Sílvia Pérez Cruz: «Me pareció muy posesivo que Refree dijera que yo formaba parte de su trilogía personal»

- El disco es impresionante, enhorabuena.

- En este disco ha habido más músicos, más viajes, más canciones, y más cantidad de trabajo. Pero he trabajado como siempre: cuidando todo al máximo.

- ¿Cómo surgió el concepto de los cinco movimientos?

- Surge para poder ordenar, identificar y trabajar con sonoridades distintas. Al compararlo con las etapas de la vida, las planteé como colores distintos. Fue para darme más espacio creativo, porque lo cierto es que el tiempo en el que compuse estas canciones fue muy fértil. Componía muchísimo.

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- La noticia del Premio Nacional de Músicas Actuales le pilló grabando estas canciones, ¿verdad?

- Así es. Estaba en el estudio grabando unas cuerdas del cuarto movimiento, cuando me llamaron para decírmelo. Me sentí muy afortunada. Querían que hiciera entrevistas con ese motivo esa misma tarde, pero las aplacé hasta el día siguiente por respeto a mis músicos, que estaban allí trabajando conmigo. Fue recibir la noticia, colgar, y seguir currando. Eso sí, ¡nos motivó mucho! Grabamos con otra alegría.

- Por el disco sobrevuelan las ideas de la vida circular, del renacimiento... ¿cree en la reencarnación?

- No lo sé. No lo veo desde un punto de vista religioso, sino más bien existencial, en el sentido de ver la vida como un proceso en el que hay que asumir los finales con alegría, para poder abrazar el siguiente principio. En esta idea me ayudó mucho mi hija, porque un día les conté a ella y a mi madre cómo quería hacer el disco, y que quería incluir una nana. Mi hija me dijo, «¿y por qué no la pones justo al final? En ese instante di un respingo y dije, ¡qué bien, lo has entendido a la perfección!». El infinito está ordenado en principios y finales.

- Siendo un álbum doble, merecía la pena cuidar al máximo la edición física. Sobre todo la de vinilo.

- Ha sido un espectáculo (risas). Hemos trabajado con un ilustrador, sobre la idea de que cada movimiento, cada fase de la vida, tuviera su propia ilustración. Al abrir el vinilo te aparece todo como si fuera una especie de cómic.

- Y en directo, ¿eso también quedará reflejado en la escenografía?

- Sí, cada movimiento se desarrolla con un color protagonista, y a nivel de posición de los músicos, también representamos muchas ideas que hay en el disco.

- Hace poco dijo que está detectando mucha ansiedad en la comunidad musical últimamente.

- Así dicho parece muy fuerte. Pero es que en estos días de vida trepidante, muchos músicos tienen la sensación de que tienen que estar ofreciendo algo nuevo todo el rato. Eso es un poco duro, e irreal. Una de las cosas básicas de la creación es el tiempo.

- Pregunta recurrente en la prensa musical últimamente: ¿qué le parece la inteligencia artificial aplicada a la música?

- Me encantaría conocer el tema más de cerca, porque confieso que no sé mucho sobre ello. Pero sí espero que en el futuro haya margen para hacer música sin entrar en ese mundo.

- Creo que se enfadó un poco cuando vio que Refree, el productor de su álbum 'Granada', decía lo siguiente en una entrevista: «Los discos con Sílvia Pérez Cruz, Rosalía y Lina son como una trilogía personal».

- Yo quiero pensar que se ha equivocado, que lo dijo por error. Aquel disco lo hicimos a cuatro manos, por eso me parece muy posesivo por su parte decir algo así. Somos tres artistas diferentes, yo a las otras dos no las conozco. Bueno, a Rosalía un poco sí, y sé que su implicación en sus trabajos es total. Por eso, apropiarte de tres viajes así... no sé, me sorprende. No estoy de acuerdo con esa afirmación, y creo que es importante que rectifique. Él puede haber intentado que fuera así, pero la realidad es que producíamos los dos juntos. Me parece tan fuera de lugar... quiero decirlo de una forma elegante. Por otro lado no quiero darle protagonismo, pero no quería dejar de decirlo.

- ¿Hay algo de machismo ahí?

- Absolutamente, porque todo esto viene de 'la figura del productor'. Y yo producía igual que él, lo que pasa es que yo no lo digo. Y es triste tener que reivindicarlo.

- Su cambio de Universal a Sony, ¿a qué se debe?

- Es como las relaciones, que a veces tiene un latir y a veces otro. Con Universal ha sido un camino precioso, pero necesitaba un cambio de aires y la transición se hizo sin malos rollos.