El Carnaval de Tenerife se rinde ante Celia Cruz

La joven de 21 años Natalia Acosta, que lucía una colorida y espectacular fantasía dedicada a la luna llena, fue elegida Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, que en esta edición de 2004 se celebra en memoria de la legendaria salsera Celia Cruz.
La gala de elección de la reina, que se celebró en el escenario habilitado en la céntrica plaza de España ante casi siete mil personas y que fue dirigida por Jaime Azpilicueta, es uno de los acontecimientos previos de estas fiestas, que desde el viernes 20 hasta el domingo 29, llenarán las calles y las noches de la ciudad con cientos de miles de carnavaleros. El homenaje a Celia Cruz quedó patente con la presencia en la gala de su viudo, Pedro Knight, quien desde el escenario gritó el afamado grito de marcha de la añorada cantante: «¡Azúcar!».
Comparsas, murgas, compañías de baile, cantantes y tradicionales personajes del carnaval santacrucero arroparon a las dieciocho aspirantes a la corona, que con sus increíbles fantasías hicieron difícil la decisión del jurado, en el que no faltaron conocidos personajes del espectáculo como Bibiana Fernández y Raúl Sénder.
Finalmente, Natalia Acosta Jorge, con su diseño «Miércoles de luna llena», se alzó con la corona, y la acompañaron como damas de honor Guacimara Díaz, con la fantasía «Sutil», Raquel Montesinos, con su «En son de paz», Carlota Hernández y su «Ritual» y María Isabel Fumero, que se vistió de «Kyda».
Desde hoy los carnavaleros de a pie se convertirán en los protagonistas de la fiesta, cuando la cabalgata anunciadora marque el comienzo del carnaval en la calle, que tendrá su día grande en la noche del lunes al martes de Carnaval.
Como novedad, este año el Ayuntamiento ha decidido trasladar el entierro de la sardina desde el miércoles de ceniza a dos días después, el viernes de piñata. Una decisión polémica que no ha sido muy bien recibida en todos los sectores carnavaleros, dado que los más reacios han apostado por mantener el entierro en su fecha tradicional, de manera que no sería extraño que al final se vean dos entierros de la maltrecha sardina. Y mientras unos y otros discuten, realmente lo que más preocupa ahora mismo es que las anunciadas y temidas lluvias no pasen por agua estas fiestas de música, baile y mucho color. ABC
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