La carta que la ex de Vargas Llosa mandó a Isabel Preysler cuando empezaron a salir: «No habéis respetado lo que os pedí»

En esa carta, la ex mujer de Vargas Llosa se dirigía a la nueva pareja del escritor en términos respetuosos pero firmes donde se narraban «desagradables incidentes» en el restaurante O'Pazo o la advertencia directa, de mujer a mujer, de que tarde o temprano Mario trataría a Isabel de idéntica forma a como había hecho con otras mujeres, «lo ha hecho 20 o treinta veces a lo largo del matrimonio», y a ella parecía no importarle.

En la carta hoy puesta inexplicablemente en entredicho también le pedía una reunión para hablar de las apariciones de su ex marido en los medios. Tampoco le hacía gracia que asistiera a una cena organizada por Isabel con motivo de las elecciones celebradas el 24 de mayo, en la que Mario le pidió conocer a su entorno más cercano. Estos acudieron sin saber que ya estaban saliendo. Patricia quería seguir controlando la agenda de Mario y pone en cuestión que este vaya asistir a la cena ofrecida por Porcelanosa en Buckingham y pide como último favor «poder reunirse con su familia en Nueva York para celebrar el 50º aniversario de casados que tenía organizado desde hacía mucho tiempo» y prefería evitar el escándalo y escenificar una pantomima.

Patricia Llosa envió esta carta. Es un hecho probado. Y lo hizo antes del comunicado que envió un mes después, tras ver publicada la portada de la revista en la que se anunciaba la relación de Mario con Isabel, el 24 de junio de 2015. Ahora sabemos que mintió al hacerse la sorprendida: «Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos que han aparecido en una revista del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la entrega del doctorado de la Universidad de Princeton. Les rogamos respeten nuestra privacidad».

Había pasado casi un mes. Fue el célebre escritor quien, tras el comunicado, declaró que estaban separados y que él llevaba varios meses viviendo en un apartamento en el hotel Eurobuilding. En una entrevista concedida entonces al escritor Santiago Roncagliolo, Vargas Llosa aseguró que ese comunicado contenía falsedades. Ahora se entienden sus palabras.

Patricia tampoco quería que Mario acudiese a la fiesta de Porcelanosa en Londres, cuando dos años antes ella había asistido con él a esa misma cena privada. Entonces fue Isabel quien los invitó, ya que vivían allí: el matrimonio posó encantado para '¡Hola!' Además, tal y como contó este periódico el pasado sábado, estas apariciones del Nobel -al igual que las entrevistas que concedió a esta publicación- fueron remuneradas con un generoso caché.

Pero Preysler, tal y como ha podido saber este periódico no es la única pareja que ha recibido este tipo de cartas por parte de Patricia. Una señora bien extranjera muy conocida en la capital, que mantuvo un idilio con el Nobel en el impás de sus dos matrimonios, y su hija menor de edad entonces, también fueron destinatarias de muchas notas escritas por la esposa del escritor. Ahora ya no viven en España.

«Siempre pensé que ese fue el día decisivo en la vida de los tres, que fue allí, en Holanda, donde Mario le confesó su amor a Patricia. No sé por qué, pero tengo la plena seguridad de que no me equivoco», relata una dolida Julia Urquidi en 'Lo que Varguitas no dijo', la obra autobiográfica que publicó en 1.983 y en la que relataba cómo fueron los nueve años de matrimonio con su sobrino el célebre escritor, al que ayudó a alcanzar fama mundial. La tía Julia, fallecida hace ya doce años, desveló en ella toda la correspondencia que mantuvo tanto con Mario como con su sobrina en aquella época. Cartas muy duras, a través de las cuales éste le reconoció la infidelidad a Julia con su sobrina e incluso le pidió el divorcio, ya que no se atrevió a hacerlo en persona.

