Miles de familias se unen para evitar el acceso de los niños a los móviles antes de los 16 años
Una iniciativa de padres y madres del barrio barcelonés del Poblenou ha movilizado a los progenitores de otros municipios
«Hay dos motivos por los que la edad mínima para dar un móvil sea a los 14 años»
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Iniciar sesiónEl hijo de Xavier Serra cursa actualmente sexto de Primaria y sueña con el momento de tener su propio móvil. Teóricamente, no debería esperar mucho para verlo cumplido, pues buena parte de los niños españoles tienen acceso a estos dispositivos al dar el salto a ... la educación Secundaria. Sin embargo, no va a ser su caso, y lo sabe. Su padre forma parte de Adolescència lliure de móbils, una reciente iniciativa que agrupa ya a miles de familias y busca concienciar de los efectos negativos de estos teléfonos en menores de 16 años y retrasar el acceso a ellos.
Este movimiento surgió a finales de septiembre, cuando Elisabet Garcia Permanyer, madre de tres hijos, creó el grupo de WhatsApp 'Poblenou_adolescència lliure de mòbils'. Lo hizo, explica Serra, «muy alertada por la entrega prematura de 'smartphones' a niños y niñas» y sin mucha más pretensión que dimensionar el fenómemno en el barrio. «Sin embargo, se viralizó enseguida y el chat llegó a colapsarse relativamente pronto», añade este miembro de la inciativa.
Para dar respuesta a esta preocupación, a través del chat convocaron a dos representantes de cada centro escolar del barrio con el objetivo de crear grupos de trabajo y definirse como iniciativa. El gran estallido, no obstante, se ha producido este fin de semana. «Como el grupo de WhatsApp ya no admitía más gente, saltamos a Telegram, y ahí hay ya 6.000 o 7.000 miembros», señala, al tiempo que apunta que el movimiento se ha extendido rápidamente a otros barrios de Barcelona y otras localidades de Cataluña.
«Al usar el móvil delante de un bebé dejamos de mirar y de interaccionar, y esto tiene graves consecuencias»
Carlota FominayaAnna Ramis, autora del libro 'De 0 a 3, ¿nada de pantallas?', explica lo que le ocurre al cerebro del bebé cuando se le expone a pantallas
«Tengo las retinas fundidas con el Telegram. Con el cambio de plataforma y la reunión presencial, ha sido todo un pelín demasiado rápido», reconoce. Este 'boom' ha llevado a Adolescència lliure de móbils a emitir un comunicado en el que denuncia, en base a «diferentes estudios y publicaciones», los efectos del uso de móviles por parte de menores de 16 años y las consecuencias negativas en «su sociabilidad, aprendizaje, concentración, sueño y autoestima», así como la facilidad de acceso a contenido inapropiado.
Ante esta situación, su objetivo es impulsar grupos de trabajo y comisiones en los centros escolares de cada barrio para debatir el uso y riesgo de las pantallas, así como promover espacios de reflexión y prevención. Además, pretenden realizar encuestas a la comunidad educativa para conocer de primera mano la situación exacta respecto a la entrega de dispositivos móviles para conseguir más datos y, así, rebajar la presión social.
No obstante, también persiguen favorecer acciones legislativas para que los órganos pertinentes (consorcios educativos, Consejerías y Gobiernos) adopten medidas para «proteger a los menores de la adicción a las pantallas, de los riesgos de las redes sociales y los peligros del acceso a contenido no apropiado a su edad». Entre ellas, incluyen la prohibición explícita de la entrada de ningún dispositivo móvil en los recintos de educación secundaria.
Documento de compromiso entre familias
Ahora bien, a pesar del convencimiento férreo de estos padres de la necesidad de retrasar el acceso a los 'smartphones', mantenerse firme en contra de la tendencia no es sencillo. «Mi hijo tiene interiorizado que no va a recibir un móvil al pasar a Secundaria, pero me asusta la posibilidad de que se convierta en un paria por ser el único. Este es un sentir muy generalizado, por eso vemos muy necesario un compromiso social entre familias que se tiene que plasmar de alguna forma para aligerar la presión social», valora Serra.
«Algunas encuestas apuntan a que más del 60% de las familias no darían un teléfono móvil a sus hijos e hijas al llegar al instituto, pero la realidad es que más del 90% de los niños en primero de la ESO tienen uno. Si somos conscientes de que no estará solo en esta desnudez digital, tal vez a todos nos resulte más fácil ser consecuentes con esta decisión», remarca, en la línea en la que se expresa el comunicado.
Cambio en la legislación
Esta misma pelea la lleva librando desde hace nueve meses la Plataforma por una digitalización saludable y regulada, una iniciativa nacida en Sabadell que comparte objetivo con Adolescència lliure de móbils. Además de defender el retraso del acceso al primer teléfono hasta los 16 años, su portavoz, Elvi Mármol, alerta de los peligros del consumo de porno a través de los 'smartphones' a edades muy tempranas: «Esto no los lleva a tener relaciones sanas. Además, hay problemas de autolesiones, de conducta alimentaria, los suicidios...».
Para mejorar la situación, la plataforma ve necesario influir en el mundo de la política, «tal vez con iniciativas legislativas populares». «Nosotros creemos que estamos en el momento de un cambio que se ha estado gestando en los últimos meses. Cuando empezamos, estábamos muy solas. Desde que comenzó el curso, no han parado de salir noticias que han provocado que las personas vean un riesgo inminente. A esta explosión también ha contribuido la actitud de la consellera, que no se ha querido pronunciar», remarca.
Por todo ello, reclama un cambio en la legislación, como ocurrió «con el tabado y el alcohol»: «¿Funcionó? ¡Claro que sí!». De momento, tienen preparadas varias acciones a corto plazo, como una campaña de sensibilización con carteles y octavillas de cara a Navidad y al Black Friday para evitar que los padres utilicen estas fechas para comprar móviles a los niños menores de 16 años.
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