Suscribete a
ABC Premium

Mario Vargas Llosa pedía a Isabel Preysler que le arropase cada noche y que le diese un beso con la luz apagada

El Nobel requería de la presencia de la madre de Tamara Falcó antes de acostarse. Además, dicen, necesitaba estar siempre en contacto físico con Isabel para espantar los demonios que le perseguían

Villa Preysler, un castillo de cuento del que reniega Vargas Llosa

El kit de belleza y la obsesión por el peso de Mario Vargas Llosa

La carta que la ex de Vargas Llosa mandó a Isabel Preysler cuando empezaron a salir: «No habéis respetado lo que os pedí»

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en Illescas el pasado mes de marzo GTRES
Pilar Vidal

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Poco después de comenzar su noviazgo conIsabel Preysler, Mario Vargas Llosa dejó atrás su pasado y se mudó a Puerta de Hierro. Fue allí de comenzó una lujosa rutina, desconocida por muchos, que contaba con un mayordomo que le preparaba ... la ropa cada vez que salía e incluso le ayudaba a vestirse. Su rutina del día a día era inalterable y comenzaba temprano, entre las 5 y las 7 de la madrugada, cuando se despertaba para escribir.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia