El tira y afloja que llevó a rechazar el preacuerdo para poner fin a la huelga de basuras
Tras un jueves encerrados en los despachos sin llegar a un entendimiento, los sindicatos critican que no les han vuelto a convocar a una nueva reunión
Calendario de recogida durante la huelga de basuras

Mientras la basura se sigue acumulando en los contenedores de la capital, los sindicatos esperan la llamada de las adjudicatarias para volver a sentarse a negociar. Las posiciones, reconocían ayer desde CC.OO, están un un punto muerto. «Todo lo que nos están ofreciendo las ... adjudicatarias (FCC, Valoriza, Acciona, OHL, Prezero y Urbaser) está, en lo económico y lo social, por debajo del preacuerdo, por lo que tenemos la sensación de que no quieren que acabe la huelga. Y eso que ya se empieza a notar la acumulación de basura», denuncia el sindicalista.
Por otro lado, los trabajadores, representados por el Sector Profesional RSU, UGT y CCOO, visto el rechazo masivo al preacuerdo, no van a ratificar nada por debajo de ese aumento salarial medio de un 4% que se pactó inicialmente. «Al final ellos mandan», asume Morán.
Lo más cerca que estuvieron de resolver el conflicto fue el preacuerdo firmado por todas las partes el pasado martes a primera hora. El detalle de este incluía un convenio de seis años, vigente hasta el 31 de diciembre de 2030, que implicaba un incremento de seis euros diarios al plus de nocturnidad para este año y subidas en tablas salariales a partir de los siguientes.
Los salarios varían mucho en función de la ocupación, pero en 2024, último año del convenio vigente en vigor, oscilaron entre 43.698,97 euros anuales del encargado general (o, en el mismo grupo profesional, los 39.342,68 euros anuales del primer conductor de día y los 42.277,36 del de noche) y los 33.167 de un peón de taller. Un jefe de equipo, por ejemplo, recibió 40.258,90 euros anuales y un mozo de noche 37.813,51.
El preacuerdo rechazado por la mayoría de los empleados, incluía para 2026, una subida del 3% en las tablas salariales y un incremento hasta alcanzar los 500 euros anuales en el plus de adscripción voluntaria al turno de noche. En 2027 y 2028 los sueldos crecerían un 2,5% más un día de libre disposición, mientras que en 2029 y 2030, años en los que ya habría que trabajar bajo unos nuevos pliegos de contratación, cobrarían un 5% más, además de mejoras en otras pagas. También se les reconocía el derecho de disfrutar de 21 días de vacaciones en julio o agosto y se aplicaba los mismos beneficios a los trabajadores a tiempo parcial.
Diferencias entre los sindicatos
El mismo martes, UGT emitió un comunicado en el que reconocía que «rechazar dicho acuerdo y mantener el conflicto» les abocaba a una situación «inédita». «A partir de aquí el escenario es incierto, ya que entendemos muy complicado superar el acuerdo al que entre todos hemos llegado, inmersos en una huelga y comenzando de nuevo una negociación sin una hoja de ruta definida».
Quienes sí han seguido defendiendo activamente la huelga, han sido los portavoces de RSU. «No es cierto que estemos rechazando acuerdos razonables», explicaba ayer a Europa Press su portavoz, Sebastián Bautista. «En un contexto como el actual, esto no es una mejora, es una falta de respeto», continuó el sindicato, que plantea que han perdido un 12,5% de poder adquisitivo en estos años. Desde redes sociales, además, han continuado arengando a sus compañeros para llevar la huelga «hasta el final» y no «conformarse con las migajas».
Vigilar los servicios mínimos
Si bien el primer día de huelga Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad,celebró que se cumplieron los servicios mínimos acordados del 50%, ahora en el consistorio la percepción es «que no se está dando cumplimiento a los servicios mínimos de manera total», admitió ayer la vicealcaldesa tras la Junta de Gobierno. El último balance matinal, según fuentes del área, cifra en un 51% la recogida total de basuras en la ciudad desde el comienzo de la huelga, aunque siguen vigilándolo.
Desde CC.OO. insisten en que «no quieren perjudicar a los ciudadanos», y están cumpliendo «escrupulosamente» los servicios mínimos, pero «hay mucha basura por recoger en Madrid», de ahí la acumulación en los contenedores que empieza a disgustar a muchos ciudadanos.
Inma Sanz, vicealcaldesa de la capital, recordó ayer que, si no se cumplen los servicios mínimos, «actuarán en consecuencia». Las sanciones podrían ser económicas, aunque por el momento se desconoce la cuantía. Desde Medio Ambiente explican que, de haberlas, se comunicarán al final de la huelga. «Vamos a exigir estrictamente el cumplimiento de esos mínimos», zanjó
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