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El Príncipe Harry y Carlos III: una ruptura personal entre padre e hijo prácticamente insalvable

La lucha del duque de Sussex por la seguridad ha revelado profundas divisiones familiares, según la revista 'People'

El monarca inglés no responde a las cartas de su hijo y llevan más de un año sin saber el uno del otro

El nuevo movimiento de Harry que hace saltar las alarmas en el Palacio de Buckingham

El Príncipe Harry y Carlos III, en una imagen de 2014. GTRES

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Si quedaba algún optimista que pensaba en que la relación entre el Príncipe Harry y Carlos III tenía arreglo, cualquier posibilidad de reencuentro parece difuminarse más a cada día que pase, a juzgar por los últimos movimientos del hijo del monarca inglés. «Están distantes», ha asegurado una fuente a 'People', que ha asegurado que la correspondencia entre ambos está paralizada. No se hablan, en resumen.

«No creo que haya ningún acercamiento», ha declarado una fuente cercana a palacio para el medio citado «Nada ha cambiado», ha sentenciado. Y otra fuente más ha corroborado: «Están distantes». Por no decir que ni se hablan.

Aunque el Príncipe Harry, de 40 años, se ha convertido en una figura familiar en los tribunales británicos por su lucha contra la prensa sensacionalista británica, su verdadero caballo de batalla es restaurar su seguridad oficial financiada por el Estado —que le fue despojada en 2020 después de que él y Meghan Markle renunciaran a sus deberes reales—, algo que «siempre ha sido lo más importante», según declaró a su salida de los Tribunales Reales de Justicia de Londres el pasado 9 de abril. No es solo una batalla legal, sino una lucha para proteger a Meghan y a sus hijos, el príncipe Archie, de 5 años, y la princesa Lilibet, de 3. Y, según dicen los más optimistas, quizás una última oportunidad de reconciliación con su padre.

Un intento de palacio de controlar a Harry

«Las tensiones en los tribunales reflejan la ruptura personal entre padre e hijo. Los asesores de Carlos están directamente vinculados a RAVEC, el Comité Ejecutivo Real y VIP del gobierno, que niega la protección a Harry. Una de las creencias fundamentales de Harry es que la eliminación de la seguridad oficial fue un intento calculado de controlarlos a él y a Meghan, de 43 años, y de disuadirlos de alejarse de la vida real y comenzar una nueva etapa fuera del Reino Unido», ha explicado 'People' en su último número y en un tema que ha llevado a portada.

Pero, en opinión de Harry, la decisión solo reveló hasta dónde estaba dispuesto a llegar el palacio de Kensington y eso fue la gota que colmó el vaso. Admite que esta constatación «fue difícil de asimilar» y ha profundizado una ruptura ya honda de por sí. En medio del ruido, Harry siente que su padre «podría intervenir fácilmente y restablecer su seguridad, aunque el palacio lo ha negado sistemáticamente».

La distancia emocional entre padre e hijo no ha hecho más que aumentar en el último año. Su último encuentro cara a cara fue de apenas 30 minutos y ocurrió en febrero de 2024, poco después de que Carlos, de 76 años, revelara públicamente su diagnóstico de cáncer. La reina Camila, de 77 años, estuvo presente, y desde entonces no ha habido conversaciones privadas entre padre e hijo.

Llamadas y cartas sin respuesta

Fuentes cercanas a Harry afirman que sus llamadas y cartas siguen sin respuesta. El distanciamiento es tan profundo que Harry se enteró de la hospitalización de su padre el 27 de marzo, relacionada con complicaciones del tratamiento, a través de los medios de comunicación. «Algunos amigos señalan que durante las tres últimas visitas de Harry al Reino Unido, Carlos no ha estado disponible, ni siquiera este mes, a pesar de que la fecha de la audiencia judicial de Harry ya estaba programada y se conocía con antelación a la visita de estado coincidente del Rey a Italia», recuerda 'People'.

Si bien Harry aún espera una reconciliación, la confianza sigue siendo un obstáculo importante. Las consecuencias de 'Spare', las volcánicas memorias de Harry en las que expuso conversaciones privadas y tensiones que venían de largo, agravaron su relación. Pero, al mismo tiempo, Harry quiere que Archie y Lilibet conecten con sus raíces británicas, experimenten su herencia y forjen relaciones con su familia. Una difícil conjunción.

Independientemente del resultado del juicio, Harry mantiene que su motivación es exponer la injusticia y el deseo de «meter la pata y arreglar» lo que está roto. Su determinación es profundamente personal: si algo le sucediera a Meghan o a sus dos hijos pequeños, no podría descansar, según dicen. Una fuente cercana a la situación afirma a 'People': «Siente firmemente que esto es algo por lo que debe luchar». Aunque esto le cueste quebrar definitivamente la relación con su padre.

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