Logran ser padres gracias a una prótesis única impresa en 3D

«Nunca se había hecho nada similar, ni en otros países. Fue una solución absolutamente imaginativa, que ya estamos empezando a aplicar en otra paciente», cuenta a ABC la doctora Juana Crespo, que diseñó la pieza que ha permitido a estos padres cumplir su sueño. «El cuello del útero es la vía de entrada de los embriones y nos dimos cuenta de que si no éramos capaces de crear ese “pasillo”, por decirlo así, í bamos a cometer los mismos errores que en las anteriores transferencias. Necesitaba una prótesis cónica que pudiera coser de un material que no causara inflamación ni cicatrización. Y Juan, que trabaja en una empresa de transformación de materiales, entendió mi idea a la perfección», añade.

Y no solo creó una, sino seis prótesis con ligeras variaciones, para que los cirujanos eligieran durante la operación la que se acoplaba mejor al útero de María. «Soy muy curioso, hago muchos inventos , pero este lo llevé con discreción, no hemos dado demasiadas explicaciones en nuestro entorno. De hecho, muchos colegas pensaban que esto era para una rodilla», bromea Juan.

Durante la intervención quirúrgica, reconstruyeron el cuello del útero gracias a una de las seis piezas. Posteriormente, dejaron cicatrizar la zona durante tres semanas y retiraron la prótesis. Diez días después, transfirieron a María un único embrión. Y se quedó embarazada. « Iba a tirar la toalla , pensaba que si la vida no quería que fuese madre qué más podía hacer. Mi última oportunidad iba a ser esta. Cuando vi la pieza y me hicieron la transferencia sabía que estaba embarazada», recuerda María. En torno a la semana 13 de gestación, y tras comprobar mediante diferentes pruebas que el embrión estaba bien, le realizaron un cerclaje (suturar el cuello uterino para evitar un parto prematuro). «Viví el embarazo con cierto miedo, pero confiaba en que todo iba a salir bien. Cada mes iba a revisiones, estaba muy controlada, me dieron la baja enseguida... No podía ni bañarme en la playa por riesgo de infección, pero sabía que iba a salir adelante», reconoce orgullosa la joven con su bebé en brazos. La pequeña nació por cesárea para evitar más riesgos. Y no descartan darle un hermano . «Yo soy melliza y no quiero dejarla como hija única, pese a las noches sin dormir. Tenemos más embriones guardados», puntualiza su madre. Y la preciada prótesis hecha a medida.

«Somos muy cabezones», dice entre risas Juan. «Hemos hecho muchos kilómetros por esta niña, porque vivimos en Murcia y la clínica está en Valencia, pero la disfrutamos muchísimo. Es un bebé tan buscado que no le podemos poner ni una pega », señala el padre, ilusionado al descubrir que sus prótesis, que pueden esterilizarse y reutilizarse, podrían ayudar a otras parejas. De hecho, el equipo de Juana Crespo ya está usando la misma técnica con otra paciente. «Son piezas que no se pueden conseguir fácilmente si alguien no las hace ex profeso», admite la doctora.

«La esterilidad hace sufrir mucho a las parejas», reconoce Crespo ante unos padres que critican el «exceso de marketing» y los pocos resultados que encontraron en muchos centros. «En la reproducción asistida hay campana de Gauss, la mayoría de las clínicas pueden tratar al 80% de los pacientes , pero hay casos de alta complejidad como este», zanja.