Un mes lidiando con los okupas de Carabanchel: «Nos graban a escondidas»

Por el momento, se desconoce cómo los okupas han accedido al edificio. «No sabemos cómo han entrado ni quién les ha podido facilitar las llaves. No sabemos absolutamente nada. De pronto, nos encontramos en el puente de la Constitución con 28 viviendas okupadas. Ocurrió en tan sólo un fin de semana. Empezamos a observar mucho movimiento, mucha entrada de muebles y de colchones. Al principio, no lo achacas a una okupación», cuenta uno de los propietarios legales, que se mudó el pasado mes de septiembre al edificio, en conversación con este periódico. Asegura que la convivencia con los okupas está siendo buena: «Ellos lo único que cuentan es que son víctimas de una estafa».

Desde que salió el caso a la luz, la urbanización ha recibido a más vecinos. «El ático 7 estaba okupado por una familia con un niño. Aquella familia se fue, y en un intervalo de dos o tres días llegaron tres hombres. Ayer, esos tres hombres salieron de la vivienda y han entrado otra familia supuestamente de Galicia. No sé exactamente qué ha pasado. Está notificado a portería, a Vivenio y a la Policía. Pero no se ha okupado ninguna vivienda nueva, es un piso que estaba ya okupado y que ha cambiado las personas que estaban dentro», explica el propietario.

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«Dicen los okupas que se sienten amenazados e intimidados», le indicamos al entrevistado. De hecho, ayer por la mañana la urbanización amaneció con la primera pintada. «Perú muerto», se podía leer en una de las paredes laterales del edificio. «Supuestamente, según cuentan ellos, ha sido un chico, en bicicleta y encapuchado, que fue esa mañana, hizo la pintada y salió corriendo», apunta. «Igual que nosotros. Yo te puedo contar la misma película que te cuentan ellos. Igual que nosotros los grabamos, nos graban ellos. El otro día, yo mismo estaba sacando al perro y había un hombre grabando con el teléfono en la entrada. Ya sabes, lo mismo que te cuentan ellos, te lo puedo contar yo. Igual que hay propietarios legales que los han grabado, ellos nos han grabado a nosotros», cuenta.

El pasado sábado, cuando este diario se trasladó a la urbanización, dos coches de Policía Nacional custodiaban el edificio. Un propietario señala: «Están aquí todos los días. Si no es por ruido es porque se pegan entre ellos. Vivimos todo el rato con presencia policial. Que si la música alta, que si no se puede dormir por las noches, que si manchan, que si se pelean entre ellos...». Con esto expresa que la convivencia entre ellos no debe ser del todo buena. «Debe haber mala convivencia. El otro día, de hecho, tuvo que venir la Policía porque se pelearon entre dos y dejaron toda la salida llena de sangre».

Andrés, otro de los propietarios legales, recordaba hace unos días a este periódico que se ha encontrado basura arrojada desde los pisos superiores, peleas que dejan rastros de sangre en las paredes y techos levantados en las zonas comunes por intentos de engancharse ilegalmente al suministro eléctrico o de agua. «En las piscinas encontramos vasos de cubata tras las fiestas y a veces hay puertas llenas de sal o patatas pinchadas, que creemos que son por temas de brujería o supersticiones», confesaba el damnificado.

El propietario jamás se imaginó que viviría una situación como esta cuando se mudó de Las Águilas a esta urbanización de Carabanchel. «Al final buscas un sitio tranquilo donde vivir, y te encuentras de pronto con esta macrookupación. Aquí habrá personas que estén porque lo necesiten, pero otros están por la cara. No se le está dando la importancia que tiene este caso».

Tras esto, hace hincapié en el problema que existe en España con la okupación. Durante esta semana, varios políticos han mostrado públicamente su opinión, como apuntó el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida: «Esto se aborda desde el punto de vista de la propiedad privada y ponen todo tipo de justificaciones, pero no se aborda desde el punto de vista de la convivencia de los vecinos y de qué pasa con los que tienen viviendas okupadas al lado de la suyas, además de las molestias que generan esos inmuebles. Hay que ir y hablar con esas personas afectadas, estar con ellas para que nos cuenten cuáles son las dificultades y las incomodidades que se derivan de tener una vivienda okupada al lado».

Por último, este vecino de Excelente, 6, expresa su molestia con cómo se ha tachado de «lujosa» la urbanización. «Se trata de pisos de 55 metros cuadrados con no más de dos dormitorios. Ojalá fuera de lujo, pero son viviendas que se alquilan por entre 900 y 1.300 euros. Esto no es La Moraleja».