De la fundación de Ponce de León a la tumba de los piratas ingleses: los 400 años españoles de Puerto Rico

Juan Ponce de León (Valladolid, 1465-La Habana, 1521) fue protagonista de los primeros años de la exploración en América, o más concretamente por las islas del Caribe a las que arribó Colón en 1492. De este castellano se desconocen hasta los datos más básicos como el lugar exacto de su nacimiento o quién fue su padre (bien pudo ser uno de los veintiún hijos bastardos del conde Juan Ponce de León ). Tampoco faltan dudas sobre su posible participación en la Guerra de Granada o que estuviera ya en América durante el segundo viaje de Colón. No en vano, como señala el catedrático Luis Arranz Márquez en la entrada dedicada a este personaje por la Real Academia de Historia, si estuvo en Santo Domingo desde tan temprano esos años «se desarrollaron en el más absoluto anonimato».

Las primeras huellas de Ponce de León aparecen en las operaciones de poblamiento y de guerra en Santo Domingo contra los indígenas a principios de siglo, lo que le sirvió para ganarse la confianza de Nicolás de Ovando . Hacia 1508, el gobernador pidió a Ponce de León que buscara la manera de explorar la isla de Boriquén (el nombre indígena de la isla de Puerto Rico , descubierta por Colón en 1493), pues habían llegado noticias de que allí había oro. Las capitulaciones para esta empresa obligaban al conquistador a hacerse amigo de los indios, a no abusar de los indígenas, a localizar y extraer oro, a cultivar alimentos para los españoles y a construir una casa fortaleza en la isla.

Al frente de cincuenta hombres bajo su mando, Juan Ponce arribó el 12 de agosto de 1508 en la región sur de Puerto Rico, donde entabló relaciones amistosas con los indígenas. Al norte, el castellano encontró un puerto tan hermoso que Juan Ponce lo calificó de ‘ Puerto Rico ’, si bien el primer nombre que recibió la isla por parte de los españoles fue San Juan. En poco tiempo construyeron una granja de cultivo, caminos, un desembarcadero y una casa de piedra. A la vista de su rápido éxito, Ponce de León fue nombrado capitán general de la isla y continuó con los avances, con el insistente apoyo de la Corona , en lo que iba a ser un punto estratégico para que mantenga España el control del Caribe. Hubo rebeliones indias y un sinfín de dificultades hasta en forma de plagas de hormigas, pero la isla fue floreciendo.

Aunque alejado por momentos del gobierno de Puerto Rico por cuestiones palaciegas, Ponce de León se las arregló mientras él vivió para guardarse siempre la última palabra sobre el futuro de la isla, su división territorial y los pasos para su evangelización. El explorador moriría en 1521 debido a una flecha indígena recibida cuando andaba explorando La Florida. La leyenda diría que lo hizo cuando perseguía la fuente de la eterna juventud que « tornaba mozos a los viejos », pero este mito fue construido años después de que Ponce llegara en aquella tierra. Puerto Rico, por su parte, siguió su transcurrir histórico una vez muerto su fundador.

Las enfermedades traídas por los europeos , tales como el sarampión o la viruela, causaron la muerte de miles de taínos. El golpe demográfico fue paliado por los comerciantes españoles, que lo apostaron todo a la empresa azucarera, con la llegada masiva de esclavos africanos negros. Sucesivas olas migratorias de ingleses, irlandeses, franceses, holandeses, alemanes, criollos provenientes de Sudamérica, corsos y mallorquines completaron un complejo mosaico de étnias y sangres en Puerto Rico.

Durante siglos, el Imperio británico disputó al Imperio español la posesión de la isla debido a su cercanía con las colonias anglosajonas y a que era un lugar de paso imprescindible para que los barcos fueran a Cuba, Santo Domingo o México. Francis Drake pudo ocupar en 1535 el puerto de San Juan durante tres días y, tres años después, el almirante inglés Cumberland , al mando de 20 navíos, se apoderó de la isla con la intención de retenerla para siempre. No fue posible más por las epidemias que por la presencia militar española, que justo a raíz de aquella invasión decidió tomarse en serio la amenaza.

