José Andrés expulsa a Donald Trump de su cocina

Sus declaraciones han provocado la ira de la comunidad hispana, fuertes críticas en la opinión pública y la condena de gran parte de la clase política, también dentro de su partido. Además, le han tocado al bolsillo: NBC y Univisión han cancelado los contratos televisivos que tenían con compañías de Trump, Macy’s ha decidido dejar de vender su línea de ropa masculina y el Grand Slam de la PGA no se celebrará en un campo de golf de Trump, como estaba previsto.

El último en desmarcarse del candidato lenguaraz ha sido el cocinero español José Andrés. Dueño de un imperio gastronómico con más de una docena de restaurantes esparcidos por EE.UU., Andrés es quizá el cocinero más popular de EE.UU. Ahora se se le había colado un ratón en la cocina: una campaña en Internet le exigía que cancelase un proyecto que comparte con Donald Trump. El cocinero y el millonario republicano llegaron a un acuerdo a comienzos de este año para que el español montara un restaurante en el hotel Trump International, en Washington, un establecimiento de lujo en un antiguo edificio de Correos en el que el magnate ha invertido 200 millones de dólares.

«Dump Trump, José» -algo así como «Deja a Trump, José »- exigía la campaña, iniciada el pasado fin de semana por Erick Sánchez, un vecino de Washington de origen mexicano . «José Andrés encarna el sueño americano y es un modelo a seguir para la comunidad hispana, después de haber venido desde España para formar una familia y crear una de las cadenas de restaurantes más exitosas de la historia», explicaba Sánchez en el texto de la campaña. La petición tenía más de 300 firmas el pasado lunes. Ayer, se acercaba a los 2.700 apoyos y, a última hora, la presión dio resultado: José Andrés, que hasta el momento había guardado silencio, envió un comunicado a «ABC» y otros medios en el que anunciaba que abandonaba el proyecto con Trump.

«Los recientes comentarios de Donald Trump menospreciando a inmigrantes hacen imposible que mi compañía y yo continuemos con la apertura de un restaurante español en el futuro hotel Trump International en Washington» , explicaba el cocinero. «Más de la mitad de mi equipo es hispano, al igual que muchos de nuestros comensales. Y, como inmigrante español orgulloso y recientemente naturalizado estadounidense [accedió a la ciudadanía en 2003], creo que todo ser humano merece respeto, con independencia de su estatus migratorio».

Las bofetadas que le han propinado sus compañeros en los negocios -donde él reivindica su genio- no han torcido el brazo de Trump. Hace pocos días, insistía en su argumento y resaltaba que «los peores elementos de México» los manda a EE.UU. « El Gobierno mexicano» . Ayer siguió con sus bravatas: «Si consigo la nominación a la presidencia, ganaré el voto latino». Hay un cocinero en Washington que probablemente tenga otro nombre en su papeleta.