Un cirujano plástico: «Cada vez más jóvenes piden que les opere para ser como las imágenes que ven en redes sociales y de IA»

Mazarro ha sido testigo de la creciente influencia de las redes sociales en las expectativas de los pacientes que acuden a consulta. «Casi a diario, los médicos que nos dedicamos a medicina o cirugía estética lidiamos con este tipo de deseos. Adolescentes que quieren otros labios, otra nariz, botox facial, aumentar el tamaño de sus pechos… Son casos cada vez más frecuentes, influenciados claramente por las redes sociales y los filtros que muchas de estas incluyen».

Asegura que en la mayoría son chicas las que piden estos cambios, «aunque nos sorprende el gran número de chicos que también están solicitando una cita para hacerse cambios estéticos a nivel facial. Cuando quieren un tratamiento quirúrgico llegan acompañados de sus padres, pero cuando se trata de intervenciones más sencillas van con amigos. Me enseñan fotografías o vídeos de alguien que han visto en redes sociales o a través de la Inteligencia Artificial señalándome que quieren ser igual que esa persona, con la misma nariz, con unos labios exactamente iguales...».

Alertado ante este tipo de demandas, este cirujano quiere advertir que estos jóvenes llegan a su consulta solicitando procedimientos con una idea adulterada del resultado esperable, «olvidan que cualquier técnica quirúrgica se realiza sobre una base anatómica propia que de por sí condiciona el resultado. Su cuerpo se encuentra aún en una fase de desarrollo en adolescentes, por lo que cualquier procedimiento invasivo debería posponerse hasta que se haya completado su maduración, con la excepción de las orejas, ya que la otoplastia es una cirugía que puede realizarse sin riesgo a partir de los seis años».

Pero, aún así, nunca van a conseguir un resultado exactamente igual al que muestran o desean, cada persona es diferente y a cada uno le quedará de forma distinta. «Como profesionales estamos obligados a manejar sus expectativas de resultados porque nunca se puede garantizar un resultado exacto. Es muy importante que lo sepan con antelación porque a posteriori el impacto emocional final puede ser muy dañino al no ver cumplidos sus deseos. Por todo ello, quien piense en un cambio que implique tratamiento quirúrgico debe considerar con detenimiento su decisión, pues dicho cambio tendrá un carácter permanente».

Además, este experto les explica que el «éxito de las redes sociales radica en la posibilidad de edulcorar la imagen que el usuario decide proyectar, olvidando a menudo que la imagen que percibe de los demás a través de ellas no es otra que la versión dulcificada que deciden exhibir. Es decir, se utilizan filtros, se editan las imágenes que mejoran los cánones de belleza y se muestran de tal forma que no son conscientes de que lo que están frente a imágenes irreales, creadas por aplicaciones que distorsionan la realidad».

Señala también que en los últimos meses, la irrupción de algoritmos de inteligencia artificial cada vez más sofisticados ha supuesto un salto cualitativo en la capacidad de transformar esta realidad. «Existen filtros que permiten restituir la juventud, pero también devolver una imagen 'mejorada' de forma asombrosamente realista. El último del que hemos tenido noticia, el Bold Glamour de Tik Tok. Y veo con preocupación el posible impacto que este, sus predecesores, y los que vendrán, pueden tener sobre la percepción de la realidad de la población adolescente. Porque soy consciente de que el futuro nos depara un mundo en el que se antepondrá la ilusión a lo que realmente existe».

No duda en mostrar su preocupación. «Como padre, no me cabe duda de que enseñar a utilizar las redes sociales de forma responsable constituye uno de los grandes retos en la educación de nuestros hijos. Debemos ayudarles a desarrollar una imagen positiva de sí mismos y proteger su salud mental y emocional. Hay que saber manejar que los adolescentes se mueven por impulsos y lo quieren todo ya. Los padres deben enseñarles herramientas para tener paciencia y aceptar un 'no' por respuesta. Cuando coincide que me llegan varios jóvenes en un corto periodo de tiempo pidiéndome lo mismo, pienso '¿a ver qué influencer o famoso se lo ha hecho?' y, efectivamente, lo encuentro. Hay que tener cuidado con las modas y con la impulsividad a estas edades», aconseja Alejandro Mazarro.

Pero, de igual forma, «creo que todos los profesionales médicos que trabajamos en la esfera de la medicina y cirugía estética tenemos la obligación de realizar una labor de concienciación y educación en nuestros pacientes, sobre todo de los más jóvenes —puntualiza—. Desde esta posición privilegiada es nuestro deber informarles de forma honesta de cara a que entiendan los límites de las cirugías y tratamientos estéticos para que puedan hacer un uso responsable de ellos.