Sarah Ferguson amenaza con romper su silencio en televisión

Según publican varios tabloides británicos, distintas cadenas estadounidenses habrían puesto sobre la mesa ofertas millonarias para hacerse con esa exclusiva. La cifra que se baraja sería de seis dígitos, una remuneración que llegaría en un momento especialmente delicado para la expareja, afectada por problemas económicos tras perder apoyos institucionales y contratos privados. Entre los nombres que han surgido en estas negociaciones destaca uno que provoca escalofríos en Buckingham: Oprah Winfrey.

La idea de que la reina de la televisión estadounidense pueda sentarse frente a la exuberante pelirroja genera un enorme nerviosismo en la Familia Real. No solo porque Oprah ya entrevistó a Meghan Markle y al Príncipe Harry en 2021, en una conversación que desencadenó un terremoto interno con acusaciones de racismo y falta de apoyo, sino porque Sarah ya pasó por el mismo escaparate hace 15 años, con consecuencias devastadoras.

En aquella ocasión, tras ser grabada por 'News of the World' en una habitación de hotel aceptando 500.000 dólares a cambio de facilitar el acceso al entonces Príncipe Andrés, Oprah decidió mostrarle las imágenes en directo. Visiblemente abatida, Ferguson reaccionó con una mezcla de vergüenza y autocrítica. «Lo siento por ella, Dios la bendiga. Lo siento mucho», dijo hablando de sí misma en tercera persona. También reconoció sentirse «desesperada, idiota, estúpida, ingenua, excéntrica», antes de deslizar una confesión más íntima: «Desde muy joven sufrí de autodesprecio y maltrato crónico. Intenté ser perfecta durante 25 años o incluso más, intenté hacerlo todo bien y la pequeña Sarah se perdió en el camino».

Ahora, quince años después, la situación no podría ser más complicada. Sin títulos, sin privilegios y prácticamente apartada de toda actividad pública, Sarah Ferguson enfrenta su mayor crisis reputacional. Varias organizaciones benéficas han dejado de colaborar con ella, editoriales y medios han roto relaciones y su presencia pública se ha reducido al mínimo. Para muchos, regresar a la televisión sería su única vía para resurgir.

Sin embargo, la operación conlleva un riesgo enorme. Su exmarido ya intentó una maniobra similar en 2019 con una entrevista que terminó siendo un desastre absoluto, precipitando su expulsión definitiva de la vida institucional. Los asesores de Ferguson temen que, dada su impulsividad y su tendencia a hablar sin filtro, pueda perder el control de la conversación y revelar detalles comprometedores sobre su relación con Epstein o incluso sobre miembros de la Casa Real. Algunos de ellos temen especialmente que vuelva a referirse al financiero como «amigo», tal como hizo en el pasado.

Aun así, quienes la apoyan argumentan que tiene derecho a contar su versión de los hechos y a defenderse públicamente, afirmando que desconocía por completo lo que ocurría entre Andrés y Epstein. Mientras tanto, en Buckingham, el clima es de absoluta tensión. El Rey Carlos, la Reina Camila y las propias hijas de Sarah, Beatriz y Eugenia, verían con enorme preocupación que la impulsiva Fergie regrese a un plató y, con su lengua afilada, provoque una nueva ola de vergüenza para la institución.