Carolina Cerezuela y Carlos Moyá: «Nos sorprende que la gente se alegre de que nos pueda ir mal en pareja»

A principios de noviembre se publicaron unas imágenes donde aparecían Anglada y Cerezuela en actitud cariñosa . Pero Carlos Moyá, casado con Cerezuela desde 2011, quita hierro al asunto: « Jaime es un íntimo amigo nuestro y compañero de Carolina en este proyecto», comenta el tenista, que en ningún momento se ha tomado en serio esas imágenes. Y añade: « Desde el principio me lo tomé con humor . Sabíamos que antes o después esto iba a pasar, porque hay mucho morboso. Sí que nos sorprende que haya gente dando palmas de alegría ante la posibilidad de que nos pueda ir mal en nuestro matrimonio».

Las imágenes no supusieron para la pareja ningún síntoma de desconfianza. «Llevo mucho tiempo diciendo que mi marido y mis hijos están por encima de todo, es una realidad. Cuando salió esta foto, ellos continuaron estando por encima de todo», asegura la actriz y cantante. «Vimos las fotos y no cambió nada. Me da mucha pena que , en el siglo en que vivimos y pese a lo mucho que se ha luchado por la igualdad, a estas alturas tenga que justificarse la relación de amistad entre un hombre y una mujer . Además, no es que Jaime y yo estemos un día juntos, ¡es que estamos de gira! ».

El pasado verano, Cerezuela y Moyá celebraban su quinto aniversario como marido y mujer, a lo que se suman otros cinco años de noviazgo y tres hijos: Daniela, Carla y Carlos. «Me sorprende, entre comillas, no haberme equivocado con Carlos, es una persona muy leal a sus principios. Es auténtico y no pierde jamás la compostura», dice Cerezuela. Y agrega Moyá: «Carolina tiene una energía y un positivismo que te contagian. Es muy familiar, está dedicada totalmente a los niños y cuando emprende proyectos profesionales sabe compaginar las dos cosas. Tenemos un objetivo en común, que es el de la familia. Está por encima de todo».

En la madrugada del pasado 23 de noviembre, el exfutbolista portugués Luis Figo sufría un importante robo en su residencia de Madrid , un chalé ubicado en la zona del Parque del Conde de Orgaz. Ni él ni su mujer, Helen Svedin, no se encontraban en la vivienda cuando se produjo el asalto. Los cacos se hicieron con un botín que ascendía a medio millón de euros. « Con robos como este, ¿no les da miedo mostrar su casa en reportajes de revistas y programas de televisión? », les pregunta este periódico a Carlos Moyá y Carolina Cerezuela. Ella, a su vez, le pregunta a su marido si puede contar lo que comentaron «el otro día», al leer la noticia. Él asiente. «En las noticias decían el valor al que ascendía todo lo que le habían robado. Por mucho que entrasen en nuestra casa, esa cantidad nunca nos la iban a robar. Como mucho se pueden llevar un bolso a un juguete de los niños. ¿Qué se llevarían? ¿Un sofá? ¿La librería? Tú puedes enseñar la casa y que a alguien le guste tu sofá, pero ¿de verdad van a entrar para llevarse el sofá?», dice Cerezuela. «Les costaría, porque pesa mucho», comenta él. « Las cosas de más valor que tengo las llevo siempre conmigo, que son mi marido y mis hijos », sentencia Carolina.