Rescate 'in extremis' durante cuatro horas de Mari Carmen, una mujer con alzhéimer, junto a una laguna de Ambroz
La Policía Municipal halló a la mujer, de 78 años y vecina de Vicálvaro, y evitó que muriera congelada
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Iniciar sesiónFueron cerca de cuatro horas de angustia, una desesperación que culminó en lágrimas de alegría cuando el contingente de la Policía Municipal de Madrid operativo consiguió encontrar con vida a Mari Carmen: una vecina de Vicálvaro de 78 años que padece un avanzado alzhéimer y ... que huyó del hogar familiar para adentrarse en una zona de minas, lagunas y sinuosos caminos. Una intensa búsqueda, con detalles muy originales, desembocó en el final feliz que todos esperaban.
El 22 de septiembre, la mujer estaba con su familia en su casa de la calle de Villajimena. Había visita y, fruto de su padecimiento, Mari Carmen aprovechó para salir del piso y coger la calle. El hijo avisó al 112, que activó el protocolo oportuno, y la emisora comisionó a la Policía Municipal a las ocho y diez de la tarde. Los agentes contactaron con los parientes, para recabar los máximos datos posibles: aportaron, entre otras informaciones, la manera en que iba ataviada, con un vestido blanco, de manga corta y fino, que, cuando avanzara la noche, no la iba a proteger del frío.
Unos vecinos añadieron que la habían visto caminando por la carretera de Vicálvaro, a la altura de la estación de O'Donnell y en dirección a Coslada. Se disponía a cruzar la M-23, donde se encuentra la laguna de Ambroz, que ya había sido escenario de muertes accidentales. El mando ordenó que se desplazaran todos los indicativos disponibles de la zona, que eran cinco. Barrieron una amplia área de carretera, de sendas muy terrizas y aledañas, donde hay contrucciones, una explotación minera y la mencionada balsa de agua.
Pero el tiempo pasaba y comenzaba el ocaso del sol. Así que solicitaron los drones de la Sección de Apoyo Aéreo del Cuerpo y montaron un pequeño puesto de mando en el parqueu forestal de Vicálvaro. Utilizaron el artilugio volador para recoger imágenes, aprovechando la cámara térmica de la que dispone. Sobrevolaron la enorme extensión, pero ya dieron las diez de la noche y no habían encontrado a la infortunada vecina.
Los efectivos municipales no cesaron en su empeño y continuaron con más batidas. Policías a pie escudriñaban sobre la peligrosa geografía del páramo. Los familiares de Mari Carmen se desplazaron también al puesto de mando. Intentaron contactar con ella mediante el teléfono móvil, que llevaba encima y que estaba encendido. Habían pasado horas llamándola, pero no consiguieron ningún resultado satisfactorio, debido a lo avanzado de la enfermedad de la desaparecida. Pero, finalmente, contestó a uno de los familiares que se encontraba en el puesto de mando. Sin embargo, ella no era capaz de dar indicaciones coherentes, lo que decía no servía para nada.
Al subinspector al mando se le ocurrió entonces una excelente idea: realizar una búsqueda acústica inversa. Aprovechando la comunicación por el móvil, dio orden de que un indicativo recorriera el terreno y la carretera de Vicálvaro con los rotativos y las sirenas del coche a todo gas. Desde la estación de O'Donnell y en dirección a Coslada, a una velocidad no superior a los 25 kilómetros por hora. De esta forma, si se acercaba la patrulla a la víctima de esta historia, el ruido del coche policial se colaría en la conversación telefónica y podrían ir acercándose a ella.
Y eso fue lo que ocurrió, cuando llegaron a la altura del número 135, que es un camino de tierra que da acceso al centro de jardinería Silvosa. Es un vivero que se encuentra apartado, entre el arroyo de Ambroz y la M-214, que es la que une Vicálvaro con la mencionada estación. Mari Carmen había caminando unos 4 kilómetros a través de zona forestal y llegando a cruzar la autovía Radial 3. Estaba solo a 5 metros del patrulla, junto a una vaguada, tirada en la tierra, inmóvil y con principio de hipotermia. La calentaron con la calefacción del coche y lograron subirle la temperatura corporal. Solo balbuceaba que tenía mucho frío.
Eran las 22.50 de la noche y media hora después el Samur le daba de alta y quedaba bajo la custodia de su hijo. Misión cumplida, con las felicitaciones consiguientes a todo el dispositivo de emergencia, que quedó levantado a las doce y media de la madrugada.
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