Menores infractores en busca de una oportunidad laboral: «Aquí nos hacen pasar la condena más amena»

El pasado martes fue el primer día de trabajo de Miguel, de 19 años, como montador de muebles en Rivas. «Si yo hoy me hubiera quedado dormido, igualmente ellos tratarían de conseguirme otro trabajo», destaca el joven en cuanto al trato y la confianza que ponen en ellos los trabajadores que les acompañan. Desde que le concedieron una plaza en la agencia de reinserción, hace aproximadamente siete meses, ha estado formándose antes de conseguir varios contratos de prácticas y temporales.

A los 14 años Miguel se quedó huérfano. «Desde ese momento, tu vida y tu cabeza cambia», cuenta a ABC el joven que vive con su hermano y que, gracias al puesto de trabajo, han podido cambiar de casa. Miguel no acabó la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), aunque ahora conseguir el título y matricularse en un grado medio es uno de sus objetivos y se encuentra entre sus planes de futuro.

Iván también tiene entre sus prioridades la formación. El joven madrileño, de 18 años, llegó a la agencia en enero y el mes de mayo consiguió un contrato indefinido en unos supermercados en turno nocturno. Aunque la universidad no se encuentra entre sus planes futuros, pretende matricularse en un grado superior de programación web.

«Quiero ponerme a estudiar, aunque con el horario de ahora me resulta imposible», explica el joven que tiene en mente ahorrar para cursar posteriormente el grado. Tanto Iván como Miguel tienen un régimen de libertad vigilada y están en la agencia de reinserción sociolaboral gracias al técnico responsable de su situación.

Como ellos dos, la ARRMI atendió a 3.216 menores y jóvenes infractores durante el año 2021, de los cuales 466 participaron en las acciones formativas de inserción sociolaboral y 315 de ellos formalizaron un contrato de trabajo.

Los profesionales, junto a la Fundación Diagrama, colaboradora que se encarga de la ejecución y gestión de las medidas judiciales de los jóvenes infractores y del desarrollo de programas de inserción sociolaboral, «pelean cada minuto, cada caso y cada situación» por este colectivo.

«Creemos que deben tener las oportunidades que sean, puesto que no todo sale a la primera», determina Diego López, director gerente de la agencia.

López achaca a la «perseverancia» de los trabajadores el éxito conseguido por la agencia. La Comunidad de Madrid incrementó de esta forma un 10% la formalización de los contratos por los jóvenes infractores respecto a 2019, y supera con casi un 50% la cifra registrada en el año 2020.

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«Aquí no se ha dado un caso por perdido», determina López, insistiendo en la atención individualizada con la que cuentan los jóvenes. «Hay chicos que vienen de una situación de base muy complicada y unos factores de riesgo más arraigados», por lo que las 850 personas que trabajan en este programa insisten en ser la principal referencia de aquellos que necesiten su apoyo.

El 85% de las personas atendidas por la agencia en el pasado año se encontraba en régimen de medio abierto o de reparaciones extrajudiciales. Los delitos contra el patrimonio (robos con violencia, hurtos, robos con intimidación y fuerza) son los cometidos con más frecuencia, con un 49,2%. Le siguen los delitos de lesiones y agresiones, con un 13,1%; y el maltrato, generalmente intrafamiliar, con un 11,9%. Los delitos más graves, como asesinatos, homicidios y los de carácter sexual, representan tan solo un 4% del total.