Andrés y Sarah Ferguson podrían ser detenidos si viajan a Estados Unidos
Ni el hijo de Isabel II ni su exmujer respondieron a los requerimientos oficiales sobre el caso Epstein
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La situación de Andrés Mountbatten-Windsor vuelve a complicarse. A la retirada de sus títulos reales, el desalojo del Royal Lodge y el distanciamiento definitivo de la Casa Real, ahora se suma un escenario que amenaza con convertirse en un verdadero problema diplomático: tanto él ... como su ex mujer, Sarah Ferguson, podrían ser detenidos si viajan a Estados Unidos por no haber respondido a las solicitudes de las autoridades que investigan el caso Epstein.
Según han desvelado varias fuentes, un grupo de legisladores demócratas de la Cámara de Representantes envió una petición formal al exduque de York para que prestara testimonio. El plazo para contestar ya venció y, ante la falta de respuesta, la negativa se da por hecha. Esto abre la puerta a medidas más contundentes, incluida la detención inmediata si Andrés pisa suelo estadounidense.
El propio hermano del Rey Carlos III aseguró tiempo atrás que estaba dispuesto a colaborar, pero nunca dio un paso firme. Tras la demanda de Virginia Giuffre, optó por un acuerdo privado y evitó ir a juicio público. Este silencio vuelve ahora en su contra, en un momento especialmente sensible, porque ya no cuenta con el paraguas institucional ni con la inmunidad diplomática que antes lo protegía.
La situación también alcanza a Sarah Ferguson. La exduquesa de York aparece mencionada en correos que evidencian su relación con Jeffrey Epstein incluso después de su primera detención. Sus portavoces han defendido que actuó bajo coacción, pero su nombre sigue vinculado al caso. Al igual que su exmarido, tampoco respondió a la solicitud oficial, lo que la coloca en idéntico riesgo si decidiera viajar a Estados Unidos.
Ni Andrés ni Sarah tienen previsto trasladarse allí, pero en Buckingham reconocen que sería un escenario devastador: ver a un ex miembro de la familia real arrestado en territorio estadounidense supondría un golpe directo a la imagen de la institución.
Mientras tanto, el futuro de ambos está en el aire. Sarah Ferguson ya no cuenta con respaldo oficial y su continuidad en el Reino Unido no está asegurada. Se ha planteado salir del país durante una temporada, aunque Estados Unidos queda completamente descartado. Andrés, por su parte, se instalará en una pequeña propiedad de Sandringham cedida por el Rey. Carlos III no lo deja a la deriva, pero sí marca distancia: lo privado y lo institucional ya no se mezclan en su caso.
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