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Adolescentes: «Los adultos nos acusan de falta de esfuerzo en los estudios, el trabajo y en la vida»

El 65% de los jóvenes en España afirma haber aprendido a vivir con la incertidumbre de no saber a qué se va a dedicar en el futuro y la mitad se siente frustrado por no llevar la vida que quiere, según el estudio «Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta», de la Fundación SM

Javier Urra: «Algunos adolescentes dicen: 'Si la vida no me da lo que espero, me bajo de la vida'»

El 62% de los jóvenes opina que las generaciones anteriores tuvieron más facilidades para progresar

S. F.

Madrid

Según el estudio «Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta», realizado por la Fundación SM a través del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica, uno de cada dos jóvenes piensa que «generación de cristal» es un término adecuado para explicar su postura crítica ante las injusticias del mundo y aplicable al conjunto de la sociedad. Sin embargo, 2 de cada 3 lo interpretan desde una perspectiva más negativa, como una crítica hacia ellos.

Este término fue acuñado por Montserrat Nebrera como una metáfora para describir la fragilidad emocional de los adolescentes y jóvenes de hoy. Frente a esta postura, otros interpretan la aparente fragilidad de esta generación como una fortaleza, por su sensibilidad hacia los problemas sociales y aquellos relacionados con la salud mental y emocional.

Los atributos unidos a este calificativo, que más los identifican a sí mismos y a su generación, son el reconocimiento de la importancia de la salud mental, la sensibilidad hacia los problemas sociales, la baja autoestima y la defensa de la diversidad.

Más facilidades para progresar

El 62% de los y las jóvenes opina que las generaciones anteriores tuvieron más facilidades para progresar socialmente que los jóvenes de ahora, percepción que se incrementa a partir de los 21 años. Sin embargo, casi en la misma proporción afirman que la mayoría de los jóvenes tendrían que esforzarse más.

El concepto de meritocracia sigue estando vigente entre la juventud española. Así, el 64% de los y las jóvenes opina que esforzarse (en los estudios o el trabajo) es una garantía para lograr tus objetivos en la vida.

Los jóvenes de 18 a 20 años son los que menos confían en que esforzarse es una garantía para el éxito. Sin embargo, también son los que en mayor grado opinan que los jóvenes deberían esforzarse más.

Frente a esto, el 74% de ellos afirma que los adultos los acusan de falta de esfuerzo en los estudios, en el trabajo o en la vida en general y el 58% que se sienten con el derecho de criticarlos por el mero hecho de ser jóvenes, pero no al revés, 3 de cada 4 consideran que no toleran que los critiquen su forma de pensar.

En este aspecto, al 64% les molesta que se hagan chistes o bromas que ridiculizan o discriminan a las minorías, un porcentaje que se eleva a 75% en el caso de las chicas.

Tres de cada 5 jóvenes afirman haber sufrido emocionalmente por haber recibido comentarios sobre su aspecto físico, forma de ser o de pensar. Sin embargo, opinan que vivimos en una sociedad demasiado sensible donde la gente se molesta por cualquier cosa.

Mayor sentimiento de frustración

En el actual contexto, el 65% de los jóvenes en España afirma haber aprendido a vivir con la incertidumbre de no saber a qué se va a dedicar en el futuro y la mitad sentirse frustrado por no llevar la vida que quiere, un sentimiento que está más presente entre los mayores de 21 años.

El temor a no cumplir las expectativas de su familia o amigos representa un 56%. Este sentimiento se eleva hasta el 61% en el caso de los jóvenes de clase media baja/baja respecto a la clase media (49%), que parece sentirse menos preocupada por defraudar a su entorno más cercano.

El 56% de los jóvenes en España reconoce que sus padres han sido demasiado protectores con ellos, especialmente en el caso de las chicas (62% frente al 50% de los chicos). Los jóvenes de clase alta/media alta son los que, en menor medida, se han sentido sobreprotegidos por su familia y los que, en mayor grado, consideran que sus padres han contribuido al desarrollo de una autoestima fuerte.

Por contraste, el 59% afirma que sus padres han contribuido a que desarrollen una autoestima fuerte, resultado que entra en contradicción con su autoidentificación (personal y generacional) con la «baja autoestima o inseguridad en relación con las capacidades personales».

El 75% de los jóvenes opina que las crisis económicas, sanitarias y sociales dificultan más las posibilidades de elección de los jóvenes que de las de generaciones más adultas, sentimiento que está especialmente presente entre los mayores de 21 años.

Tres de cada 4 jóvenes afirman que vivimos en sociedades en las que todo el mundo espera que le digan qué hacer y cómo hacerlo y la mitad evita tomar decisiones por miedo a equivocarse.

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