El 47% de los escolares no hace nada cuando ve que acosan a un compañero

Este análisis presentado hoy, destaca que casi la mitad del alumnado (un 47%) reconoce que no hace nada ante una situación de acoso escolar que sufre un compañero. «No es un buen dato«, confiesa a ABC Benjamín Ballesteros, director del programas de la Fundación ANAR. Señala que en un escenario de acoso hay tres personajes: las víctimas, los agresores y los espectadores «que, en realidad, no deberían identificarse como tales, sino que tendrían que actuar en la defensa de los agredidos e informar a sus familias. Normalmente no lo hacen porque en casa reciben mensajes del tipo 'no te metas, no es problema tuyo, ten cuidado no vayas a ser tú el próximo con el que se metan'. El mensaje debe ser al contrario, de empatía y compromiso para que informen también al profesor. Sin embargo, sólo uno de cada cinco docentes tiene conocimiento de situaciones de acoso o ciberbullying en su centro«.

Pero, ¿por qué hay un porcentaje tan alto de alumnos que no actúa? Según Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña, se debe fundamentalmente «a la presión del grupo a la que se sienten sometidos si no secundan o ríen las gracias y agresiones de los acosadores. La mayor incidencia del acoso se produce en escolares entre 11 y 12 años, y en la preadolescencia sienten gran temor a sentirse aislados del grupo, a que no les inviten a cumpleaños, a no ser admitidos en grupos de redes sociales... Estas situaciones de efecto prolongado les produce un daño enorme«.

Insiste en la importancia «no solo de defender a la víctima, sino de hacerles saber de lo sucedido a los padres y profesores. Para que se animen a hacerlo es esencial facilitarles el camino mediante canales de comunicación anónimos, accesibles y visibles. Los alumnos deben sentirse seguros y protegidos si cuentan lo que han visto para que, de este modo, los centros escolares pongan de inmediato sus protocolos contra el acoso escolar«.

Cooklin apuesta además por que se sigan realizando en los colegios reuniones y charlas para informar a los padres, talleres para que los docentes sepan detectar estos casos y actuar de manera conveniente, pero también estima necesario fomentar que «los centros se animen a colgar carteles en los que se indique que son escuelas libres de acoso escolar y que no se van a tolerar situaciones de acoso escolar. Hay todavía centros que no lo hacen, no se atreven, porque consideran que dar visibilidad a estos carteles es admitir que en sus aulas hay acoso, cuando en realidad existe en todos los colegios«.

El informe también destaca que en cuanto a la intervención de los profesores contra el acoso escolar, los estudiantes piensan cada vez más que sí intervienen. En concreto, el 71,4% así lo hace, lo que supone 9,3 puntos porcentuales más que en el curso anterior. No obstante, un 28,6% del alumnado sigue pensando que el profesorado no actúa.

Benjamín Ballesteros también destaca la importancia del acoso psicológico que, «aunque no deja marcas visibles, daña profundamente a las víctimas. En muchas ocasiones viven la tortura de sus compañeros durante más de un año, creándoles traumas complejos de tratar. Por eso es muy importante la atención temprana de cualquier caso y seguir trabajando la prevención en el aula».

El acoso escolar se ejerce en la mayor parte de los casos sobre un solo individuo, independientemente del sexo y, sin embargo, los acosadores suelen ser varios en el 49,8% de los casos. Se mantiene el perfil de acosador del curso anterior: chicos más que chicas, que acosan en grupo. El estudio destaca, además, que uno de cada cuatro alumnos (26,6%) afirma que las situaciones de acoso escolar duran más de un año, el 47,3% creen que dura unos meses, y el 26,1%, unas semanas.

El informe sitúa los casos de ciberbullying, según las respuestas de los estudiantes, en el 2,9% del alumnado. En este caso, la incidencia es mayor en mujeres (52%), de nuevo entre los que tienen entre 11 y 12 años (73,5%) y más en Secundaria (56,9%).

Entre los medios por los que se sufre ciberbullying destacan Whatsapp (71,9%), Instagram (44,8%) y TikTok (41,7%). WhatsApp prevalece en todas las etapas, mientras que TikTok más en Primaria e Instagram más en Secundaria.

En cuanto al uso de inteligencia artificial como medio para llevar a cabo el ciberbullying, se ha utilizado en el 20,2% de las situaciones, más por parte de los hombres (27%) que de las mujeres (20,9%).

Uno de cada cinco profesores (20,9%) tiene conocimiento de algún caso de acoso escolar o ciberbullying en su centro escolar. En mayor medida lo manifiestan los profesores de Secundaria (65,8%). En la mitad de las situaciones (50%), el profesorado tiene constancia de una situación de acoso porque se lo cuenta el alumno afectado.

Esto sucede especialmente en Secundaria porque en Primaria el profesorado suele tener conocimiento de los casos principalmente por la familia.

Para los docentes, los acosadores se caracterizan por sentirse superiores al resto (82,4%), su agresividad, falta de control y haber normalizado la violencia (79,5%) y problemas familiares (78,3%).

Las fundaciones Mutua Madrileña y ANAR han elaborado también una serie de recomendaciones para familias, alumnado y profesorado para poner en marcha tanto ahora, al inicio del curso, como durante el mismo, para prevenir el acoso escolar. Estas acciones van desde que se manifieste en las clases que el centro no va a tolerar estas situaciones, como a establecer mecanismos de denuncia y petición de ayuda de fácil acceso y confidenciales, claramente visibles, tanto en el propio centro como a través del Teléfono/Chat ANAR.

Para los padres, consideran que es importante que dediquen tiempo a los hijos y les presten atención para identificar cualquier cambio que se produzca en su conducta, del tipo bajo rendimiento escolar, somatizaciones (dolor reiterado de barriga o cabeza) o retraimiento social, entre otros y una serie de pautas para actuar si lo detectan.

Pese a que el 47% de los escolares no actúe al ver ua situación de acoso escolar, Benjamín Ballesteros se muestra optimista ante el comienzo del nuevo curso. «la evolución de los datos respecto a hace unos años demuestra que el acoso se va reduciendo en las aulas. En 2019 la incidencia del acoso en los centros era del 34%; en 2020-21, del 24%; en 2023 del 11,8 y actualmente es del 9,4%. No hay que olvidar -resalta Ballesteros- que problemas de convivencia existirán siempre, pero el acoso hay que reducirlo al máximo hasta que desaparezca. Vamos por el buen camino«, confiesa a ABC.