El PP pondrá la economía como eje en el año electoral y combatirá el triunfalismo de Sánchez
Los populares creen que el Gobierno aumentará los 'cheques regalo' ante las elecciones con el exceso de recaudación
Feijóo se centrará en las hipotecas y la subida de precios con más propuestas
Madrid
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Iniciar sesiónLos 'brotes verdes' han vuelto a La Moncloa, pero en Génova no solo no los ven por ningún lado, sino que creen que el próximo año seguirán sin aparecer y el panorama continuará igual de sombrío para millones de españoles con las ... hipotecas disparadas y los precios aún muy altos. ¿La economía va bien, como presume Pedro Sánchez, o todo lo contrario? Los discursos del Gobierno y del PP son radicalmente distintos en un ámbito que marcará el año electoral, y que los ciudadanos conocen de primera mano porque lo sufren en carne propia. Por eso, en el principal partido de la oposición creen que la realidad que se vive en la calle poco tiene que ver con la autosatisfacción que mostró Sánchez en su balance de fin de año, y eso, advierten, le acabará pasando factura, como ocurrió con Zapatero en su día cuando negó la crisis.
La crisis económica será la prioridad de la agenda de Alberto Núñez Feijóo en 2023, un año que tendrá dos citas clave: las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, y las generales a fin de año. No se olvidará de la crisis institucional ni de las cesiones de Sánchez a los independentistas, cuestiones que han centrado el debate político en las últimas semanas. En Génova se encargarán de que nadie olvide las cesiones de Sánchez a sus socios independentistas ni sus maniobras en el terreno de la Justicia. En el PP no se descarta en absoluto que se escenifique algún tipo de acuerdo del Gobierno con ERC para impulsar un referéndum en Cataluña. Sánchez lo negó de forma tajante el pasado martes en La Moncloa, pero lo cierto es que también negó que fuera a indultar a los condenados por el golpe de 2017, que pudiera pactar nada con Bildu o que hubiera posibilidad de gobernar junto a Podemos porque eso le quitaba el sueño. Y al final los hechos desmintieron a sus palabras.
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Haya o no acuerdo sobre un referéndum en 2023, en el PP sostienen que la economía siempre ha sido su punto fuerte y ahora no será diferente. La situación real de las familias, afirman fuentes populares, marcará este año electoral, aunque la posibilidad de una recesión se haya alejado y España presente mejores datos que el resto de países de la Unión Europea en la subida de los precios. El PP pretende no desviarse de ese punto clave en su programa, junto al de regeneración democrática, que será el otro gran capítulo de su discurso ante la erosión institucional que se está produciendo en España.
Centro del debate
«La gente cuando más dice que va a votarnos es cuando la economía está en el centro del debate. Debería ser el eje de nuestros discursos durante todo el año que viene. Ahí es donde generamos más confianza entre los españoles», comentan en las filas populares. En el principal partido de la oposición sostienen que el Gobierno y el PSOE «lo saben», y por eso tratan de desactivar ese punto fuerte del PP de dos maneras: con una 'realidad' diferente a la que ve al PP, al afirmar que España va bien y la economía se mantiene en buena forma, y también tratando de desviar el foco a otros problemas para que se hable menos de la crisis económica y la situación de las familias.
La economía ha sido la prioridad en la agenda de Feijóo desde que se estrenó como jefe de la oposición, después de ser elegido presidente del PP el 2 de abril. Su primera gran iniciativa fue presentar un plan anticrisis a Sánchez, a quien se lo entregó sin logo del PP para quitarle cualquier atisbo partidista y mostrar su disposición a negociar las medidas y lograr consensos. Su vicesecretario de Economía, Juan Bravo, se convirtió en uno de los dirigentes con más peso en la nueva estructura de Génova. Además, la mayoría de las intervenciones parlamentarias de Feijóo hasta la fecha han estado centradas en la economía.
Desde que el pasado 25 de mayo Feijóo tomó posesión de su escaño en el Senado, después de ser designado senador autonómico por el Parlamento gallego, el presidente del PP ha intervenido en seis ocasiones en el Pleno: tres preguntas orales en la sesión de control dirigidas a Sánchez, dos veces en comparecencias del presidente del Gobierno y otra intervención en el debate de los Presupuestos. La economía y la regeneración democrática han copado su interés. Se estrenó con una pregunta sobre la crisis económica: «¿Considera que su Gobierno está a la altura de las necesidades de las familias españolas?» (7 de junio). Después, también en las sesiones de control, preguntó a Sánchez si el Gobierno «iba a seguir reformando el Código Penal para favorecer a miembros de su partido y a sus socios de Gobierno» (22 de noviembre) y cuál va a ser la próxima promesa incumplida del presidente del Gobierno (21 de diciembre). Sobre esta último, Feijóo trató de que Sánchez dijera si habría referéndum en Cataluña o no, pero se fue sin una respuesta del jefe del Ejecutivo.
