Carme Chaparro regresa a casa tras mes y medio ingresada en el hospital
Tras dos intervenciones quirúrgicas y semanas de ingreso, la periodista comparte su experiencia con gratitud y esperanza en redes sociales
Carme Chaparro, ingresada otra vez en el hospital: «Un día más, un día menos»
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Iniciar sesiónCarme Chaparro (52 años) atraviesa uno de los periodos más delicados de su vida, pero por fin ha recibido una noticia capaz de devolverle aire en mitad del cansancio. La periodista y escritora ha abandonado el hospital después de mes y medio ingresada ... y dos operaciones en apenas quince días, consecuencia de una enfermedad crónica cuyo diagnóstico aún no ha querido hacer público.
Ha sido ella misma quien ha anunciado su regreso a casa a través de dos stories de Instagram. Sin alardes, pero con un agradecimiento sincero. A su llegada, la esperaban un ramo de flores enviado por sus amigas y una escena que, según reconoció, le devolvió algo de serenidad: sus hijas, Laia y Emma, habían montado el árbol de Navidad y un Belén lleno de guiños personales, desde Bob Esponja hasta dos caganers de Springsteen y Rosalía. Un gesto familiar que, en su contexto, vale más que cualquier parte médico.
Chaparro, que en los últimos meses ha ido informando con prudencia sobre su proceso, continúa recuperándose en casa bajo estricta supervisión. «Está siendo muy lento, doloroso y complicado», contó recientemente en conversación con 'El Español'. Sigue de baja, muy medicada —hasta diez pastillas al día— y conviviendo con efectos secundarios que la obligan a mantener un ritmo mínimo: cansancio extremo, somnolencia, deshidratación y un malestar general causado por la agresividad del tratamiento.
La periodista reveló a finales de noviembre que había sido operada dos veces en quince días, con estancias «largas y complicadas» en reanimación. No escondió tampoco el impacto emocional de este proceso, que afronta acompañada de un psiquiatra y una psicóloga, y siempre arropada por su pareja, Bernabé Domínguez, con quien mantiene una relación desde 1997, y sus dos hijas.
La enfermedad, que se suma al síndrome de Ménière que padece desde hace años, la obligó a paralizar toda la promoción de 'Venganza', su última novela, y a alejarse del trabajo por prescripción estricta. «Mis médicos me dijeron que parase porque me iba a morir», confesó, asumiendo que necesitaba detenerse antes de que la situación empeorara.
Pese a su discreción, sí ha compartido una metáfora que deja entrever la complejidad de su caso: «Hemos encontrado el barrio y la casa; ahora falta encontrar la habitación para operar». Solo cuando los especialistas determinen el siguiente paso se sentirá preparada para explicar con detalle su enfermedad. Y lo hará, asegura, para ayudar a quienes estén atravesando lo mismo.
Por ahora, Chaparro se aferra a las pequeñas victorias. El alta hospitalaria, el árbol montado por sus hijas, la vuelta a un espacio propio. Un día más, un día menos, como escribió en su primera imagen desde el hospital el pasado 30 de octubre. Y esta vez, al menos, desde casa.
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