar la bebida, a elegir entre diversas selecciones de vinos (a tres precios: 75, 125 y 200 dólares) o propuestas no alcohólicas (45 dólares), así como la propina (el preceptivo 12-15% de EE.UU.).

Una opción más barata es acudir únicamente a la sección de copas. En el «Barmini» los precios de los cócteles oscilan entre 12 y 16 dólares. La carta escoge de entre el centenar de cócteles con los que José Andrés y Juan Coronado han experimentado. Se trata, por ejemplo, de «La Sevillana», con moscatel Pedro Ximénez, licor de manzana «Applejack» y Chartreuse amarillo, que es ahumado y servido en un frasco. También se recupera «The Knickerbocker», un cóctel concebido en el Waldorf Astoria en la década de 1930, con ron, lima, jarabe de frambuesa y curaçao.

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