Durante la guerra entre Inglaterra y España –conocida como Guerra anglo-española de 1585-1604–, Francis Drake y John Hawkins intentaron sin éxito invadir la isla con 26 navíos. Los defensores les recibieron con una hilera de cinco fragatas –de reciente construcción y adaptadas al escenario atlántico– apuntando sus cañones hacia los forasteros. La flota invasora tuvo que retirarse momentáneamente cuando los cañones españoles penetraron en la mismísima cámara de Drake justo cuando éste brindaba con sus oficiales. El jefe de la flota salió ileso, pero dos oficiales fallecieron y otros tantos quedaron gravemente heridos. Además, la salud de John Hawkins se consumió por completo poco antes de estos primeros combates, dejando a Drake como único mando.

Pese al furioso recibimiento, los ingleses no desistieron y lanzaron un desembarco masivo con barcazas en la noche del día 23. Drake ordenó acercarse en silencio a las fragatas , que se mantenían como pétreas guardianas del puerto, para prenderlas fuego con artefactos incendiarios. Lejos de destruir los barcos españoles, solo uno quedó inservible, el fuego iluminó la noche facilitando que los defensores rechazaran el desembarco. La jornada acabó con 400 hombres muertos en el bando británico .

Durante este mismo conflicto, el 15 de junio de 1598, una flota británica, mandada por George Clifford , realizó un desembarco en Santurce y ocupó la isla durante varios meses. Sin embargo, se vieron forzados a abandonar la isla tras estallar un brote de disentería entre sus tropas. En 1599, España envió 400 soldados y 46 cañones adicionales a la isla junto a un nuevo gobernador, Alonso de Mercado , con el objetivo de reconstruir la ciudad. La amenaza inglesa fue dispersada durante medio siglo.

En 1625, los holandeses dirigidos por el general Boduino Enrico invadieron la isla, pero tuvieron que desocuparla tras 28 días de combate. En el siglo XVIII, tomó el relevo a los piratas y a los holandeses la penetración norteamericana primero por vía comercial, de manera que introdujeron harinas y negros esclavos que los isleños apreciaban mucho, en cambio se llevaban mieles y azúcar. Hacia 1765, el Mariscal de Campo Alejandro O'Reilly , irlandés enviado por la Corona española para hacer una inspección de este territorio, dio cuenta de los escasos ingresos fiscales y mala economía de una isla formada por 39.846 personas libres y 5.037 esclavos.

En la segunda mitad del siglo XVIII, el café se constituyó en uno de los principales productos de exportación en detrimento del maíz, el arroz, el tabaco y los frutos tropicales. Mientras España buscaba la forma de mejorar las prestaciones económicas de la isla, los ingleses seguían empeñados en hacerse con ella a toda costa, y hasta ofrecieron Gibraltar a cambio. Ante la negativa de los españoles, en abril de 1779 los ingleses intentaron conquistarla al mando del general Abercromby , pero luego de dos semanas de combate fueron rechazados.

Durante los 400 años bajo la Corona española, Puerto Rico acometió diferentes revoluciones contra la metrópolis , pero siempre con pobres resultados debido a la mezcla de mano dura y mano izquierda con la que reacionó España. La esclavitud fue abolida formalmente en 1873, lo que redujo las tensiones raciales de una isla donde, según Ángel Quintero , en 1846 «la población esclava alcanzó no más del 11,5% de la población total», cifras muy lejanas a las de Cuba. Además, cuando el partido liberal de Sagasta ascendió al poder, tras el asesinato de Antonio Cánovas del Castillo, aprobó para Puerto Rico el 25 de noviembre de 1897 una Carta de Autonomía, que concedía autonomía soberana y política a la isla. A pesar de ello, la Corona española mantenía el control de los ejércitos, la justicia y los asuntos diplomáticos de una posesión de ultramar

La concesión de autonomía a Puerto Rico buscaba rebajar los ánimos independentistas que Estados Unidos llevaba años alimentando en la isla y en Cuba. Sin embargo, la Carta de Autonomía estuvo poco tiempo en vigor. El 25 de julio de 1898, durante la Guerra hispano-estadounidense , EE.UU. conquistó la isla y concluyó un proceso de dominio económico que llevaba décadas en marcha. El conflicto desencadenado en Cuba se cerró en pocos meses con una rápida derrota de las fuerzas españolas. El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por el que Puerto Rico y el resto de los territorios coloniales (Cuba y Filipinas) del Imperio español fueron cedidos a los Estados Unidos. En 1917, con la Ley Jones, se le otorgó a los puertorriqueños la ciudadanía estadounidense.