Las dos comparecencias de Sánchez en este último periodo han estado centradas en la economía: la primera vez fue para informar sobre el Plan de ahorro y gestión energética y su perspectiva territorial, así como del contexto económico y social del mismo (6 de septiembre) y otra para informar sobre el alcance de las medidas económicas y fiscales adoptadas por el Gobierno y el papel de las comunidades autónomas en su implementación y en el mantenimiento del Estado de Bienestar (18 de octubre). El pasado 12 de diciembre Feijóo defendió el veto del Grupo Popular a los últimos Presupuestos Generales del Estado de la legislatura.
Debate interno en el partido
Lo cierto es que si bien el crecimiento previsto en 2023 será muy pequeño, un 1 por ciento, según Bruselas y un 1,3 por ciento, según la OCDE, España se situaría con uno de los datos más elevados de la zona euro y de la Unión Europea y el fantasma de la recesión parece alejarse y ese es otro argumento, junto al de la inflación, que permite a Sánchez mirar el futuro electoral con optimismo.
En el PP hay diferentes opiniones sobre esa realidad. Fuentes parlamentarias de este partido advierten de que la recesión no puede descartarse en ningún caso y subrayan que las familias siguen teniendo problemas importantes para llegar a fin de mes, sobre todo con la subida de las hipotecas. En Génova relativizan los datos de crecimiento e inflación porque España parte de una situación peor que otros países y por eso crecerá más o tendrá menos inflación. Recuerdan que la cesta de la compra ha subido un 15 por ciento, y ese dato «duele» a las familias. Además, advierten de que la economía española «no tira ni con el maná de los fondos europeos, el consumo está cayendo y la inversión también. Si no hay recesión será de casualidad». Desde la vieja guardia del partido se advierte, en cambio, de que la última parte del año puede beneficiar claramente a Sánchez, con la presidencia de la Unión Europea y con una economía que podría mejorar. Si la economía va bien y los españoles lo notan, las elecciones generales pintarían mejor para el PSOE. Sus opciones aumentarían.
Fuentes parlamentarias del PP aseguran que «el problema es el dinero oculto no presupuestado que el Gobierno tiene para gastar: más de 11.500 millones, por el exceso de recaudación». A su juicio, «ese es su salvoconducto para las elecciones». «Sánchez tiene para unos cuantos días más de sacarse cheques regalo y ayudas de la chistera», apuntan estas fuentes.
En el equipo de Feijóo son rotundos: «El PP tiene la obligación moral de presentar a los españoles una alternativa a la política económica de Sánchez y ofrecer soluciones ante la crisis. Se confía en nosotros». En ese sentido, pondrán el foco en la subida de las hipotecas y defenderán una desgravación para aliviar a las familias que sufren el efecto de la escalada del euribor. Además, seguirán pidiendo una deflactación del IRPF para las rentas inferiores a 40.000 euros. Las bonificaciones fiscales formarán parte central de la propuesta del PP. Eso sí, lo de 'bajada masiva de impuestos' es una expresión que ha dejado de utilizarse. El PP pidió la rebaja del IVA en los productos de la cesta de la compra el verano pasado. Ahora, Feijóo ha calificado de «correcta» la decisión del Gobierno de quitar ese impuesto a ciertos alimentos seleccionados, pero cree que se ha quedado corto al no incluir la carne, el pescado y las conservas. En cuanto a la ayuda para los combustibles, el PP no comparte su eliminación general salvo a los sectores como los transportistas. Y cree que la extensión del cheque de 200 euros hasta alcanzar a 4,2 millones de familias vulnerables, como compensación por la eliminación de los 20 céntimos de la gasolina, se queda muy corta: «Son 16 euros al mes».
«Bienvenida la copia, pero que copien bien»
El PP considera así que hay terreno de sobra para ofrecer una alternativa y sobre todo para «dar soluciones» a los problemas económicos. Y no dejará de sacar punta al hecho de que el Gobierno les haya «copiado» algunas de sus propuestas. Los populares llevan la cuenta de sus medidas que han sido aceptadas por el Ejecutivo: bajar el IVA de la luz, bajar el IVA del gas, ayudas a las rentas más vulnerables, ayudas a empresas de cogeneración y, la última, la bajada del IVA en productos básicos. «Si nos copian otras propuestas, bienvenidas sean. Pero que lo hagan bien, antes y de forma completa», comentan fuentes de Génova, que critican que el Gobierno cuando hace suyas las medidas del PP se queda corto y llega tarde, y además a menudo las aprueba tras haberlas criticado primero cuando Feijóo las plantea. «¿Por qué se baja justo ahora el IVA de alimentos básicos y no se ha hecho hace meses?», se preguntan.
El jueves pasado, Feijóo visitó Mercamadrid junto al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, en otro acto centrado en la situación económica y en la subida del precio de la cesta de la compra. El líder del PP lamentó que la bajada del IVA se realiza después de la Navidad, «época en la que se produce el mayor gasto y consumo en las familias y hay alimentos como la carne, el pescado y las conservas a los que no afectan esas medidas», algo que atribuyó al «afán recaudatorio del Gobierno».
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