Jack Schlossberg, el nieto de John F. Kennedy que revoluciona las redes sociales con sátira y política

Con más de un millón y medio de seguidores entre TikTok e Instagram, además de un programa en YouTube titulado 'Test Drive', Schlossberg analiza la actualidad con sarcasmo. Puede aparecer disfrazado de Melania Trump para denunciar la 'vacía' carta que la primera dama estadounidense envió a Vladímir Putin, o bailando ballet en un estudio. «La imitación que hice quizá fue divertida, quizá fue chocante, pero al final sirvió para que la gente se viera forzada a ver lo que ella había dicho y se planteara si fue o no una buena idea enviar esa carta», explicó en una reciente conversación con el diario 'El País'.

Esa parodia lo catapultó a la viralidad y, como era de esperar, también a la polémica. Los medios conservadores lo tachan de excéntrico, mientras que la otra parte no sabe cómo encajar a este Kennedy millennial. A él, sin embargo, no le preocupa: «Me han llamado un ganso tonto y un provocador, así que creo que estoy en algún punto intermedio», ironiza. «Todo lo que hago en las redes tiene un propósito: atraer la atención sobre los problemas serios a los que se enfrenta mi país con la administración Trump».

Y es que detrás de las bromas hay un mensaje político constante. Schlossberg critica abiertamente al mandatario estadounidense y a su propio primo, Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud y rostro del movimiento antivacunas de su país. Además, también ha alzado su voz contra la guerra en Ucrania y la ofensiva de Israel en Gaza: «No apoyo la política militar de Israel. Creo que es absolutamente tremendo lo que está ocurriendo», manifestó.

Nieto de un presidente asesinado y de la icónica Jacqueline Kennedy Onassis, hijo de la diplomática Caroline Kennedy y del diseñador Edwin Schlossberg, Jack creció rodeado de privilegios y expectativas. Pasó por las mejores escuelas, superó con nota el exigente examen de abogado de Nueva York y durante años se le señaló como una promesa política. Él no lo descarta, pero tampoco se siente presionado: «La política es lo que me interesa. Quién sabe, quizá en el futuro…».

Por ahora, prefiere recorrer Estados Unidos en su furgoneta, grabar vídeos virales y mantener vivo, a su manera, el legado mediático de su abuelo, el primer presidente televisivo de la historia. «Creo que hoy estaría en todas las redes, aunque quizá no sabría cómo usar un teléfono móvil. No lo sé…», reflexiona con humor.

Lo que sí parece claro es que Jack Schlossberg ha encontrado un espacio propio: un Kennedy atípico que, en lugar de aspirar al Senado o a la Casa Blanca, se ha convertido en fenómeno digital y en uno de los herederos más inesperados de Camelot.