Los socialistas anunciarán este martes que votarán a los candidatos de Meloni y Orbán para sostener a Ribera

Esto supone que el grupo de Pedro Sánchez votará a favor de los candidatos de Patriotas por Europa –liderado por el húngaro Viktor Orbán y por Santiago Abascal (Vox)– y de Conservadores y Reformistas (ECR) –la formación en la que se integra Giorgia Meloni–, los dos grupos que los socialistas habían situado fuera del cordón sanitario sobre el que descansa el pacto que ha llevado a la alemana Ursula von der Leyen a ser reelegida presidenta de la Comisión Europea.

Los principales grupos políticos del Parlamento Europeo sellaban así el acuerdo que mantendrá una evaluación conjunta de todos los vicepresidentes de la futura Comisión Europea y que impedirá los vetos cruzados. Eso significa que los socialistas aceptarán a los comisarios de Hungría e Italia a los que no pensaban validar, mientras que los populares tendrán que asumir que ese voto aprobará también a la todavía ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno de Sánchez, Teresa Ribera, a la que no querían apoyar.

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Según fuentes de toda solvencia, el acuerdo, que no es más que la vuelta al primer plan ya planteado desde el principio de evaluar a los cuatro vicepresidentes a la vez, tendrá ahora un añadido que consistirá muy probablemente en ciertos recortes –en algunos casos pueden ser simbólicos– de las competencias de los candidatos más discutidos, lo que puede proporcionar argumentos políticos para que los más reticentes acepten esta solución. La decisión, sin embargo, sigue condicionada al resultado de la comparecencia de Ribera en el Congreso, prevista para este miércoles.

De acuerdo con esta fórmula, los socialistas tendrán que aprobar en el mismo paquete a los dos vicepresidentes que pretendían rechazar porque vienen de formaciones a la derecha del Partido Popular Europeo (PPE), tanto el húngaro de Orbán como el italiano de Meloni.

Según interpretan en medios comunitarios, una vez que Ribera ha sido designada por la presidenta de la Comisión, la única posibilidad de retirar su candidatura sería o bien una dimisión por su parte o un voto negativo en las audiencias ante las comisiones parlamentarias. La idea de que el Gobierno de Pedro Sánchez pudiera cambiar sobre la marcha a su candidata es dudosa desde el punto de vista legal, según confirman algunos expertos. Y además dejaría el proceso de formación del próximo ejecutivo comunitarios en un punto extremadamente complicado. Ribera ya tiene asignada una cartera con sus correspondientes competencias que están encajadas en las de los demás miembros del colegio. Si se cambiase una pieza, hay quien opina en Bruselas que sería necesario redistribuir los cargos y repetir las audiencias.

Precisamente para que no se suscite esta posibilidad de repetir las audiencias, los expertos del Parlamento Europeo estarían preparando una fórmula que sea aceptable para evitar ese extremo. En esta situación, la presidenta de la cámara comunitaria, la popular maltesa Roberta Metsola, mantiene la fecha del 27 de noviembre para el voto en sesión plenaria de la confirmación de la Comisión Europea en su conjunto. El acuerdo permitirá mantener el calendario institucional para que los nuevos comisarios empiecen su mandato, como está previsto, el 1 de diciembre. A pesar de que su proceso de designación tiene otro recorrido porque orgánicamente depende también del Consejo, entre los vicepresidentes que forma parte del paquete se encuentra la letona Kaja Kallas que ocupará el cargo de Alta Representante de la UE en sustitución del socialista español Josep Borrell.

La elección conjunta de comisarios tendría una consecuencia directa, que sería el voto contrario de los eurodiputados españoles del PP, tal y como trasladaron ayer fuentes de este partido. Además, en su discurso en la Junta Directiva Nacional, Alberto Núñez Feijóo aireaba una confidencia en torno a la elección de Teresa Ribera, informa Emilio V. Escudero.

«Me dicen que el señor Sánchez está en cólera por este asunto», desvelaba el popular, que iba más allá. «¿Os acordáis de las líneas rojas de lo que llaman la ultraderecha? Ya veis que la grandilocuencia y los cordones sanitarios duran lo que tarda el PSOE en necesitar a los comisarios de la extrema derecha a cambio de que voten a la comisaria candidata Teresa Ribera», dijo Feijóo.

«Si finalmente el PSOE pacta con el partido de Meloni y de Orbán, habrá dejado claro que cualquier pacto a futuro del PP con Vox queda totalmente legitimado», señalaban fuentes del PP, satisfechas por ver cómo este asunto ha externalizado el desgaste de Sánchez, cuya aura de gran dirigente internacional se está quedando descubierta.