La salud mental es esencial en el proceso reproductivo y puede condicionar el éxito del embarazo
«El estrés es otro tipo de epidemia que puede llegar a ser perjudicial para conseguir el embarazo tanto de forma natural como mediante técnicas de reproducción asistida», advierte la psicóloga Beatriz Dibra
S.F.
La salud mental es uno de los ejes centrales del proceso reproductivo y puede condicionar el éxito del embarazo conseguido de forma natural o mediante técnicas de reproducción asistida. Así lo manifiesta Beatriz Dibra, psicóloga del equipo médico de las clínicas de reproducción asistida ... Ginefiv, defendiendo la importancia de incorporar la salud mental como fuente de autocuidado para todas las mujeres y familias que deseen tener un hijo.
Por un lado, el estrés tiene una importante influencia a la hora de conseguir una gestación exitosa. Sin embargo, es uno de los factores que se banalizan con mayor frecuencia, según explica la especialista. «Constituye un nuevo tipo de epidemia y se ha demostrado que puede ser perjudicial para conseguir el embarazo», añade.
Al estrés se puede sumar la ansiedad provocada por el deseo de tener un hijo, las expectativas, la presión del entorno o el sentimiento de frustración, que pueden generar un estado de malestar psicológico asociado a una bajada de autoestima. Emociones que «en las situaciones más graves puede llegar a provocar reacciones fisiológicas en el hombre y en la mujer, como supresión de la lívido, disfunción eréctil, anovulación, ciclos menstruales irregulares o supresión del ciclo menstrual», argumenta la psicóloga de las clínicas Ginefiv, que pertenecen al grupo internacional GeneraLife.
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Ante esta situación y dada su importancia, en las últimas décadas ha aumentado la demanda de apoyo psicológico en los tratamientos de reproducción asistida, un servicio que permite informar, acompañar y proporcionar herramientas a las mujeres y familias.
«Para evitar añadir una presión emocional excesiva al proceso reproductivo, el primer paso para controlar el estrés es discernir si la causa que lo provoca es interna o externa. El objetivo del trabajo psicológico es ayudar a los pacientes a reducir de la tensión para que sus miedos no deriven en un estado de bloqueo o interfieran en el tratamiento», añade la experta.
Con serenidad y control
Además de realizar una buena gestión emocional y del estrés, es importante conocer las posibilidades reales de fertilidad de la pareja y las herramientas disponibles para tomar una decisión informada y favorecer el embarazo. En este sentido, la reproducción asistida comprende un abanico amplio de técnicas, cada una de ellas orientada a resolver problemas distintos y específicos, ya que la tasa de fertilidad por ciclo en los humanos es del 20% aproximadamente. Ante esta ineficiencia de los sistemas reproductivos y la diversidad de obstáculos, es decisivo conocer los tratamientos disponibles para las parejas y mujeres.
En este sentido, la inseminación artificial es uno de los tratamientos más sencillos y utilizados, puesto que consiste en introducir una muestra de semen de la pareja o donante en el interior del útero de la mujer, tras haber seleccionado los espermatozoides más capaces. La fecundación in vitro (FIV), por su parte, conlleva la fecundación de uno o varios óvulos en un laboratorio para posteriormente transferirlos al útero de la mujer. Esta técnica también es muy habitual en la actualidad, aunque precisa de personal cualificado y de tecnología de última generación. Además, de forma previa a este procedimiento se puede efectuar un cribado genético del embrión para detectar problemas cromosómicos.
Asimismo, durante este proceso es igualmente relevante tomar conciencia de los hábitos nocivos incorporados en nuestras rutinas que pueden dificultar el proceso de gestación. Y es que el consumo de tabaco, alcohol, la mala alimentación y el desequilibrio de las rutinas de sueño pueden reducir la capacidad reproductiva. Aunque, por ejemplo, diferentes estudios apuntan que la pérdida de fertilidad asociada al tabaquismo en las mujeres se puede llegar a revertir si se abandona el hábito de fumar de forma definitiva.
«Se calcula que la capacidad reproductiva se puede restablecer en el período de un año, aproximadamente, tras dejar de fumar. Al abandonar este hábito, los folículos ováricos dejan de estar expuestos a los componentes tóxicos del tabaco y pueden desarrollarse nuevamente con normalidad, dejando de ser un aspecto que influye de forma negativa en el embarazo», concluye la especialista.
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