La otra diadema de la Princesa Letizia

La alta costura ha recuperado el complemento que la esposa de Don Felipe utiliza a diario

La otra diadema de la Princesa Letizia efe

ana ureña

Nunca una diadema ha dado tanto que hablar desde que las usaba el personaje Blair Waldorf en « Gossip Girl ». En esta serie estadounidense para adolescentes, la diadema tenía un propósito estilístico muy claro. El llevarla significaba que pertenecías al círculo interior de la Reina ... Madre. Para quienes no lo sepan, Blair era una pija del Upper East Side de Nueva York, que acudía a un colegio elitista de Manhattan y reinaba sobre sus súbditos con puño de acero. Malvada, calculadora y poderosa, el reinado «teenager» de Blair no dejaba títere con cabeza… y despojaba de su diadema XXL ,de fieltro, a toda aquella que no le rindiese pleitesía. Cuando Doña Letizia (41 años) apareció hace poco con una diadema, por supuesto, tenía otra lectura.

En el caso de Blair Waldorf, la diadema era lo más parecido a una tiara que podía ponerse una estudiante de Nueva York para ir al instituto. En el caso de la Princesa de Asturias , la diadema tenía una función muy clara: la de retirar el pelo de la cara .

Es importante notar que el día que la lució nuestra Princesa su agenda incluía una visita al salón del libro infantil . Esto conllevaba muchas fotos ojeando libros, con la mirada hacia abajo y la cabeza inclinada. ¿Resultado? Si uno no se recoge el pelo, los mechones pueden tapar el rostro, un efecto no deseado por los fotógrafos que hagan el seguimiento. Como no es cuestión de hacerse un moño (demasiado formal) ni una coleta (demasiado informal), ni de ponerse las gafas a modo de diadema (un gran «no» de estilismo), la mejor opción era la diadema.

Para la ocasión, eligió una muy fina , en tono dorado, con adorno a un costado. Dice mucho que haya evitado las clásicas de carey, demasiado vetustas, y haya apostado por algo mucho más moderno. También gana puntos por el peinado, ya que mantiene la raya lateral, aun usando diadema. Normalmente, este accesorio tiende a imponer el peinar la melena hacia atrás (y más si lleva peinetas incorporadas), algo que no siempre favorece, y menos cuando además echamos la diadema hacia delante empujando el pelo hacia la frente y creando una especie de tupé. Es el equivalente, en peluquería, al gesto indeseado de levantarse el escote palabra de honor, tirando hacia arriba con las dos manos, cuando este se desliza hacia abajo porque no encaja bien sobre el pecho.

Este verano, si nos fiamos de las tendencias que dictan los diseñadores, las diademas se usarán en todas sus vertientes , desde las más finas hasta las XXL, con flores, recubiertas de joyas y pasando por su versión a modo de cintas de cuero toscas con aplicaciones doradas, como vimos en el desfile de Valentino alta costura.

La otra diadema de la Princesa Letizia

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