Algunos dicen que lo hizo por despecho, otros que al enterarse de que su exmarido había vendido los derechos de 'La tía Julia y el escribidor' para una serie que se centró más en su relación íntima y en su sufrimiento que en otros aspectos. Lo suyo terminó muy mal, como todas sus relaciones, aunque con ella también fue generoso al regalarle los derechos de 'La ciudad y los perros', una de sus exitosas novelas, en agradecimiento a su apoyo y dedicación. Ella no lo vio así, sino como una manera de librarse de su mala conciencia por haberla engañado con su sobrina. El matrimonio del célebre escritor con su prima Patricia duró 50 años.

Su ruptura fue también traumática para ella, al menos así lo demostró cuando el 10 de junio de 2015 se despertó con la portada de '¡Hola!' en la que se anunciaba el fin de su matrimonio con Mario y el comienzo de una relación del escritor con Isabel Preysler. El revuelo fue mayúsculo. La familia cerró filas en torno a Patricia, que se presentó como víctima de una traición que le hizo entender, medio siglo después, el daño que le había infligido a su tía Julia, quien no le guardó rencor. En una última carta que le envió desde Bolivia en 1983, le explicaba el motivo por el que se había decidido a contar todo: «No es culpa mía si a veces la verdad puede herir más que la ficción de un escritor».

Desde siempre, a Patricia Llosa le ha gustado mucho la comunicación epistolar. Que a nadie le sorprenda que le escriba también a Isabel Preysler. Esta semana su nombre ha vuelto a sonar con fuerza. Su anunciada presencia en París, donde es posible que acuda a la ceremonia de ingreso de su exmarido en la Academia Francesa de la Lengua, y un almuerzo familiar hace unos días en Madrid, han sido suficiente para que algunos aventuren que ha vuelto de nuevo a los brazos del célebre escritor. Mario, por su parte, sí dijo a los reporteros que no tenía intención de volver. El mismo día que se hizo pública su ruptura con Isabel, ABC pudo hablar con Patricia Llosa, de 78 años, quien dijo estar «feliz tomando el sol en República Dominicana», sin querer entrar en más valoraciones.

La ex mujer de Vargas Llosa, apartada del foco mediático desde hace ocho años, ha estado disfrutando de su familia y de su generoso divorcio. La ciudad de París será siempre un lugar especial para ella, ya que allí en un apartamento de la rue de Tournon comenzó a gestarse su romance con Mario.

Éste ha roto por fin su silencio y, aprovechando este ilustre reconocimiento por parte del país vecino, ha concedido un par de entrevistas culturales en las que ha pasado de puntillas sobre su ruptura con Isabel Preysler, aunque sus respuestas sobre esta cuestión hayan generado titulares como el de 'El Mundo': «Yo estaba muy enamorado de Isabel. Pero, digamos, ese mundo no es mi mundo». En la entrevista de Maite Rico aprovecha también para aclarar que el cuento 'Los vientos' publicado en 2021 no esconde ningún mensaje hacía Isabel ni nadie de su entorno. « Nunca jamás en la vida se me hubiera ocurrido ridiculizar a Isabel. En esa época yo me llevaba muy bien con ella. Ni siquiera recuerdo cuando escribí esos episodios que han sacado en los periódicos, ¡incluso en Francia, en un artículo de 'Le Monde'!».

También se alegra el célebre escritor de que gracias a la repercusión mediática que ha tenido la polémica del cuento, que pasó desapercibido en su momento, se haya empezado a editar como librito en muchos países. El Grupo Prensa Ibérica anunció la publicación del cuento completo hace unas semanas en el suplemento literario 'Abril' y en todos sus diarios, en él aparecían nuevos párrafos en los que muchos vieron críticas indirectas hacia el estilo de vida de Isabel y Tamara, que ahora parece no recordar y que hasta ahora había permitido que se especulase con ello. Isabel no tolera que nadie se meta con sus hijos, algo que Mario sabe perfectamente.

En el otro cara a cara concedido a Manuel Jabois en 'El País', Mario dice que no va hablar de Isabel, que no se arrepiente de nada y que estos ochos años han sido «una experiencia magnífica, pero no literaria. No se puede convertir en una novela, eso». Tampoco aclara si ha autorizado a su entorno hablar y filtrar comentarios malintencionados con el fin de desprestigiar a Isabel Preysler, o por el contrario actúan a sus espaldas.