El regreso de Carlos I a Barcelona: la original actividad de Historiadores de Cataluña para este domingo

En 1517, Carlos I viajó a la Península a hacerse cargo de la herencia materna tras la muerte de su abuelo Fernando El Católico , Rey de Aragón y gobernador de Castilla dada la incapacidad para reinar su hija Juana. El joven y tímido Carlos no causó una buena impresión inicial en Castilla y, de hecho, salió de forma abrupta hacia Corona de Aragón, donde permaneció más de un año enzarzado con las Cortes aragonesas y con las catalanas, y luego hacia Alemania, donde acudió a reclamar el trono vacante de su abuelo Maximiliano I en el Sacro Imperio Romano Germánico. La indignación de castellanos y aragoneses se sustentó en cifras: «En nuestra tierra obtuvo 600.000 ducados y permaneció solo cuatro meses; en Aragón, 200.000 y estuvo ocho meses; en Cataluña, 100.000, y se queda un año».

En ese año que pasó en Barcelona, Carlos I pudo conocer algunos de los rincones más emblemáticos de la Ciudad Condal , entonces recuperándose de una crisis comercial que había desplazado a Valencia los negocios mediterráneos de la Corona de Aragón. Además, Carlos I, que había jurado como Rey de Castilla en Valladolid, por Aragón en Zaragoza y por los condados catalanes en Lérida, decidió solemnizar su entrada en Barcelona con la celebración del XIX capítulo de la Orden del Toisón de Oro en la catedral, como homenaje a los reinos peninsulares y para resaltar el carácter dinástico de la institución.

Los días 6 al 8 de marzo de 1519, el Rey presidió en la catedral de Barcelona la reunión más importante de esta orden vinculada a la dinastía de Borgoña, la primera vez que tenía lugar en España, y además resultó ser la única ocasión en que tuvo lugar fuera de los Países Bajos hasta que, siglos más tarde, como afirmación de la españolidad del Toisón y para desmentir a la rama austriaca, los capítulos tuvieron lugar en Palacio hasta designarse en 1755 a la iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid como capilla de la Orden.

El capítulo de Barcelona se inició celebrando funerales solemnes por el emperador Maximiliano, que había fallecido dos meses antes. Concurrieron doce caballeros y se invistió a otros doce, entre los que se contaban los españoles Duque de Alba, Marqués de Astorga, Duque de Béjar, Duque de Cardona, Duque de Frías, Duque del Infantado, Conde de Melgar, Duque de Nájera y Marqués de Villena, además de los Reyes de Dinamarca y de Noruega.

Más de 500 años después, Historiadores de Cataluña recrea buena parte de estos actos del Rey en su visita por al coro de la Catedral de Barcelona y luego organiza una cena renacentista. A principios de esta año, ya organizaron una actividad similar en Lérica conmemorando la entrada allí de Carlos I.

En tiempos de difamación e inventiva en Cataluña, la Associació d’Historiadors de Catalunya-Antoni de Capmany nació con el objeto de difundir y dar a conocer la historia española desde la máxima objetividad posible, «con sentido crítico, académico, pero con un lenguaje inteligible y agradable al profano». Para más información y reservas, la organización ha facilitado la siguiente cuenta de correo electrónico: historiadors@historiadors.cat .